Ordenador Portátil con las siglas AI (Inteligencia Artificial).
¿Qué debe hacer una IA para ganarse nuestra confianza?
Del antropomorfismo a la calidad: los cinco factores que nos hacen conectar con la IA
Vivimos tiempos en los que la inteligencia artificial no lucha tanto contra si misma o sus limitaciones técnicas, sino contra la desconfianza de los humanos. Es natural. Al inevitable recelo que genera una tecnología nueva se suma el miedo a perder el trabajo o la llamada “IA Anxiety” o “Ansiedad de la IA”.
La “ansiedad por la IA” es un conjunto de reacciones emocionales -miedo, incertidumbre, tensión- que aparecen ante la rápida penetración de sistemas de inteligencia artificial en lo laboral, lo sanitario, la educación y la vida cotidiana.
No es sólo “miedo a los robots”. Investigadores la describen como una mezcla de “tecnostress” específico de la IA que incluye preocupaciones sobre pérdida de control, errores de la máquina, y transparencia, así como ansiedad anticipatoria sobre el futuro profesional y social.
No es extraño escuchar, en nuestros días, frases y comentarios como que la IA nos va a jubilar a todos, y numerosos estudios confirman la existencia de este fenómeno. Estudios y revisiones académicas han empezado a conceptualizarla y medirla como una categoría propia dentro de la psicología tecnológica.
Ahora bien, ¿puede combatirse? No son menos los estudios que han demostrado los beneficios que esta tecnología puede aportar y aporta al conjunto de la sociedad, no solo a nivel económico, sino también social e incluso laboral.
Un informe del Grupo Adecco revela que España es de los países más positivos respecto a la IA, hasta el punto de que el 82% de los trabajadores cree que esta tecnología está generando más empleos.
No hay duda de que las tornas están cambiando a medida que la gente está aprendiendo a utilizar las herramientas de inteligencia artificial generativa. Y a raíz de que los modelos evolucionan. No tiene nada que ver hacer una consulta a ChatGPT en 2022 que hacerla tres años después. Las respuestas son más ajustadas, más precisas y más útiles para cualquier usuario.
Los cinco factores que generan confianza en la IA
A pesar de todo ello, la confianza en la IA no es automática. Hay que ganársela. Y para ello entran en juego distintos factores, que han sido analizados en un estudio publicado en la revista ‘AI & Society’, que ha realizado una revisión sistemática de 562 estudios empíricos con el fin de explorar los antecedentes y las consecuencias de la confianza humana en la IA.
No hay grandes sorpresas en el primero de ellos. La capacidad es el factor más importante que impulsa la confianza en la IA. Tenemos que creer en la herramienta y en los resultados que nos proporciona. Es decir, que no haya fallos ni alucinaciones.
Esto tiene sentido desde un punto de vista intuitivo. Cuando un modelo de IA comete errores repetidamente o genera resultados poco fiables, los usuarios pierden rápidamente la confianza. En un mundo en el que el exceso de confianza y las ilusiones de precisión son habituales, lo más importante es contar con una IA competente.
Otro reciente estudio califica a los modelos de IAG según su nivel de alucinaciones. El más fiable, aseguran, es Perplexity, seguido de Copilot y ChatGPT. Deepseek, Gemini, y sobre todo Grok, ocupan las últimas posiciones en cuestión de fiabilidad.
Dotar a la IA de rasgos humanos
Un poco más sorprendente es el segundo factor más determinante a la hora de que una IA pueda ganarse nuestra confianza. Se trata del antropomorfismo, o, lo que es lo mismo, dotar a la IA de rasgos humanos. No se trata de ponerle ojos y pelo, que eso asustaría hasta el más valiente, sino de que el modelo de IA se refiera a sí mismo como “yo”, utilice un tono coloquial o parezca amistoso.
En tercer lugar, señala el estudio, factores individuales como la edad, el género y el nivel educativo desempeñan un papel importante. El cuarto lugar lo ocupa un factor clave para el futuro de la IA, su explicabilidad. Las personas tienden a confiar más en la IA si comprenden la lógica que hay detrás de sus decisiones.
Por último, el estudio señala que la confianza en la inteligencia artificial aumenta si el usuario percibe que no hay riesgos para su privacidad.
¿Es esto suficiente para vencer el miedo o la ansiedad que genera la IA? Podría o debería serlo, si somos capaces de explicarlo con claridad y formar al creciente número de usuarios que está abrazando esta tecnología.
En 2025, ChatGPT ha sido la aplicación más descargada a nivel mundial, desbancando a TikTok e Instagram en un ranking que antes dominaban las redes sociales
Un total de 902 millones de personas han instalado en sus teléfonos esta aplicación en los primeros once meses del año, a los que hay que sumar los 392 millones que han optado por Gemini. Con miedos o sin ellos, la IAG sigue avanzando. Ahora es momento de caminar hacia una IA competente y clara.
*** Alicia Richart es directora general de Afiniti para España y Portugal.