Cartel distribuido por la Asociación SOSdesaparecidos.

Cartel distribuido por la Asociación SOSdesaparecidos. EE

Sociedad

Un divorcio difícil y un intento de robo: la extraña desaparición en Madrid de la americana Ana María

La mujer de 40 años y nacionalidad estadounidense lleva en paradero desconocido desde el pasado 2 de febrero.

15 febrero, 2024 19:59

Cuarenta años, 1,50 de estatura, delgada, con pelo castaño y ojos marrones. Esa es la descripción de Ana María Knezewich, la estadounidense desaparecida el pasado 2 de febrero en Madrid en "inquietantes" circunstancias.

La asociación SOS Desaparecidos ha alertado de la situación de esta americana que se instaló hace pocos meses en Madrid para pasar un difícil divorcio. La mujer trabajaba vivía en Miami, donde residen sus hermanos y su madre, y donde casó con un ciudadano serbio, cogiendo su primer apellido, siendo el de soltera Henao.

Pero pronto tuvo problemas en su matrimonio, por lo que optó por el divorcio, un proceso que comenzó en enero y se tornó "muy duro y complicado, hasta el punto de pedir ayuda médica por depresión", según ha explicado a Europa Press el presidente de SOS Desaparecidos y portavoz de la familia, Joaquín Amills.

[Buscan a Jorge Pino, un hombre de 44 años desaparecido en Villanueva del Pardillo este martes]

Para poner tierra de por medio, Ana María llegó en diciembre Madrid, donde vive una amiga de la infancia, y se instaló en un piso cuyo alquiler caducaba en marzo.

El día antes de la desaparición, ambas estuvieron mirando una nueva vivienda. De hecho, la última comunicación fehaciente de la desaparecida fue el día 2 a las 11:30 horas comunicando a su amiga que no le había gustado.

Su amiga le escribió ese mismo día, sin obtener respuesta, y el siguiente. Preocupada, le llamó por teléfono sin éxito. Era muy extraño que no le contestara porque el 5 de febrero viajaban juntas a Barcelona para asistir a un evento y Ana María "estaba muy ilusionada con ello". De hecho, llegó a ir en vano a la estación de Atocha ese por si acaso hubiera perdido el móvil.

Así las cosas, a la 13 horas del día 3 tanto esta amiga (como otra que vive en Europa y que iba a visitar en breve a Ana María a su casa de Madrid) recibieron un mensaje idéntico en WhatsApp.

Aunque provenía del móvil de la desaparecida, no creen que lo hubiera escrito ella. Les decía que "había conocido una persona maravillosa y que se había ido con ella a una casa de campo situada a dos horas de Madrid, pero que allí hay mala señal, por lo que ya contactarán con ellas cuando regresara".

[Buscan a una mujer de 31 años tras seis días desaparecida en Valdemoro]

Nunca más han recibido mensaje alguno de ella. Además, tanto las destinatarias como la familia de Ana María no creen que lo escribiera ella, ya que no es su forma de hablar ni de escribir. "Parece como si le hubieran pasado un corrector", apunta Amills.

Alarmadas, la amiga española acudió al domicilio de la desaparecida. Al no responder nadie a la puerta, llamó a los servicios de emergencias. Tras contarles lo ocurrido, los Bomberos entraron al piso por una ventana y comprobaron que no había signos de violencia ni desorden, sino lo normal en estas estancias.

Eso sí, una vecina afirmó que había visto luz en la vivienda la madrugada del sábado 3. Y que en ese fin de semana intentaron robar en el edificio (aunque no hay denuncia alguna al respecto) y que por ello unos desconocidos taparon con un spray negro la cámara del teléfono de la entrada y la de seguridad junto al ascensor. 

Ante todo ello, se ha interpuesto una denuncia por su desaparición en la comisaría de la Policía Nacional, que lleva ahora la investigación de los hechos.

Una actitud extraña

Tanto la amiga como los familiares aseguraron a los agentes que no encaja con la forma de actuar de Ana María que desapareciese de esa manera, dejando colgadas a las personas tan allegadas con la que había hecho planes. Sería la primera vez que lo hiciera.

Tampoco les cuadra que abandonara Madrid de repente, una ciudad cuya vida cultural el encantaba y en la que quería rehacer su vida. No creen que fuera ella la que escribiera los mensajes, por lo que temen que están con alguien en contra de su voluntad.

Por eso, piden a la Policía que geolocalice el móvil de Ana María, que ahora ya no da señales, para comprobar dónde fue la última vez que se conectó el terminal. También solicitan que comprueben las cámaras de seguridad del edificio en el que vivía y los alrededores.

El presidente de SOS Desaparecidos asegura que su desaparición "presenta unos rasgos muy preocupantes desde el primer momento". "Es de los pocos casos en los que no hemos recibido ninguna noticia", ha indicado.