Un policía de Madrid practicando en el simulador.

Un policía de Madrid practicando en el simulador. Policía Municipal de Madrid

Sociedad

Así es el simulador con el que entrena la Policía de Madrid: armas con retroceso y análisis psicológico de los agentes

Se calcula que el ahorro anual alcanzará los 50.000 euros, además de eliminar la exposición a humos y residuos tóxicos de la munición real.

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La Policía Municipal de Madrid ya no solo dispara en campos de entrenamiento. Ahora lo hace frente a la pantalla de un simulador que muestra escenarios tan reales como un secuestro en un autobús, una persecución armada en plena calle o una amenaza en un pasillo estrecho.

Los agentes entrenan con pistolas y táseres que replican el peso y el retroceso de las armas de servicio, y bajo la mirada de instructores que no solo vigilan la puntería, sino también la mente: cómo responde el agente al estrés, si mantiene la calma o si la adrenalina le empuja a disparar antes de tiempo.

Así es VITRA V-ST PRO HD, que se presentó de manera oficial el pasado 9 de julio en la galería de tiro del Centro Integral de Formación de Seguridad y Emergencias.

Se trata de un simulador de última generación que marca un salto en la formación de los efectivos municipales.

La vicealcaldesa y delegada del Área de Seguridad y Emergencias, Inmaculada Sanz, comprobó en primera persona cómo funciona.

"Se trata de un importante refuerzo en la instrucción de la Policía Municipal madrileña, promoviendo una formación más moderna, segura y eficaz", dijo, recordando que el compromiso del Consistorio con sus agentes.

No es la primera vez que Madrid apuesta por esta tecnología. El CIFSE incorporó los simuladores en 2007, pero el avance del software, el hardware y la llegada de nuevos dispositivos defensivos, como el táser, hacían inevitable la renovación.

El nuevo equipo permite a los policías entrenar en situaciones de máxima tensión sin necesidad de gastar proyectiles ni cargas eléctricas. Se calcula que el ahorro anual alcanzará los 50.000 euros, además de eliminar la exposición a humos y residuos tóxicos de la munición real.

Pero el realismo de este nuevo simulador es una de sus claves: el sistema proyecta imágenes envolventes, utiliza sonido direccional y sensores de movimiento, y dota a los agentes de armas simuladas que reproducen con fidelidad el peso y el retroceso.

Por otro lado, el instructor controla cada detalle: puede variar la intensidad de la amenaza, cortar el suministro de munición, provocar fallos en el arma o añadir estímulos que aumenten el estrés. Todo para poner al policía en la cuerda floja y observar cómo responde cuando la tensión escala.

Otra novedad destacada es que el simulador permite la participación de hasta seis agentes a la vez, recreando intervenciones en equipo.

El componente psicológico adquiere aquí protagonismo: se analiza si el policía duda, si mantiene la coordinación, si dispara con proporcionalidad o si se deja arrastrar por los nervios.

Cada sesión puede grabarse y revisarse después, con lupa sobre tiempos de reacción, movimientos, identificación de objetivos e impactos.

La apuesta tiene también un componente estratégico: el Ayuntamiento busca reforzar la preparación de las nuevas promociones y actualizar la formación de los veteranos.

El CIFSE calcula que más de 600 policías municipales pasarán por el simulador antes de que acabe el año, tanto en cursos de dispositivos electrónicos de control como en técnicas de tiro.

La integración en el plan formativo será progresiva, pero ya está claro que este será un antes y un después en la instrucción policial.