La sanidad madrileña es un "desastre" si se descartan todas las demás y constituye, además, un caso ilustrativo de las virtudes y defectos del sistema público de salud existente en España.

Las movilizaciones contra el Gobierno autonómico impulsadas por la izquierda local, que no ha logrado recuperarse del batacazo experimentado en los últimos comicios regionales, es un desesperado intento de descalificar a la Sra. Ayuso, bestia negra y catalizador de todos los traumas y frustraciones de la gauche patria, esta sí, necesitada de tratamiento médico de urgencia. Por eso es divertido e ilustrativo exponer la realidad sanitaria de la Comunidad Autónoma de Madrid.

Para un liberal podría ser y es irritante certificar que Madrid es la autonomía española en donde más se ha incrementado el gasto sanitario, pero es así. En 2023, el presupuesto en este capítulo ascenderá a 9.789 millones de euros, un 11,4% más que en 2022.  La atención primaria absorberá el 25% de ese presupuesto. Por cada euro que Sánchez gasta en este capítulo, Madrid desembolsa 20 euros. A priori, las protestas de la coalición progre-sindical de la CAM se compadecen mal con la realidad.

"En la CAM, hay 430 centros de salud a 15 minutos del hogar de cada ciudadano"

Las turbas manifestadas contra la hipotética dejación de la asistencia primaria por parte del Gobierno Ayuso olvidan que en la CAM, hay 430 centros de salud a 15 minutos del hogar de cada ciudadano y abiertos, en promedio, hasta las 21 horas frente a las 15 horas vigentes en la mayoría de las autonomías. Esta red se ve complementada por 80 puntos fuera de ese horario.

El grueso de las comunidades autónomas gobernadas por la izquierda carecen de esta cobertura. ¿Insuficiencia de capital humano? Madrid cuenta con más de 5.000 profesionales sanitarios más que antes de la pandemia: 1.000 médicos más, 1.700 enfermeras más y 482 residentes más. 92.000 personas dan cobertura a la sanidad pública en la CAM. Esa oferta sería aún mayor sin la existencia de más de 1.000 liberados sindicales que serían mucho más productivos si se dedicasen a trabajar.

Y la "ineficiente" sanidad madrileña encabeza la lista de las autonomías con menores tiempos de espera para una operación, una consulta o una prueba diagnóstica. Ni una sola comunidad autonómica gobernada por la izquierda mejora los datos madrileños.

En muchas de ellas, esa variable duplica e incluso triplica la existente en Madrid. Por añadidura, Madrid es líder en investigación sanitaria: 8 institutos acreditados en ese campo, 13 fundaciones de investigación biomédica, 4.000 investigadores, 5.000 proyectos competitivos acreditados y más de 7.000 ensayos clínicos.

"La' neoliberal' sanidad madrileña tiene la mejor red hospitalaria pública de España"

La "neoliberal" sanidad madrileña tiene la mejor red hospitalaria pública de España. Tres de los hospitales de su sistema de salud (La Paz, el 12 de Octubre y el Gregorio Marañón) se encuentran entre los 100 primeros del mundo de acuerdo con el ranking elaborado por Newsweek.

Seis de los 10 mejores de España pertenecen a la CAM: La Paz, 12 de Octubre, Gregorio Marañón, Ramón y Cajal, Fundación Jiménez Díaz y Clínico de San Carlos. Siete de los 10 mejores centros hospitalarios privados del país están también en Madrid. Esto sitúa a la CAM en la vanguardia de la medicina española. Sin embargo, para la cavernícola izquierda local, la sanidad madrileña es tercermundista. "Cosas veredes, Sancho…"

El tratamiento proporcionado a los médicos por el Gobierno Ayuso es lamentable, esclavista y depredador. Sin embargo, esta tesis se compagina mal con los hechos. Los hospitales madrileños son los preferidos por aquellos para formarse: el 41% de los primeros calificados en el MIR eligen Madrid y la región cubre el 100% de sus plazas de residentes, lo que no sucede en la mayoría de las demás autonomías o, para ser precisos, en muy pocas. 

[Radiografía de la Sanidad madrileña: en qué está mejor y en qué peor que el resto de España]

Es curioso y sorprendente que ocurra esto salvo que los profesionales en la ciencia de Hipócrates y Galeno sean masoquistas o su comportamiento se defina por la irracionalidad. Los ejemplos podrían ampliarse, pero no merece la pena.

Las críticas más consistentes a la política sanitaria de la CAM no son las esgrimidas por los dinosaurios de la izquierda político-sindical, sino las procedentes del otro bando, el de los maleados liberales.

La CAM ha abandonado el programa de gestión privada de los hospitales públicos que se tradujo en una evidente mejora de la eficiencia y de la calidad de los servicios sometidos a ese régimen.

Esta estrategia iniciada por Esperanza Aguirre y continuada por Ignacio González se paralizó durante el mandato de la Sra. Cifuentes, no ha sido recuperada por el Gabinete Ayuso y ha de ser relanzada. La identificación de acceso universal a la salud con el monopolio de su oferta en manos de los poderes públicos es absurda y no tiene racionalidad alguna. Es un prejuicio ideológico sin fundamento teórico ni empírico.

Sin duda, la situación de la sanidad madrileña es mejorable, como lo es todo en esta vida pero la ofensiva contra ella lanzada por la izquierda no tiene pase en términos comparados y obedece solo a intereses de naturaleza política y electoral.

Esto no es nada nuevo y se intensificará de aquí a los comicios autonómicos que se celebrarán en mayo de 2023. Hasta entonces esperen cualquier cosa porque se producirá. Es el comportamiento previsible e inevitable de una izquierda, la madrileña, que está en la UCI.