Julio, ese mes que parece que no acaba nunca, viene lleno de sorpresas desagradables que mantienen a los españoles en vilo. Los incendios por toda España están devastando nuestra tierra. Con el corazón encogido, tenemos que soportar declaraciones acerca del cambio climático que tratan, de manera bastante torpe, de ocultar que no se han cuidado los montes, que no se han limpiado como debían, que los mensajes de algunos ecologistas de despacho urbanita, cuya ignorancia sobre el campo real tiende a infinito, pueden tener que ver. Desde luego, posiblemente más que el cambio climático que sacan a relucir cada vez que pueden.

Paradójicamente, el mes de julio nos ha traído un par de semana verdaderamente tórridas, en las que quienes no tenemos aire acondicionado en casa, hemos dormido poco. Los ancianos, niños, y la población vulnerable, en general, lo ha pasado mal, recluidos en casa, excepto a primera hora de la mañana. Es cierto que otros meses de julio superamos los 40 grados en Madrid, pero no tanto tiempo, y no de manera global. El Reino Unido, Francia, Italia están igual.

Dicho todo esto, los españoles hemos tenido que aguantar la burda manipulación de lo que ya se conoce como el “cambio cromático”, que consiste en la coloración exagerada de los mapas de manera que la sensación de alarma se acrecienta. Además, se ofrecen las temperaturas tomadas en tierra, cuando no se suele hacer. Entre unas cosas y otras, se genera una alarma social que logra capturar la atención de la ciudadanía.

Y no es porque no haya problemas donde mirar. Pero conviene que no seamos plenamente conscientes de aquellos peligros que nos acechan y los que ya se están materializando.

Hoy jueves se dará a conocer si el Banco Central Europeo (BCE) va a subir 25 puntos básicos los tipos de interés o si serán 50 puntos básicos. Esta última opción sería la más razonable. El BCE lanzaría un mensaje de seriedad respecto a la situación actual, especialmente a los países, como España, que se van a ver más afectados. En septiembre, de acuerdo con lo anunciado, se volverán a subir los tipos de interés. Malas noticias para nuestra economía. ¿Por qué razón? Pues porque nos pilla con el pie cambiado.

Hoy se dará a conocer si el Banco Central Europeo (BCE) va a subir 25 puntos básicos los tipos de interés o si serán 50 puntos básicos

Por poner un ejemplo básico, es como pillar la Covid-19 con las defensas muy bajas. Un virus tiene solución, pero el hecho de tener la salud perjudicada de antemano no favorece la recuperación, y desde luego, en el caso de la economía española y la crisis que vivimos, no parece que vayamos a “salir más fuertes de esto”, como proclamaba el presidente Sánchez.

También parece inevitable que muchos españoles se queden atrás. No va a ser posible amortiguar el golpe dada la deuda pública tan elevada que tenemos. El ratio deuda/PIB, que mide lo que debe cada español por cada euro que produce es de 1,2, a diferencia de 1,1 en Francia, 0,7 en Alemania o 0,6 en Irlanda.

La permanente amenaza de subidas de impuestos, supuestamente a los ricos, los bancos, las eléctricas, los que los tertulianos afines al régimen señalan como “los que están hinchando sus bolsillos mientras el resto no llega a fin de mes”, no surte efecto. Los españoles somos capaces de creernos lo que sea. Hay un coctel de sesgos cognitivos que distorsionan nuestra percepción de la realidad y nos hace sujetos perfectos para agarrarnos a la mentira más conveniente. Pero hasta ese mecanismo tienen un límite. Y, cuando te das cuenta de que esas subidas van a recaer en última instancia sobre nuestros hombros, la historia de los ricos son malos deja de encajar. Siempre nos quedará Ione Belarra proponiendo que sea delito trasladar la subida de impuestos a precios.

Mientras tanto, los datos del gasto público en publicidad nos ofrecen una visión del gobierno de Sánchez que contradice esa preocupación por los que no llegan a fin de mes. Si del año 2019 al 2020 el gasto en publicidad institucional aumentó en un 5%del 2020 al 2021, en plena crisis económica global, dicho aumento se disparo al 87%, pasando de 66 millones a más de 123 millones de euros. Desde el 2021 al presente año, no ha disminuido, ha seguido creciendo aunque a un ritmo menor, “solamente” un 28%. Este gesto simplemente es indicativo de una actitud.

Lo que el Gobierno está ocultando es una situación híper compleja que va empeorando aceleradamente. La subida de tipos nos va a perjudicar mucho. La incertidumbre fruto de la guerra no cede, al revés. Ucrania quiere refinanciar su deuda y se plantea no pagar bonos por los problemas financieros que conlleva un conflicto armado. Alemania se plantea retirar su ayuda debido al conflicto energético con Rusia tan grave que sus políticos han generado. Por supuesto, todos ellos se han ido de rositas y no hay asunción de responsabilidades. El argumento es el consabido “no se podía saber”.

Lo que el Gobierno está ocultando es una situación híper compleja que va empeorando aceleradamente

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal ya ha advertido que sus previsiones de mayo necesitan un ajuste porque los riesgos previstos no solamente no han desaparecido sino que se están materializando. ¿Y hace dos meses no lo veían? ¿Nos va a llegar la recesión sin que nos enteremos más que de un mes para otro? Me resulta un margen de maniobra muy estrecho. Y mucho más con la deteriorada economía española, que no tiene oxígeno.

El presentador y cómico, Ángel Martín, cuyo informativo matinal en dos minutos arrasa en Twitter, ha lanzado un mensaje enfadado y cansado ante la petición “de los de siempre” de que hay que hacer “un pequeño esfuerzo”. Tiene razón Ángel. Llevan dos años pidiendo un (otro y otro) pequeño esfuerzo. Pero las cosas empeoran: el aire acondicionado es prohibitivo por la factura de la luz, la gasolina también, los precios suben y el poder adquisitivo se deteriora. Y todavía no estamos en recesión.

Tal vez el esfuerzo real que deberían asumir los españoles es quitar a los malos gestores y poner en su lugar gente con sentido común. Si queda alguien por ahí. Otro brindis al sol.