La construcción de la nueva planta depuradora de Málaga, destinada a tratar las aguas de varias barriadas de Málaga capital, Cártama y Alhaurín el Grande, sigue con su lento y prolijo trámite administrativo que no hace prever que las obras de construcción sean posibles antes de los primeros meses de 2024.

La variable del tiempo es especialmente severa con esta actuación si se tiene en cuenta que pasan ya veinte años desde el momento en que por primera vez la operación fue considerada de interés general. El mal menor en esta larga espera es que la Junta de Andalucía, administración responsable de la iniciativa, ha dado ya validez al proyecto constructivo elaborado por la unión temporal de empresas (UTE) integrada por Aquambiente-Dinotec-Sando.

Documento que, junto con el listado de expropiaciones de terrenos necesarios necesarias para desarrollar esta infraestructura, así como las instalaciones precisas para los vertidos, se encuentra ya abierto a información pública. Durante un plazo inicial de 30 días todo aquel afectado puede presentar alegaciones a la resolución de la Junta.

En el seno de la Administración regional, desde la que han sido remitidas más de 200 cartas informativas a los propietarios de suelos afectados por la iniciativa, se da por seguro que habrá una avalancha de observaciones, que habrán de ser contestadas. Esto implicará una nueva dilatación de los plazos, dejando en el aire el momento exacto del inicio de unas obras que, según las estimaciones técnicas, va a suponer una inversión de unos 105 millones de euros.

Diseño de la Edar Norte de Málaga.

Atendiendo al proyecto constructivo, que ha podido ser consultado por EL ESPAÑOL de Málaga, para hacer posible la ejecución de la EDAR será necesaria la ocupación permanente de 127.800 metros cuadrados, a los que hay que sumar 60.264 metros de servidumbre y 314.543 metros de ocupación temporal.

Hay que recordar que uno de los principales motivos de queja y rechazo de la planta depuradora es la localización elegida para su construcción, en plena Vega de Mestanza, un espacio tradicionalmente destinado al uso agrícola. De todos los suelos a expropiar, 110.043,94 metros cuadrados se corresponden con fincas privadas de regadío.

Menor ocupación y rebaja de inundabilidad

La propuesta final de intervención ha introducido algunas variables respecto a la inicial. Entre ellas destaca el cambio de huella de la planta, de manera que reduce su impacto sobre el entorno. Este ajuste, además, permite minimizar el espacio afectado por la huella de inundabilidad que pesa sobre la zona y que, en cualquier caso, va a obligar a realizar ciertas obras de contención.

La Edar Norte ha sido diseñada con capacidad para tratar un caudal medio diario de 75.000 m3 /día y 125.000 m3 /día a futuro. En plan de intervención recoge además actuaciones en la actual planta del Guadalhorce, incluyendo una nueva estación de bombeo e impulsión que permitirá descargar hasta 37.000 m3 /día de la EDAR Guadalhorce a la nueva instalación.

Para tratar de adelantar el tratamiento de las aguas de Cártama y Alhaurín el Grande, motivo por el que España siendo sancionada desde hace varios años por la Unión Europe (el coste de las multas es trasladado por el Gobierno a la Junta), el plan de ejecución fija la necesidad de ejecutar y poner en marcha de manera parcial parte de la infraestructura. Esta fase concreta, bautizada como Hito 1, tiene un plazo 12 meses desde el inicio.

Con el objetivo de acortar los amplios plazos previstos, las empresas adjudicatarias contemplan 5 grupos destinados a la obra civil de la nueva EDAR "que pasarán de un elemento a otro de forma consecutiva y así poder trabajar en varios tajos al mismo tiempo". "De esta forma, las obras de la EDAR comenzarán a ejecutarse en varios sitios al mismo tiempo", se destaca en el proyecto.

Con todo, en el mejor de los casos no parece factible pensar que esta importante y estratégica infraestructura de tratamiento de aguas esté operativa antes de mediados del año 2026.