Parece que Venezuela puede volver a la democracia (¡Ojalá acierte Trump!). Sería el momento de pensar en invertir allí y, quizás, en toda Sudamérica ¿Cómo hacerlo?
El lunes 10 de noviembre de 2025, en Barcelona -instalaciones del IESE- hubo una reunión de alumnos latinoamericanos del MBA con D. Felipe Vicini, presidente del grupo empresarial INICIA (República Dominicana). El mensaje: si usted quiere invertir en Latinoamérica, el corto plazo son 25 años.
El grupo que ahora se llama INICIA inició su existencia hace 150 años con la llegada de los antepasados de la familia desde Italia. Sus inversiones van desde producción agropecuaria a servicios financieros, pasando por el sector educativo, sanitario, cultural, inmobiliario, deportes, media, cine y entretenimiento …
El argumento son las virtudes de: prudencia, constancia en el trabajo, austeridad y paciencia. Los cambios geopolíticos en el continente son imprevisibles. Si cada vez que hay uno de ellos entra en juego el nerviosismo, el riesgo de tomar decisiones incorrectas precipitadas es enorme.
Esa fue la lección del empresario: la misión de INICIA es generar riqueza y bienestar social allí donde se instala. Preferentemente en países que tengan sus costas en el mar Caribe, más Ecuador y Perú. Por eso su corto plazo son 25 años. En menos tiempo no cambias nada del entorno.
Con los horizontes esperanzadores (los llamados decenios dorados de Latinoamérica) llegan los fondos de inversión clásicos
Es una zona de oportunidades. De vez en cuando aparecen unos horizontes esperanzadores. Pero también algún “cisne negro”.
Con los horizontes esperanzadores (los llamados decenios dorados de Latinoamérica) llegan los fondos de inversión clásicos. Fondos con mandatos de ejecutar operaciones que se moneticen en un plazo corto, como mucho cinco o siete años.
A veces sus previsiones se cumplen. Pero, también otras veces, en medio de ese periodo, aparece un “cisne negro”. Por ejemplo, en figura de cambio político de elecciones donde gana un partido populista (sea de izquierdas o de derechas). Entonces el inversor a “corto o medio plazo” se pone nervioso y liquida los activos, incluso con pérdidas.
En cambio, en los periodos de euforia, los grupos empresariales como INICIA pueden monetizar con éxito financiero sus activos, porque los fondos clásicos quieren entrar al albur de las buenas expectativas.
En todo caso, la paciencia y el aguante acaba recompensando a los inversores con vocación de permanencia y mejora constante del entorno. De ahí que dentro del portafolio de negocios de INICIA se incluya el sector educativo y el sanitario en los que los plazos de rentabilidad económica y social son muy largos.
En los últimos años, muchas inversiones en Latinoamérica han sufrido del síndrome del corto plazo
Los alumnos del MBA mostraron sorpresa ante esta filosofía empresarial. Están acostumbrados a medir los ROE y otros indicadores de rentabilidad a corto plazo en sus trabajos previos al MBA y en los casos que estudian durante el mismo. Pensar en 25 años como corto plazo excede sus cálculos, incluso personales.
En los últimos años, muchas inversiones en Latinoamérica han sufrido del síndrome del corto plazo. Muchas multinacionales norteamericanas y europeas (incluidas las españolas) han salido del continente sudamericano y el Caribe. Han sido años de zozobra económica y política.
Sin embargo, desde el punto de vista del inversor económico y social a largo plazo, es precisamente en estos periodos grises cuando aparecen las oportunidades del futuro y la inversión. Claro está que eso exige una fortaleza financiera que solo dan la prudencia (apalancarse con deuda solo lo justo), la constancia en el trabajo (día a día se hace el camino), la austeridad (controlar mucho los gastos) y la paciencia (no ponerse nervioso ante los cambios).
Estas son cuatro virtudes propias de los grupos empresariales familiares, en los que el tiempo se mide por generaciones. Familias instaladas desde hace mucho tiempo en sus territorios y que regularmente empezaron con un bisabuelo o abuelo emprendedor que creó una pequeña empresa; el germen del grupo empresarial actual.
Y es de estas “multilatinas” familiares de las que depende el futuro de estos países. Mucho más que de los políticos que solo piensen en las elecciones próximas o las inversiones extranjeras, que a menudo tienen vocación a medio plazo o especulativa ¿Lo reconocerán sus ciudadanos y sus gobiernos?
** J. R. Pin Arboledas es profesor del IESE.