En 2020, ocho personas murieron en Andalucía y 71 más resultaron contagiadas por un brote del virus del Nilo Occidental. Su principal fuente de trasmisión son las aves que, a su paso por sus rutas migratorias, infectan a los mosquitos que, a su vez, extienden el virus a los caballos o a las personas. El contagio entre los humanos puede generar una enfermedad mortal del sistema nervioso.

Con este precedente, la Junta de Andalucía activó hace semanas un sistema de control para detectar de forma temprana el aumento de la densidad de mosquitos transmisores y, en tales casos, promover acciones de vigilancia, control y comunicación para evitar su transmisión a humanos.

Este lunes, la Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica de la Consejería de Salud y Consumo ha publicado el primer informe de la vigilancia entomológica. Este documento señala que durante el mes de junio las densidades poblacionales de hembras potencialmente transmisoras de Virus del Nilo Occidental son bajas, especialmente la especie Culex perexiguus, y constatan la ausencia de circulación

del virus. 

Asimismo, adjudica a las localidades malagueñas de Campillos y Fuente de Piedra un grado I de densidad de mosquitos transmisoras. Esto implica menos de 100 mosquitos capturadas. 

La vigilancia entomológica desarrollada por el Servicio de Salud Ambiental abarcará a 110 municipios andaluces. De ellos, 39 disponen de nivel de riesgo (NR) 1, 35 de NR 2, 21 de NR 3 y 15 de NR 4. El resto de los municipios andaluces se encuentran en NR 0. 

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