No es el peso que pierdes, es la vida que ganas” (Verónica de Bourg).

Las grandes farmacéuticas están experimentando un cambio sísmico gracias a una clase innovadora de fármacos llamados agonistas de GLP-1 que, aunque inicialmente fueron diseñados para la diabetes tipo 2, han ganado popularidad por sus notables beneficios para la pérdida de peso.

Los medicamentos Ozempic (semaglutida) de Novo Nordisk y Mounjaro (tirzepatida) de Eli Lilly lideran la revolución. Más allá de reducir peso, los agonistas de GLP-1 prometen abordar la salud del corazón y otras afecciones crónicas, lo que los convierte en un punto de inflexión en la atención médica.

Los agonistas de GLP-1 imitan una hormona natural que regula el azúcar en sangre y el apetito, ofreciendo un enfoque múltiple para combatir la obesidad:

- Supresión del apetito: reducen significativamente el hambre y aumentan la sensación de saciedad, lo que lleva a una disminución de la ingesta de alimentos.

- Digestión lenta: retrasan el vaciado del estómago, potenciando aún más la saciedad y favoreciendo la pérdida de peso.

- Beneficios metabólicos: más allá de la pérdida de peso, los agonistas de GLP-1 mejoran la sensibilidad a la insulina y el control del azúcar en sangre, lo que ofrece beneficios adicionales para la salud.

Su uso inteligente combinado con una alimentación sana y ejercicio físico incrementarán la esperanza de vida en todo el mundo.

The Economist y Eli Lilly han elaborado un reciente e interesante análisis sobre la obesidad en el mundo, su prevalencia y cómo están respondiendo las naciones.

La prevalencia mundial de la obesidad en adultos se ha más que duplicado desde 1990, y la obesidad en adolescentes se ha cuadruplicado. Uno de cada ocho adultos en todo el mundo vive con obesidad, lo que la convierte en una crisis acuciante de salud pública.

A pesar de las importantes consecuencias sanitarias, sociales y económicas, los países no están logrando abordar los factores de riesgo ni apoyar el control de la obesidad a largo plazo:

La obesidad aumenta significativamente la probabilidad de desarrollar y agravar otras enfermedades crónicas, como la diabetes tipo 2, los accidentes cerebrovasculares y ciertos tipos de cáncer.

En 2020, el impacto económico global estimado del sobrepeso y la obesidad fue del 2,4% del PIB. Para 2035, se proyecta que esta cifra supere los 4 billones de dólares, lo que representa casi el 3% del PIB mundial. Gran parte de este coste provendrá del control de la obesidad.

Cada año, se gasta cerca de 1 billón de dólares en atención sanitaria relacionada con el sobrepeso y la obesidad, lo que representa el 13% del gasto sanitario global.

El índice de respuesta a la obesidad destaca las acciones (y la inacción) en 20 países a través de 30 indicadores, agrupados en cuatro pilares: políticas y gobernanza, control de la obesidad, calidad y acceso a los alimentos, y actividad física:

La mayoría de las naciones carece de estrategias sólidas contra la obesidad. De las 20 evaluadas, sólo 13 cuentan con planes vigentes contra la obesidad, y muchos omiten componentes esenciales:

Si bien 16 de los 20 países evaluados cuentan con directrices actuales y basadas en la evidencia para el manejo de la obesidad, sólo seis (Australia, Brasil, Canadá, Finlandia, Emiratos Árabes y el Reino Unido) incluyen una revisión de la eficacia clínica y la rentabilidad de las intervenciones recomendadas. Esta omisión deja a los profesionales sanitarios y a las aseguradoras sin la información necesaria para evaluar el valor y el impacto:

Garantizar la cobertura de los principales tipos de atención para la obesidad basada en la evidencia (asesoramiento nutricional, terapia conductual intensiva, medicación y cirugía metabólica y bariátrica) es esencial para un manejo eficaz. Sin embargo, el acceso sigue siendo desigual a nivel mundial debido a los altos costes, la disponibilidad limitada y las deficiencias en el reembolso de los seguros.

Entre los 20 países analizados, sólo el Reino Unido cubre las cuatro formas de atención de la obesidad en la sanidad pública, mientras que seis naciones (Canadá, China, México, Nigeria, Ruanda y Sudáfrica) no cubren ninguna forma de atención de la obesidad a través de la seguridad social:

Ocho países (Brasil, India, México, Arabia Saudí, Sudáfrica, Corea del Sur, España y el Reino Unido) han introducido regulaciones obligatorias que restringen la publicidad de alimentos y bebidas poco saludables dirigida a los niños, mientras que otros siete aplican regulaciones voluntarias:

Sólo Brasil, Canadá y México exigen el etiquetado frontal con la información dietética clave de los alimentos preenvasados, mientras que los 17 países restantes exigen algún tipo de etiquetado, pero no que esté en el frente del paquete:

Los impuestos especiales sobre alimentos y bebidas poco saludables pueden afectar a las compras de los consumidores, incentivar a los fabricantes a reformular productos y generar ingresos públicos que puedan reinvertirse en la promoción de la salud:

La OMS recomienda que los adultos realicen al menos entre 150 y 300 minutos de actividad física aeróbica moderada o entre 75 y 150 minutos de actividad física aeróbica vigorosa por semana, junto con actividades de fortalecimiento muscular dos o más días:

Tú construyes tus hábitos, tus hábitos construyen tu futuro. Jim Rohn suele decir: “Cuida tu cuerpo, es el único sitio que tienes para vivir”.