Ante la subida general de aranceles declarada por Donald Trump la pregunta era: ¿es qué el presidente de los EEUU no se da cuenta de que la subida generalizada de aranceles es un barbaridad económica?
Una respuesta es que la verdadera intención de Trump es una postura negociadora. Que lo que ha hecho la administración estadounidense es una base de partida para que la otra parte negocie desde la inferioridad.
Si la respuesta es esta, si se concluye que es el inicio una negociación, se puede responder de dos maneras: a) demostrando fuerza para hacer que se doblegue el postor americano; o b) buscando posturas de racionalidad para llegar a un acuerdo.
La primera postura es la china. Ante la postura de Trump, la administración china amenazó con subir los aranceles en un 34% a los productos importados desde EEUU. A este anuncio EEUU respondió con un posible aumento de hasta el 104% en sus fronteras para los productos chinos y China amenazó con igualar la apuesta, como si de un juego de póquer se tratara ¿Hasta qué nivel puede seguir la puja?
La respuesta de la UE ha sido negociar. Se habla de medidas contundentes, pero sin una postura definitiva. Al menos de momento. Se está abierto a negociaciones a la baja en general y por productos
La respuesta de la UE ha sido negociar. Se habla de medidas contundentes, pero sin una postura definitiva
De manera que en la hipótesis de que se trata de una negociación China juega con pujas al alza y la UE a la baja ¿Cuál de las dos posturas es la acertada?
La de China es arriesgada. Si no se para la escalada conduce a la anulación del intercambio comercial entre los dos países. Eso a corto plazo lleva a cuellos de botella en la producción y, en consecuencia a inflación generalizada. Pero si hay alguien acostumbrado a una negociación comercial es un chino. Así que hay que ver en que acaba.
La respuesta de la UE, más mesurada, conduce a una negociación. Pero en desventaja. Trump ya ha puesto su arancel y la UE debe negociar para que lo baje.
Tanto el asesor de Trump, Elon Musk, como Von der Layen, la presidenta de la Comisión Europea, incluso hablan de llegar a un arancel cero. Sería crear un área de librecambio a ambos lados del Atlántico con cerca de 1.000 millones de consumidores. Una idea en la que ya estuvo interesada Inglaterra con la creación de la EFTA (siglas en inglés del Área Europea de Libre Comercio) antes de su ingreso en la UE y el posterior Brexit.
La sospecha es que Elon Musk lo hace preocupado por la baja de ventas de sus Tesla. Pero, independientemente de la causa de su propuesta, indica un camino. El pánico financiero desatado en las bolsas y de las que Musk es víctima, también empuja a la negociación.
El pánico financiero desatado en las bolsas y de las que Musk es víctima, también empuja a la negociación
Al contrario de la negociación, si la intención de Trump fuera sustituir las importaciones por producciones internas y cerrar el comercio exterior de EEUU, la sensación sería diferente.
En una lucha de poder a poder todos pierden. Como pasó en Europa en la primera mitad del siglo XX.
La Europa de antes de esas guerras se componía de naciones divididas por aduanas con aranceles protectores de las diferentes industrias locales. Alemania buscó expandir sus fronteras mediante la guerra para ampliar su mercado. Sólo después de las dos experiencias traumáticas de las guerras se llegó a la CEE (Comunidad Económica Europea). Con la UE eliminaron las restricciones comerciales. Eso ha dado lugar en el viejo continente al mayor periodo de paz y crecimiento desde la destrucción del imperio romano.
Europa tuvo que aprender con destrucción y muertes el coste de la división y el olvido de la negociación como sistema de solución de problemas económicos. Esperemos que no pase lo mismo ahora con todo un orbe económico.
Por eso frente a la confrontación se impone la negociación con pujas (¿a la baja o al alza?). Lo contrario es el caos.
El miércoles Trump, con la moratoria de 90 días, dio una señal hacia la negociación a todos los países, menos a China a la que le aceptó el órdago ¿quién tiene razón?
** J. R. Pin Arboledas es profesor del IESE.