El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, durante una intervención en el Congreso de Estados Unidos. Reuters
Desde que Donald Trump regresó a la Casa Blanca, no ha dejado de criticar a la Reserva Federal y, en particular, a Jerome Powell, por lo que considera una reducción demasiado lenta de las tasas de interés. Como ejemplo, suele citar al Banco Central Europeo, que ha bajado los tipos ocho veces desde 2024.
Sin embargo, el presidente parece pasar por alto un detalle importante: la inflación no es la misma en Europa que en Estados Unidos, y de ahí las diferencias en las medidas adoptadas.
Así, en la zona euro, el IPCA fue del 2,2% interanual en noviembre, prácticamente igual que en los meses anteriores, y la variación mensual ya es negativa, del -0,3%. Por su parte, la inflación subyacente sigue en 2,4% anual, pero también cae mes a mes, hasta el -0,4%.
En Estados Unidos, mientras tanto, la inflación sigue elevada: 0,3% mensual y 2,8% anual, mientras que la subyacente también se mantiene en 2,8% anual. Excluyendo la energía y la vivienda, ha subido un 0,2% mensual y un 3,3% anual. No en vano, la Fed no tiene prisa por bajar los tipos.
¿Qué pasará cuando termine el mandato de Powell en mayo de 2026?
Se especula que el favorito para sucederlo es Kevin Hassett, un aliado cercano de Trump y defensor de una reducción más rápida de las tasas
Se especula que el favorito para sucederlo es Kevin Hassett, un aliado cercano de Trump y defensor de una reducción más rápida de las tasas. En teoría, esto supondría un golpe para la independencia institucional de la Fed.
La buena noticia es que las decisiones se toman de forma colegiada y los miembros no pueden ser destituidos fácilmente. La estructura está diseñada para que ni el presidente ni el Congreso puedan dictar la política monetaria.
En cuanto a índices como el S&P 500 o el Nasdaq, un relajamiento de la política monetaria suele ser positivo porque impulsa la economía. Sin embargo, si las tasas bajan sin una razón económica clara, la confianza en EEUU podría verse afectada.
En ese escenario, el dólar podría debilitarse, mientras que los bonos del Tesoro y el oro (XAUUSD) podrían subir, y las acciones quedarían bajo presión.
En resumen, aunque la salida de Powell implique la pérdida de un “halcón” en la Fed, no debería cambiar de manera radical la política del regulador. No obstante, si las decisiones se toman sin fundamentos económicos sólidos, los efectos negativos podrían superar los beneficios.
***Igor Kuchma es analista de Trading View.