Acostumbrados desde hace más de un año a ver cómo el coste del transporte público es mucho más barato, la pregunta que empiezan a hacerse decenas de miles de usuarios del Metro de Málaga, de la Empresa Malagueña de Transporte (EMT) o de autobuses interurbanos, por ejemplo, es qué es lo que va a pasar cuando llegue el 31 de diciembre y las bonificaciones que reciben estos medios de movilidad lleguen a su fin.

El asunto gana en valor si se toma en consideración que la reducción del precio del billete en estos sistemas no sólo se ha notado en el bolsillo de quienes ya eran clientes habituales, sino también en la atracción de un buen puñado de pasajeros que hasta ese momento optaba por el vehículo privado para ir a trabajar o a la Universidad.

La estadísticas de demanda de viajeros que mes tras mes se han ido publicando confirman esta realidad y subrayan la importancia que tiene garantizar un transporte económico para que se haga realidad un cambio cierto en la manera de moverse.

En cualquier caso, nadie parece tener claro en este momento cuál es la respuesta que se puede dar a esta cuestión. Lo único cierto, conforme a la estrategia impulsada inicialmente por el Gobierno central y acogida por la Junta de Andalucía y, el Ayuntamiento de Málaga (en el caso de la capital), es que la rebaja tiene fecha de caducidad: el 31 de diciembre.

Coincidiendo con el sonido de las campanadas de final de año, salvo novedad en las semanas que restan, ocurrirá con las ayudas al transporte público lo que le sucedió a la carroza en el cuento de La Cenicienta, qiue se convertirá de nuevo en calabaza.

En el caso de los autobuses urbanos de Málaga, la extensión del plan de bonificación fue comunicada por el Ayuntamiento a finales del pasado mes de junio. Con ello, prorrogaba una política tarifaria que reduce en un 50% el precio del transporte. Al 30% asumido por el Ejecutivo de la Nación se agregaba otro 20% por parte del Consistorio.

Una circunstancia que hace posible que aún hoy la tarjeta transbordo, con 10 viajes, cueste 4,2 euros (8,4 menos que antes de las bonificaciones); la mensual, con viajes ilimitados, 19,95 euros (14 menos que con las tarifas normales previas); la tarjeta joven, que posibilita viajes ilimitados durante un mes, 13,5 euros, frente a los 27 del periodo previo… Y así otros productos. La aplicación de esta medida ha supuesto un esfuerzo que se cifra en unos 2,5 millones de euros solo para la segunda mitad del año.

Varias personas suben a uno de los autobuses de la Empresa Malagueña de Transportes (EMT). Amparo García

¿Qué ha ocurrido en el Metro? En este caso, la Junta también ha hecho frente a una reducción significativa en el valor del viaje en el suburbano, que desde julio y hasta final de año ha sido de 0,33 euros, frente a los 0,82 euros de su precio ordinario. 

En ambos sistemas, la respuesta que emiten sus explotadores es de incertidumbre respecto a lo que vaya a ocurrir el 1 de enero. "Aún no se sabe nada, la subvención que ahora se aplica termina el 31 de diciembre", recuerdan fuentes del Consistorio malagueño, sin que exista garantía de que se prolonguen en el tiempo. Una contestación que viene a coincidir con la que trasladan a EL ESPAÑOL de Málaga desde la Consejería de Fomento. 2No sabemos nada; formalmente no tenemos noticias", aseguran.

Y ello es, cuanto menos llamativo, a pocas semanas de que se eche el cierre al ejercicio actual. El grado de incertidumbre es mayor si se tiene en cuenta que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se comprometió en su discurso de investidura a activar medidas que hagan posible que el uso del transporte público sea totalmente gratuito para determinados colectivos sociales, caso de los menores de 18 años; los jóvenes (queda por concretarse en qué franja de edad) y las personas desempleadas.