El recinto del FIB, en Benicasim, o la Fira de Barcelona son ejemplos de lugares acondicionados para realizar macroeventos musicales que permiten que (llueve o truene) no se suspendan las actuaciones musicales. Madrid ha intentado convertirse en un referente internacional de la música en directo con Mad Cool y Primavera Sound, pero ambos han dejado ver el mismo problema: no hay un recinto apto.

Aunque desde el Ayuntamiento de Arganda del Rey han asegurado a Madrid Total que la jornada del jueves del Primavera Sound no se ha cancelado por las condiciones del terreno, las imágenes dicen lo contrario. Una pista de baile convertida en piscina hace prácticamente impracticable acudir a un concierto.

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De hecho, este diario se ha puesto en contacto con la organización y han rebatido la visión del Ayuntamiento. Afirman que las "persistentes lluvias de las últimas semanas" han producido "afectaciones al recinto".

Vista aérea de la Ciudad del Rock E.E

"Los informes técnicos desaconsejaban abrir las puertas en la jornada de hoy por esta combinación de razones por motivos de seguridad, y el Ayuntamiento y la Policía Local de Arganda del Rey respaldaron la decisión", explican.

Lo sorprendente es que el recinto en el que se celebra el Primavera Sound, conocido como Ciudad del Rock, es el único en toda la región (cuya propietaria es la Comunidad de Madrid, pero gestiona el consistorio local) que se creó precisamente para realizar festivales.

El 'lodazal' en el Primavera Sound E.E

El fracaso de la Ciudad del Rock

Corría el año 2005 y los promotores de Rock in Río buscaban expandirse por Europa. Madrid estaba cerca y no tenía un festival de música. Era el lugar ideal. Pero el sueño se derrumbó con la crisis económica (trama Gürtel de por medio) y ahora el Ayuntamiento intenta darle salida, aunque sin mucho éxito.

"Los promotores del Primavera han decidido cancelar por la lluvia, pero no por fallos en la instalación. Las lluvias que han caído en estos días les han impedido trabajar al ritmo que ellos pensaban", insisten desde el Ayuntamiento de Arganda del Rey, que gestiona el recinto desde 2006.

Desde entonces, el Ayuntamiento se ha hecho cargo de estas instalaciones y ha pagado su mantenimiento, que afirman no poder cuantificar. "Desde que se dejó de celebrar el Rock in Río las instalaciones estaban muy desaprovechadas. Se ha organizado un festival de música electrónica (que este año es el 23 y 24 de junio) y este 2023, por primera vez, se hace uno de reggaetón en julio.

Aseguran que han intentado aprovechar "en la medida de lo posible" el alquiler del terreno, incluso dejándolo a diversas productoras para que graben películas y series de televisión. "Sobre todo el parking".

Al final, el Ayuntamiento socialista (que ha perdido las elecciones y devolverá el bastón de mando la próxima semana al PP) no ha hecho más que quedarse con una patata caliente que se empezó a cocer en 2005. En ese momento, y con el interés de los promotores de Rock in Río de expandirse por Europa, Arganda del Rey decidió apostar por ser la sede del Madrid Rock in Río.

Hizo falta una recalificación de los terrenos (que primero iban a ser un polígono industrial). Ahora los gestiona Obra Madrid, dependiente del gobierno autonómico. El recinto tiene unos 200.000 metros cuadrados y se construyó con dinero municipal. Nunca se ha llegado a aclarar la cuantía, pero se estima que sean más de 10 millones de euros.

Con ese dinero se aisló parte del suelo (no todo según dejan ver las fotos empantanadas), se construyeron instalaciones cerradas y se levantó la Fuente de las Estrellas, que tiene un récord Guinness por ser la fuente visitable más grande del mundo.

Cuando se firmó el convenio definitivo en 2007 entre Rock in Río y Arganda del Rey se cerraron 10 años de festival. En pleno 2023 todo el mundo puede comprobar que eso no fue así. El telón se apagó en 2012 porque en el contrato entre ambos organismos había una cláusula por la que Rock in Río podía salirse del contrato si no se cubría la mitad de los gastos del evento. En plena crisis económica, fue fácil que esto ocurriera.

