Prácticamente todo el este y el sur de Europa se mostraban en contra de la propuesta del 2035, dispuestos a sacrificar el enorme potencial de reducción de emisiones en favor de la venta de coches contaminantes como están siendo los híbridos enchufables, y de la introducción del uso de combustibles ineficientes energéticamente como el diésel y la gasolina sintética.

Italia lideró esta ofensiva contra la propuesta de la Comisión Europea, con el apoyo de países como Portugal, Polonia, Rumanía, República Checa, Bulgaria, Eslovaquia y Hungría.

Si la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, hubiese decidido alinearse con estos países en contra del 2035, cediendo a las presiones de grupos como Repsol o Faconauto que han sido muy vocales en su oposición a la propuesta de la Comisión, la balanza habría tornado en favor de los rezagados.

Pero, en línea con el compromiso del Gobierno de convertir a España en un 'hub europeo' para la electromovilidad en cumplimiento con los objetivos climáticos e industriales del país- decidió sumar con los países nórdicos y occidentales. Una posición acertada  y coherente con un Gobierno progresista, moderno y con visión de futuro.

Y es que no debemos olvidar que los inversores nos están vigilando. El PERTE VEC ha sido un gran paso para poner en marcha la industria de la electromovilidad y atraer inversiones desde todo el mundo.

El PERTE VEC ha sido un gran paso para poner en marcha la industria de la electromovilidad y atraer inversiones desde todo el mundo

Gracias a ello Volkswagen ha apostado por traer modelos eléctricos a las fábricas de Martorell y Landaben, mientras que Ford hará lo mismo con la fábrica de Almussafes.

Está prevista además la construcción de dos gigafactorías de baterías en Sagunto y en Navalmoral de la Mata.

Los grupos han avisado, sin embargo, de que estas decisiones estaban condicionadas a una apuesta clara por parte del Gobierno hacia el vehículo eléctrico. Un compromiso que el Ejecutivo tiene que demostrar, para evidenciar que el país está favoreciendo este proceso de electrificación.

La posición española en el Consejo de la Unión Europea ya ha mandado un mensaje muy claro al resto del mundo de que el país no va a seguir siendo uno de los rezagados. Eso sí, se deben acometer otros avances, en el despliegue de la infraestructura de recarga y en la implementación de una fiscalidad verde para completar el puzzle del ecosistema atractivo para la electromovilidad, que permita que muchos más grupos se decidan a invertir en España.

Son muchos los retos que quedan pendientes para que el coche eléctrico se convierta en la opción dominante, pero la decisión del Consejo ha certificado que esta ambición se materializará.

Una señal de mercado muy clara, que permitirá a los fabricantes apostar decididamente por estos vehículos, en detrimento de los propulsados por combustibles fósiles.

Una apuesta que acercará el abaratamiento del coche eléctrico, poniendo fin al monopolio de estos vehículos por parte de los ciudadanos con mayores recursos.

Tras esta decisión el coche eléctrico pasará de ser un coche elitista a un coche al servicio del conjunto de la ciudadanía, acercando la movilidad cero emisiones a las clases medias y bajas y facilitando a los consumidores y empresas  la opción de reducir su huella de carbono en sus desplazamientos.

Hay muchas razones para celebrar y debemos sentirnos orgullosos de la transformación que está emprendiendo nuestro país. La electromovilidad para todos ya no es un sueño, se está haciendo realidad.

*** Carlos Rico, experto y responsable de Vehículos Limpios en Transport & Environment.