Todos los meses de enero, los inversores con interés en España tienen varias citas clave. Una crucial, y que inexplicablemente pasa algo inadvertida, es la presentación de la Estrategia del Tesoro. Las otras dos, más mediáticas, son el Spain Investors Day (SID) y el Foro de Davos que arranca este lunes.

Esos inversores acuden a ellas con el 'bonus' de 2022 ya cerrado y con la vista puesta en terminar de apuntalar sus estrategias para los próximos 12 meses. De ello depende hacer bien su trabajo, lo que significa que la rentabilidad del dinero que vayan a mover en 2023 sea la más alta posible en diciembre.

Para cualquier país captar sus inversiones tiene un doble efecto positivo. Primero, para la economía real, inversión significa más empleo y crecimiento. Segundo, para la deuda pública, cuanto más oferta reciba el Tesoro al emitir bonos y letras, más podrá bajar los intereses que paga por financiarse. Traducido esto último al lenguaje de los políticos: cuanto menos paguemos en intereses, más dinero habrá en los Presupuestos Generales del Estado para gasto social.

Pedro Sánchez e Isabel Díaz Ayuso en el SID 2023.

Pedro Sánchez e Isabel Díaz Ayuso en el SID 2023. EP / EL ESPAÑOL

Los PGE 2023 prevén destinar este año al servicio de la deuda 31.275 millones de euros. Son unos 10.000 millones más de lo que cuestan todas las prestaciones de desempleo. Y eso que este año, todavía tenemos parte del viento de cola a favor de la política monetaria de los últimos años en los que se ha aprovechado para ampliar la vida media de la deuda pública con el objetivo de aplazar el impacto de la factura que se avecina ahora que los tipos de interés están subiendo.

Por si alguien tiene alguna duda, en la primera subasta del año ya hemos pagado cerca de un 3% por financiarnos a seis y 12 meses. Es el interés más caro desde 2012.

[El Tesoro inicia las subastas de deuda de 2023 con el interés de las letras a 6 y 12 meses en máximos de la última década]

Como nuestro Estado no ingresa todo lo necesario para cubrir su gasto anual, este año volveremos a tener déficit. Es decir, seguiremos emitiendo deuda nueva. En la Estrategia que presentó el secretario general del Tesoro, Carlos Cuerpo, se contempla una financiación neta de 70.000 millones de euros en 2023, cifra que engorda el dato bruto que asciende a la friolera de 256.846 millones de euros. 

Tranquilos, porque a no ser que Nouriel Roubini ['doctor catástrofe', 'doctor realista' o 'profeta', hay calificativos para todos los gustos] acierte una vez más y venga una crisis de deuda global, aquí no pasa nada.

Volviendo a las citas de los inversores, el pasado jueves el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acudió, un año más, al Spain Investors Day (SID). Y la novedad de 2023 es que fue eclipsado por Isabel Díaz Ayuso.

La presidenta de la Comunidad de Madrid aprovechó este foro repleto de inversores extranjeros para anunciar una deducción del 20% en el IRPF para residentes de fuera de España que vengan a vivir a Madrid.

Con esto, el equipo de Díaz Ayuso quiere contrarrestar el efecto que va a tener en el atractivo fiscal de la Comunidad de Madrid el impuesto a las fortunas del Gobierno de Sánchez. Atractivo fiscal es sinónimo de competitividad fiscal. Y el último informe del IEE, think tank de la CEOE, advierte que en esta legislatura nuestro país ha retrocedido nueve puntos.

Isabel Díaz Ayuso, Pedro Sánchez, Juan Lobato, Nouriel Roubini, Íñigo Fernández de Mesa, Nadia Calviño y Carlos Cuerpo.

Isabel Díaz Ayuso, Pedro Sánchez, Juan Lobato, Nouriel Roubini, Íñigo Fernández de Mesa, Nadia Calviño y Carlos Cuerpo. EP / EL ESPAÑOL

Este informe ha sido calificado en Twitter por algunos economistas próximos al Gobierno de "bulo" por comparar datos de 2023 y 2021. Pero en el SID, el IEE tiene prestigio. Entre otras cosas porque su presidente, Íñigo Fernández de Mesa, fue secretario del Tesoro en tiempos del PP, así que lo conocen de sus road shows. Y fue, además, el artífice de la estrategia con la que tras la crisis de 2012, España empezó a prolongar la vida media de su deuda pública para que el día en el que el BCE volviera a subir los tipos, hubiera margen de maniobra.

Tras el anuncio de Díaz Ayuso, la vicepresidenta, Nadia Calviño, explicó a los inversores que "bajar los impuestos tan rápido como sea posible genera una competencia destructiva". Esperemos que, al menos los que viven fuera de España, no hayan leído la entrevista en EL ESPAÑOL al candidato del PSOE para presidir la Comunidad de Madrid, Juan Lobato, anunciando rebajas del IRPF y dejando exento el Patrimonio de los 'ricos' cuando se dedique a inversión productiva.

[Lobato, líder del PSOE de Madrid, promete bajar el IRPF a las rentas de hasta 100.000 euros]

Quizás sí leyeran el Financial Times del día siguiente, en el que se recogía el anuncio de Ayuso.

Pedro Sánchez clausuró el encuentro. Por si no han visto al presidente del Gobierno en ninguna portada de periódicos, puedo contarles que defendió ante los inversores sus nuevos impuestos. Como ya el año pasado fue poco respaldado por el Ibex 35 en sus intervenciones en foros empresariales, que esta vez no acudieran los grandes del selectivo no ha sido una novedad.

Esta semana el presidente estará en Davos. Causará buena impresión con su inglés y su fama de político resiliente. El problema es que para los inversores, Sánchez ya tiene poca credibilidad. Y en los mercados, palabras como desconfianza, inseguridad jurídica o incertidumbre significan que el deudor -en este caso, España- pague más intereses de deuda. 

ATENTOS A...

Gracias al esfuerzo fiscal del Gobierno (y al llamado 'efecto base' estadístico), España está conteniendo el avance de la inflación general que se moderó al 5,7% en diciembre. Sin embargo, el IPC de la eurozona sigue en el 9,2% con España siendo el país en el que más se modera la escalada de precios con energía (en los alimentos, la inflación sigue en el 15,7%).

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, tras una rueda de prensa en Fráncfort.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, tras una rueda de prensa en Fráncfort. Wolfgang Rattay Reuters

Este será el dato con el que Christine Lagarde dicte la política monetaria de la zona euro. Estos datos plantean varias cuestiones. La primera es que vuelve a poner sobre la mesa la necesidad de converger en política fiscal en la zona euro. La segunda es que estas medidas fiscales solo 'maquillan' los datos y la espiral de la segunda ronda empieza a enquistarse en la economía. Cuando se retiren las ayudas, el IPC volverá a subir.