Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI

Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI EP

La tribuna

Más allá de la IA: los planes de Altman para cambiar el mundo

14 marzo, 2024 02:19

En los últimos años, la figura de los grandes CEOS tecnológicos se ha visto cuestionada por buena parte de la sociedad. De ser admirados por medio planeta, han pasado a ser vistos como individuos caprichosos, megalómanos e infantiles, enzarzados en disputas personales en las que nadie gana y perdemos todos. Como estrellas del rock en decadencia.

Es el caso de Elon Musk y de Mark Zuckerberg, capaces de ilusionar a la humanidad con proyectos filántropos e innovadores y de decepcionarla después con maneras de oligarca quisquilloso. El arquetipo del innovador que se enriquece al tiempo que cambia el mundo sigue gustando, pero ha quedado tocado por algunas cacicadas fuera de tiempo y de lugar.

Lo que el ciudadano espera de cualquier CEO, y más aún de uno del sector tecnológico, es que cambie el mundo, que lo cambie para bien y que lo haga en beneficio de todos. Si por el camino se hace millonario eso que se lleva. Pero que intente también hacernos todos la vida más justa, más fácil y más productiva, y que reinvierta parte de sus ganancias en proyectos filántropos que mejoren el tiempo que compartimos.

Por suerte, los nuevos millonarios tienen la intención, al menos aparentemente, de seguir este patrón. De invertir en proyectos que sean capaces de mejorar nuestro día a día, afrontando desafíos propios del segundo cuarto del siglo XXI. Como reducir la infertilidad, capturar el carbono, cultivar carne en laboratorios o pagar la factura del agua a ancianos en riesgo de exclusión social.

Esos son solo algunos de los proyectos que impulsa el consejero delegado de OpenAI, Sam Altman, hoy en la cima de un imperio tecnooptimista en expansión. Si la adopción masiva del 4G catapultó a empresas como Meta (entonces Facebook), Amazon o Tesla, hoy el escenario previsto con el 5G sitúa a las compañías de inteligencia artificial como presuntos campeones de la nueva era tecnológica.

El escenario previsto con el 5G sitúa a las compañías de inteligencia artificial como presuntos campeones de la nueva era tecnológica

Y dos son las empresas más conocidas y valoradas hasta la fecha. La citada OpenAI (artífice de ChatGPT) y Nvidia, que solo en 2021 produjo unos 5.000.000.000.000.000.000.000 FLOPs de cálculo en GPU, el equivalente a unos 5 millones de cerebros humanos. Una cifra que será necesario duplicar o triplicar cada año si se cumplen las previsiones de crecimiento de la inteligencia artificial.

A nuevas empresas, nuevos patrones. Tanto Jen-Hsun Huang como Sam Altman tienen hoy mucha mejor imagen que sus predecesores, lastrados no solo por su falta de acierto en los últimos tiempos sino por el escaso número de proyectos filántropos que realmente llegaron a buen puerto. Al visionario se le exige no solo que piense por sí mismo, sino por el bien de la sociedad.  Que imagine y construya un mundo mejor para todos.

Los proyectos de Altman 

En esta línea, el fundador de OpenAI ha invertido en un buen número de proyectos con los que pretende revolucionar nuestra sociedad. Durante la última década, se ha destacado como uno de los inversores ángeles más prominentes de Silicon Valley, invirtiendo en aproximadamente 400 empresas. entre ellas Reddit, Stripe, Asana y startups de IA como Cerebras y Humane.

No es fácil seguir la pista a todas las inversiones, pero sí se conocen algunas de ellas, de marcado carácter visionario y social. ¿Calculador, filántropo, soñador? No es fácil saberlo, pero sí que es interesante conocer algunas de estas iniciativas. Y sacar algún aprendizaje. El nuevo CEO debe soñar a lo grande. Solo así podrá llegar a cambiar el mundo para todos.

El nuevo CEO debe soñar a lo grande. Solo así podrá llegar a cambiar el mundo para todos

Uno de estos desafíos, quizás el más conocido, es el de acabar con la muerte. En 2022, Altman invirtió 180 millones de dólares en Retro Biosciences, una empresa que utiliza la "reprogramación celular" para retrasar al menos 10 años la defunción del ser humano.

El segundo pilar de la gran teoría unificada de Altman es un plan para que el silicio sea tan libre como el aire y el agua. Al parecer, se ha reunido con los fondos soberanos de países ricos en petróleo para apoyar un plan de 7 billones de dólares destinado a expandir radicalmente la industria mundial de semiconductores y chips. Poco se sabe del proyecto, aparte de su altísimo precio.

A lo largo de los años, Altman ha invertido en cientos de ideas utópicas, como la captura natural de carbono; carne cultivada en laboratorio; coches que se conducen solos; el fin de la infertilidad; un sistema operativo para parejas; una empresa que fabrica robots para extraer cobalto; otra que fabrica robots para realizar trabajos manuales baratos; otra que fabrica "robots inteligentes para una nueva edad de oro"; y la más adorable con diferencia, una empresa que paga las facturas del agua a ancianos con bajos ingresos.

Toda una declaración de intenciones. ¿Es el nuevo tipo de CEO que necesitamos todos? Solo el tiempo nos dará la respuesta.

*** Alicia Richart es directora general de Afiniti para España y Portugal.

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