La Ciudad del Rock de Arganda del Rey. / A SUMMER STORY

La Ciudad del Rock, que es el nombre que recibe este recinto, no ha conseguido brillar para acoger otros festivales que también se celebran en Madrid. Como es el caso del Río Babel, que se celebra en la Caja Mágica, o el Mad Cool. Precisamente, la apuesta privada del grupo que coordina ese festival internacional puede terminar de 'sepultar' a la Ciudad del Rock.

Desde el Ayuntamiento de Arganda no ven ningún tipo de competencia, pero la realidad habla por sí sola.

A escasos 30 minutos y mucho más cerca del centro de Madrid (en Villaverde) la empresa promotora del Mad Cool ha adquirido casi 200.000 metros cuadrados de terrenos con el objetivo de realizar un gran espacio para festivales. Su principal usuario será el propio Mad Cool, pero, según ha podido saber este medio, no el único.

Ambiente nocturno en la última edición de Mad Cool, en 2019

La empresa promotora de Mad Cool, tras años realizando su festival en Valdebebas en un terreno del Ayuntamiento, ha tomado la sartén por el mango y ha buscado su propio espacio. Madrid no tiene terreno para hacer festivales que estén preparados con este fin y esta puede ser una solución muy rentable para la empresa privada.

Todo aquel que se mueve en los ambientes de los festivales de música conoce instalaciones como las de Benicasim donde se celebra el FIB o el San San Festival. Son espacios cimentados con terrenos preparados para instalar escenarios y baños de obra que no se ven desbordados ante las lluvias. De hecho, en una de las últimas ediciones del San San Festival, las lluvias torrenciales no impidieron que se celebrara el concierto

El caso Mad Cool: negocio privado

Mad Cool Events, que es la sociedad promotora del festival, ha adquirido estos terrenos tras amenazas al Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid con salir de la ciudad. Y es que, el festival que comenzó en la Caja Mágica ha 'explotado' y necesitaba un recinto estable y en condiciones. El de Valdebebas no cumplía las condiciones y, finalmente, tras varias negociaciones con el Ayuntamiento adquirieron la parcela.

Desde el equipo de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid aseguran que no pueden adelantar mucho de este proyecto, que ya se está construyendo, pero sí confirman que los promotores han estudiado "con todo detalle" su distribución con el objetivo de ser un recinto referente. El proyecto de reordenamiento urbanístico se ha hecho desde el Consistorio, pero los entresijos del mismo -como dónde estará la entrada, el parking o las instalaciones sanitarias-, es una incógnita.

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El Ayuntamiento pretende, incluso, aprovechar el desarrollo privado con una parcela que está cerca del recinto y en la que la todavía vicealcaldesa, Begoña Villacís, ha anunciado que se va a levantar una ciudad de la música, de modo similar a la ciudad de la imagen que se creó en Pozuelo de Alarcón.

Entre el Mad Cool y la ciudad de la música se reordenarán más de 850.000 m2 de suelo, originando nuevos espacios de producción musical, salas de ensayo y sectores relacionados con las ciencias e ingenierías del sonido y de la música. 

El Ayuntamiento ha tensado la cuerda con Mad Cool (aunque al final le ha salido bien) para no repetir lo que ocurrió en la Ciudad del Rock en Arganda del Rey. La edil de Cultura, Andrea Levy, reiteró que su Ayuntamiento quería que el festival siguiera en la capital sin que eso costara dinero a los madrileños. Es decir, que más allá del millón de euros que invierte el Consistorio local en publicidad, no se iba a invertir en acondicionar un terreno.

El claro ejemplo de los que promotores de Mad Cool van a encontrar negocio con este terreno es que todavía está sin construir y ya tiene su primer interesado. En septiembre el festival Coca-Cola Music Experience se va a celebrar allí. La propia organización de festival Music Experience presentó el espacio del Mad Cool como el "nuevo lugar para los festivales en la Comunidad de Madrid". La iniciativa privada ha ganado la partida a la pública.