No ahorres lo que queda después de gastar, gasta lo que queda después de ahorrar” (Warren Buffett).

No quiero ser catastrofista en la columna de hoy: si eres español y esperas cobrar tu pensión cuando te retires, probablemente lo harás. Pero es bastante factible que sea inferior a la que esperas.

Nuestro sistema es de reparto y no de capitalización. Es decir, tus cotizaciones de hoy sirven para pagar a los jubilados actuales, no son un dinero a tu nombre invertido para que lo cobres en el futuro.

Además, por su naturaleza, no acumula fondos para invertir en renta variable al estilo del fondo soberano noruego, por ejemplo, así que no podemos esperar revalorización a largo plazo.

Soy consciente de la necesidad de inmigración de calidad debido a nuestra baja natalidad, que mete mucha presión al sistema de la seguridad social (cada vez hay menos jóvenes para mantener a tantos mayores). Pero esto no deja de ser un futurible, la realidad hoy es sombría.

Este mapamundi de Bloomberg basado en el índice de pensiones de Mercer refleja que España se sitúa en el cuarto grupo de seis (donde el primero es el mejor). Estamos en el mismo grupo que Colombia, aunque es cierto que en dicho grupo se encuentra también Estados Unidos. En el rango inmediatamente superior al nuestro, están Chile, Uruguay y México, curiosamente:

El mencionado índice se pondera así:

- Adecuación 40%: beneficios, diseño del sistema, ahorros, apoyo gubernamental, propiedad de la vivienda, crecimiento de las inversiones.

- Sostenibilidad 35%: cobertura de pensiones, activos totales, demografía, gasto público, deuda pública, crecimiento económico.

- Integridad 25%: regulación, gobernanza, protección, comunicación, costes operativos.

Las cuatro naciones que pertenecen al grupo líder (puntuación por encima de 80) son: Países Bajos, Islandia, Dinamarca e Israel.

España obtiene una puntuación de 63,3 (82,9 en adecuación, 30,7 en sostenibilidad y 77,6 en integridad). Dicho de otra forma, nuestras pensiones no son precisamente “sostenibles”.

Pasemos a visualizar gráficos elaborados por Fidelity a partir de una encuesta suya que pone de relieve la desconexión entre las expectativas y la realidad que amenaza los objetivos de la jubilación.

De acuerdo con el estudio, en el que participaron 5.500 personas de Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, España y Suiza, los encuestados mencionaron como prioridad, por encima de cualquier otra meta financiera, las aportaciones a sus planes de pensiones.

Este imperativo, citado por un 39% de los encuestados, se impuso a “mantener mi estilo de vida actual” y “reunir un fondo de emergencia” dentro de los tres principales objetivos financieros.

De hecho, el 66% de los españoles piensan que están en vías de conseguir la pensión de jubilación que desean:

El significado de la expresión “en vías” varia por región, estilo de vida y prioridades financieras. Los españoles estimaron que necesitarían una renta anual de unos 45.000 euros.

Todos los gráficos que vienen a continuación reflejan el promedio de los países encuestados, aunque yo destacaré el dato de España concretamente:

El optimismo de los inversores en relación con la capacidad para jubilarse cómodamente presupone una inflación estable, unas rentas constantes, unos gastos predecibles y la ausencia de circunstancias negativas en el plano personal, en los mercados y en las políticas de las autoridades.

Ninguno de estos supuestos se sostiene. Es más, con el incremento de la esperanza de vida ha aumentado el riesgo de no disponer de una renta suficiente durante la jubilación.

En España, la inflación fue mencionada como un gran obstáculo para el 47% de los encuestados (seguida de la incertidumbre económica para el 39%, gastos inesperados 32% y ahorro insuficiente 24%):

Las inquietudes en torno a la salud durante la jubilación son las que predominan, ya que fueron mencionadas por el 49% de los españoles:

Las mujeres se muestran sistemáticamente más preocupadas por su futuro durante la jubilación, con aspectos como agotar los ahorros demasiado pronto y ser una carga para los familiares, además de los sucesos imprevistos. Eso pone de relieve los retos que las mujeres sufren en mayor medida que los hombres: en general, las mujeres ganan menos a lo largo de su vida, interrumpen su carrera con mayor frecuencia para cuidar a familiares y viven más años.

Del mismo modo, los trabajadores de mediana edad (entre 35 y 54 años) parecen más inquietos que sus homólogos más jóvenes y más mayores. Alrededor del 24% teme agotar sus ahorros demasiado pronto. Este grupo tiene más responsabilidades económicas, repartidas entre mantener a sus hijos y ayudar a sus padres de edad avanzada.

Morningstar recomienda estos siete pasos para que el dinero dure durante la jubilación:

- Los jubilados deberían revisar la distribución de sus activos para asegurarse de que tienen suficiente crecimiento.

- Una buena forma de aumentar la rentabilidad sin añadir demasiado riesgo es mediante el enfoque de “cubo”, que consiste en mantener el equivalente a entre cinco y diez años de retiradas de cartera con una combinación de efectivo e inversiones en renta fija.

- Una buena práctica para las personas que están pensando en cómo gastar sus inversiones durante la jubilación es mantenerse flexible y estar al tanto del comportamiento de sus carteras.

- Los jubilados pueden considerar la posibilidad de trabajar más tiempo si les preocupan los déficits económicos.

- Retrasar la pensión de la seguridad social puede ser una buena estrategia para las personas que tienen una esperanza de vida promedio o superior a la media, o si creen que su cónyuge vivirá más tiempo y dependerá de esa futura prestación.

- Los jubilados preocupados por la posibilidad de quedarse sin dinero podrían considerar algunos cambios en su estilo de vida, como reducir las suscripciones, o medidas más drásticas como mudarse a una casa más pequeña.

- Contratar a un asesor que revise la cartera de inversiones puede brindar tranquilidad y ayudar a detectar posibles deficiencias.

La libertad es clave para ser feliz y la verdadera libertad es la económica. Marilyn Monroe solía decir: “El dinero no compra la felicidad, pero te permite ser infeliz en mejores lugares”.