En su ensayo, El Arte de la Mentira Política, Jonathan Swift se pregunta: “¿Una mentira será mejor contrarrestada por la verdad o por otra mentira? Con ironía, el autor irlandés consideraba que la gente no tiene ningún derecho a la verdad en materia de gobierno ya que es más fácil convencer al pueblo de una nada saludable verdad que de una saludable mentira. En su cara a cara con el líder del PP, el todavía presidente del Gobierno realizó un permanente ejercicio de la mentira política, eso sí, sin el arte asignado por Swift a los maestros en ese campo y con una evidente creencia no ya en la ignorancia sino en la presunta idiotez de los españoles.

EL Sr. Sánchez ha mentido cuando sostiene que la inflación antes de estallar la guerra de Ucrania se situaba en el 2% y, en consecuencia, fue la invasión el detonante del aumento sideral del nivel general de precios. Esto es falso y basta recurrir a los datos del INE, los de la agencia estadística gubernamental, o a los de Eurostat, la oficial europea, para evidenciarlo. En febrero de 2022, la tasa de inflación española se situaba en el 7,6%; esto es, 5,6 puntos por encima del dato aportado por el Secretario General del PSOE en su debate con el Sr. Núñez Feijóo.

El presidente del Ejecutivo sostuvo con su gallardía habitual que la okupación; es decir, esa encantadora actividad en virtud de la cual un individuo/s se apropian por la fuerza o por la cara de la vivienda propiedad de otro para su uso y disfrute no ha crecido a lo largo de su gestión. Pues bien, desde el comienzo del mandato socialista hasta ahora, aquella ha aumentado un 37% según los datos del Ministerio del Interior. Esto ha sido posible, entre otras cosas, gracias al estímulo prestado a ese tipo de actuaciones por el Gobierno, cuya consagración normativa es la reciente Ley de Vivienda.

El Sr. Sánchez afirma que España lidera el crecimiento económico europeo, lo que no es tampoco cierto. De acuerdo, de nuevo con los datos de Eurostat, están creciendo al mismo ritmo o por encima de lo que lo hace la economía española Portugal, Grecia, Chipre, Malta, Rumanía, Irlanda por citar sólo algunos ejemplos. Por añadidura, España aún no ha recuperado el nivel de PIB de 2019, todos lo hicieron en 2021, y es la que ha registrado el menor incremento medio del PIB real en la UE y en la Eurozona durante el período de la Legislatura social-podemita.

En 2019, el déficit público español se situó en el 3,1% del PIB. A finales de este año se situará en el 4,1%, según las previsiones de la UE, frente al 3,2% de la zona euro; España se sitúa ente los 7 países de la UE con un desequilibrio de las finanzas públicas y con el más uno de los déficits estructurales, alrededor del 4% del PIB, 1 punto por encima de la media UE. Es incierto que la ratio Deuda Pública se haya reducido ha aumentado 12,4 puntos su participación en ese indicador desde el inicio de la Legislatura.

España aún no ha recuperado el nivel de PIB de 2019, todos lo hicieron en 2021

Su descenso en términos relativos se ha debido al llamado efecto denominador, pero en los absolutos ha seguido aumentado. En consecuencia, España no va a ser la economía occidental ni europea que cierre 2023 con un menor déficit ni tampoco es verdad que el volumen de deuda esté cayendo.

El presidente esgrime como un éxito los datos de empleo. En este sentido, ha dicho que ha creado 2 millones de puestos de trabajo. Intenta sostener esa tesis sobre la evolución de los datos de afiliación a la Seguridad Social. Este enfoque plantea dos problemas.

Por un lado, la EPA es el indicador europeo para medir y comparar la trayectoria del binomio empleo-paro en la UE y conforme a ella, hasta el momento, España ha creado 1.109.000; por otro, Eurostat ha denunciado la no contabilización, como parados, de 985.000 personas. Y hablar de que el empleo generado es de calidad cuando, de nuevo Eurostat, más de 1 millón de trabajadores no tienen posibilidades de trabajar a tiempo completo, es una cruel ironía. Aún no se ha recuperado el número de horas trabajadas existente en 2019

También es incorrecto sostener que no ha subido los impuestos a las clases medias. De otra forma no puede definirse el no deflactar el alza de la inflación en el IRPF que se ha traducido en una elevación de la carga fiscal para todos los ciudadanos con ingresos medios-bajos o la subida de las cotizaciones a la Seguridad Social que se han traducido una cuña fiscal sobre el salario bruto medio del 38,8%.

Durante el Gobierno social-podemita, la subida de los impuestos existentes y la introducción de nuevas figuras tributarias han producido un aumento de la presión fiscal diez veces superior a la registrada en la media de la UE y el grueso de ese efecto, obviamente, no ha recaído sobre los “ricos” y los grandes capitalistas.

La introducción de nuevas figuras tributarias ha producido un aumento de la presión fiscal diez veces superior a la registrada en la media de la UE

El presidente sostuvo que la llamada excepción ibérica ha sido benéfica y sin duda lo ha sido para algunos. En concreto, entre el 15 de junio y el 31 de diciembre de 2022 se ha traducido en una transferencia de rentas multimillonaria a Portugal, Francia y Marruecos sufragada por los sufridos españolitos. En paralelo, el pago de una compensación a las centrales de gas, de carbón y las de cogeneración para que cobren por la electricidad en base al precio real del gas natural, sin el tope del resto de tecnologías de generación, para que no produzcan con pérdidas, ha sido pagada casi íntegramente por los consumidores españoles.

Por último, el presidente negó que su Gobierno hubiese introducido o pretendiese introducir un peaje en el uso de carreteras del Estado, lo que se compadece mal con la inclusión de esta medida en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia remitido a Bruselas con el compromiso de su entrada en vigor en 2024 o la negación de que votó a favor de la congelación de las pensiones en 2010 por el Gabinete ZP, hecho público y notorio. Para que seguir...Voy a releer el in olvida le Pinocho de Carlo Collodi.