El nombre de Fernando Muñoz no se le olvidará nunca jamás a una familia que el pasado 17 de octubre cogió en Santiago de Compostela un avión con destino a Málaga. Su hijo, Manuel, de apenas veinte meses, comenzó a convulsionar cuando apenas llevaban unos quince minutos de vuelo. La rápida actuación de Muñoz, que es ceutí y enfermero de profesión y la de otra viajera, también enfermera, fue clave para salvar su vida. 

El enfermero ceutí, que forma parte del equipo del Hospital Universitario de Ceuta, acababa de terminar el Camino de Santiago con su mujer y se disponía a volver a casa en un avión de Vueling que cubría el trayecto Santiago de Compostela-Málaga. Cuando apenas llevaban quince minutos de vuelo, una familia que se encontraba en una de las filas de asientos dio aviso a una de las azafatas del malestar de su bebé.

Sin embargo, Fernando, como la mayoría de pasajeros, solo se percató de que alertaron a la azafata, pero no terminaba de entender qué ocurría. Así, de repente, solicitaron por megafonía, como exige el protocolo de emergencia, un médico. Al no haber ninguno a bordo y después de observar el estado del pequeño, cianótico, Fernando y la otra chica saltaron como un resorte de sus asientos para atenderlo identificándose ambos como enfermeros.

Fernando, en una imagen de archivo. CSIF

Junto a su compañera Sandra, llevaron al bebé a una zona segura donde el niño no pudiera golpearse con ningún objeto, algo complicado teniendo en cuenta el espacio reducido que hay en un avión. A ello hay que sumar la falta de recursos en el interior del aparato y el estrés, que se multiplica a 35.000 pies de altura, sobre todo en unos padres que ven cómo su hijo no terminaba de reaccionar.

El paso principal fue solicitar una bala de oxígeno y, con sus propias manos, abrieron la vía aérea al menor, al que a continuación colocaron una mascarilla. Mientras, la aerolínea se coordinó con los controladores aéreos, que les facilitaron un aterrizaje rápido en Valladolid para que el menor fuera trasladado a un hospital.

El joven, con la ayuda de la otra enfermera, logró estabilizar al pequeño y mantener la calma de unos padres desesperados. El sindicato CSIF no ha querido perder la oportunidad de felicitar a Fernando Muñoz por su comportamiento ante la emergencia y ha puesto en valor, a través de un comunicado, "a los grandes profesionales sanitarios con los que cuenta Ceuta".

Así, han agradecido a Fernando por contribuir con su profesionalidad en una situación de emergencia como aquella, tan inesperada, "poniendo sus conocimientos al servicio de salvar la vida del niño de poco más de año y medio que sufrió el problema de salud".

EL ESPAÑOL de Málaga ha contactado con los padres del pequeño, que han confesado la gran preocupación que han tenido todos esos días. De hecho, no ha sido hasta el día de hoy cuando le ha bajado la fiebre. Según relatan, los médicos les explican que lo que le ha ocurrido a Manuel, que no padece patología previa, es una "convulsión febril, habitual en niños".