Francisco Sierra, director general de Casavo en España.

Francisco Sierra, director general de Casavo en España.

Observatorio de la vivienda

La 'proptech' Casavo apuesta por nuevas aperturas en España y Europa

Francisco Sierra, director general de Casavo en España, ve un "crecimiento interesante en Andalucía".

22 noviembre, 2021 05:30

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Casavo nació en Milán (Italia) en 2017. La proptech ya está presente en otras cinco ciudades italianas (Roma, Turín, Florencia, Bolonia y Verona). De ahí saltó a Madrid (2020) y, en septiembre de este año, a Barcelona.

“Tras haber quintuplicado el número de transacciones en Madrid desde nuestra llegada, hemos desembarcado en Barcelona. Será una plaza clave para nuestra estrategia de crecimiento, y donde planeamos invertir más de 100 millones en los próximos meses”, afirma Francisco Sierra, director general de Casavo en España.

En una entrevista con EL ESPAÑOL-Invertia, Sierra hace hincapié en que su principal objetivo en estos momentos es consolidar la posición en aquellas ciudades en las que operan. Pero quieren ir todavía más allá: “A la vez que continuaremos nuestra expansión por España y Europa”.

Aunque no ha especificado cuáles serán esos nuevos destinos, sus siguientes palabras pueden ser una pista de por dónde pueden ir los tiros. “Dejando a un lado las grandes ciudades, se observa un crecimiento interesante en Andalucía. Concretamente, en aquellas ciudades que están despegando como motores económicos, como es el caso de Málaga y Sevilla”.

Casavo quiere acabar el año cerrando 200 operaciones y con la perspectiva de concentrar el 5% de las operaciones en Madrid y Barcelona en los próximos dos años. Hasta hoy, ha cerrado más de 1.700 transacciones inmobiliarias por un valor superior a los 500 millones de euros. La plataforma tecnológica garantiza la compra directa de inmuebles en solo siete días. Después, añade valor a los mismos reformándolos. De esta manera, contribuye a la renovación del parque inmobiliario.

Ley de vivienda

La conocida como ley de vivienda acaba de dar su primer paso en el Consejo de Ministros. Y en Casavo están convencidos de que no provocará grandes alteraciones en el funcionamiento del mercado inmobiliario español.

“A pesar de que podríamos pensar, a priori, de que su entrada en vigor podría provocar la huida de los inversores ante el temor de no rentabilizar el capital depositado en inmuebles para su alquiler, es improbable que esto ocurra”, remarca Sierra.

Y lo argumenta en la falta de datos públicos y contrastados que dificultará la tarea de definir las zonas tensionadas en las que intervenir los precios. También en la remota posibilidad de aplicarla a nivel estatal porque serán las comunidades autónomas las que tendrán que decidir su aplicación, o no. “Sin embargo, es probable que exista un periodo de adaptación en el que, ante la incertidumbre del mercado, se produzca una retracción de la oferta aunque de forma transitoria”, advierte.

También apunta a que las previsiones de construcción de vivienda build to rent, cifradas en unas 8.500 en 2022, podría provocar una paralización de esta actividad por miedo a la falta de rentabilidad. Pero como serán las CCAA las que tengan la última palabra, estima que “el impacto será mínimo”.

Nueva normalidad

La que se ha venido a denominar como nueva normalidad ha traído consigo lo que Sierra denomina como “una potente reactivación” del mercado inmobiliario. Así, el número de transacciones de compraventa tanto en obra nueva como en segunda mano se han impulsado.

“A pesar de que el crecimiento de las viviendas usadas en estas operaciones fue un 22,6% superior a la de viviendas nuevas, su precio solo experimentó un crecimiento del 2,5%. Se trata de un porcentaje muy mesurado en relación con el número de transacciones”, apunta el director general de Casavo en España.

Y concluye: “La ley de vivienda no tendría un impacto especialmente acentuado en la subida de los precios ya que, hoy en día, el precio no crece al mismo ritmo de la compraventa. En otras palabras, al no existir una subida de los precios directamente proporcional a la demanda, el aumento de la demanda afectaría de forma muy residual el incremento de los precios”.