En la columna de hoy, quiero repasar aspectos curiosos del mundo de las bebidas alcohólicas (cerveza, vino, destilados y cócteles) y de los refrescos y bebidas sin alcohol en general.

Para empezar, este gráfico refleja la ilusión de variedad de elección que tenemos con las cervezas locales. Podríamos ir fácilmente a un bar y probar varias cervezas diferentes de países y continentes distintos sin darnos cuenta de que la cervecera belga AB InBev era nuestro proveedor exclusivo esa noche. Y si bien hemos visto un auge en las cervecerías artesanales independientes en los últimos años, su producción aún es eclipsada por la de los actores globales que vemos a continuación:

El consumo mundial de cerveza superó los 185 millones de kilolitros en 2021, suficiente para llenar más de 74.000 piscinas olímpicas.

Asia posee una participación del 31% del mercado mundial de la cerveza y sigue siendo la región más consumidora del mundo en los últimos 14 años. China fue el mayor país consumidor por decimonoveno año consecutivo (España fue el décimo país consumidor). La tradición de elaborar cerveza en China se remonta a nueve milenios. China también fue el principal productor de cerveza en 2022, seguida de Estados Unidos.

Al examinar el consumo por habitante, Asia se queda por detrás de Europa. Nueve de los diez principales consumidores de cerveza per cápita son países europeos. La República Checa sigue siendo líder por 29.º año (España es el octavo). En 2021, el checo medio bebió más de 184 litros de cerveza:

Sin embargo, los españoles somos los que más disfrutamos del placer de consumirla fuera de casa. Qué dicha vivir aquí:

Francia exporta 3,5 veces más vino que España. Curiosamente, Italia exporta más del doble que nosotros. Otra cuestión diferente es el tipo de vino que estén exportando:

¿Vino, cerveza o whisky? No, los que están en auge son el tequila y los cócteles:

Y aquí podemos ver que, desde que uno es joven hasta que se hace mayor, las preferencias avanzan del cóctel a la cerveza para llegar finalmente al vino:

Coca-Cola, PepsiCo y Keurig Dr Pepper juntas acaparan casi el 94% del mercado de refrescos carbonatados y poseen más de 50 marcas entre todas ellas:

¿Y en términos agregados? Según Statista, éstos son los auténticos reyes de las bebidas (ver ranking).

Destaca nuevamente AB InBev, que se fundó en 2008 tras la adquisición por parte de InBev de Anheuser-Busch, a su vez producto de la fusión entre Interbrew y AmBex cuatro años antes. En 2015, la empresa se hizo con SABMiller, expandiendo así su porfolio de marca que, actualmente, incluye nombres como Corona, Stella Artois y Budweiser. De hecho, todas ellas están dentro de las diez marcas de cerveza más valiosas del mundo; una clasificación que, precisamente, lidera Budweiser desde hace ya varios años:

El país que lidera la clasificación de mayor consumo de alcohol según la Global Drug Survey es Australia, donde sus ciudadanos confiesan haberse emborrachado 26,7 días al año (algo más de dos veces al mes). La cerveza de jengibre es la bebida alcohólica más popular de este país.

Tras el país oceánico, Dinamarca y Finlandia ocupan el resto del podio. El país danés está en el segundo puesto de la lista con una media de 23,8 borracheras al año, el mismo resultado que se da en Finlandia. El top 5 lo terminan de ocupar Estados Unidos y Reino Unido. Por lo general, en estos cinco países, la bebida más consumida es la cerveza.

Para encontrar a España, tenemos que avanzar muchos puestos hasta la decimoctava posición. Con los mismos números que Italia, los ciudadanos de nuestro país admiten haberse emborrachado 10,8 días al año. Pero no es lo mismo beber alcohol hasta emborracharse que hacerlo con moderación.

Si lo vemos de esa manera, la clasificación varía mucho. Así pues, si hablamos de qué país ha bebido más días al año, la lista la encabeza Francia, con un consumo de 132 días al año, seguida de Nueva Zelanda (120), Países Bajos (112), Hungría (109) y Reino Unido (107). España tiene un consumo de alcohol de 101 días al año. Los países mediterráneos consumimos alcohol durante más días al año, pero lo hacemos con mucho más control.

Disfrutemos la vida sin dejarnos engañar. Ya lo dice el ilustre cocinero español Ferrán Adriá: “Una buena sardina es mejor que una mala langosta”.