Juan Carlos Gil, ex director general de Moderna para España y Portugal.

Juan Carlos Gil, ex director general de Moderna para España y Portugal. Cristina Villarino

Observatorio de la sanidad

Juan Carlos Gil deja su cargo como director general de Moderna España

Se desvinculó de la compañía a finales de 2024.

Más información: Moderna espera la autorización de su vacuna combinada para gripe y Covid a finales de 2025

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Cambios de calado en la filial de Moderna en España. Según adelantó este lunes el Observatorio de la Sanidad en su newsletter, Juan Carlos Gil ha dejado la compañía en la que ejercía de director general y cuya implantación había pilotado en España. 

Gil, que lleva fuera de la compañía desde finales de 2024, explica a EL ESPAÑOL-Invertia que ya ha cumplido su ciclo en Moderna, que es su motivación para marcharse, y agradece la confianza de la empresa en su gestión. Ha sido el responsable de implantar esta biotecnológica en España, desde que dio sus primeros pasos en nuestro país en 2021.

"Juan Carlos desempeñó un papel fundamental en la consolidación de Moderna España como una parte clave de nuestra presencia global", apuntan fuentes de Moderna. "Su liderazgo fue clave para fomentar la colaboración con equipos multifuncionales, fortalecer las alianzas con Rovi y establecer el Centro Internacional de Excelencia en Analítica en Madrid".

Desde la biotecnológica estadounidense indican que Juan Manuel Montoro Roncero, director comercial de Moderna en España, ha asumido la funciones de director general de la compañía de forma interina y temporal hasta que se designe un sucesor definitivo para Gil.

La noticia se conoce después de que la farmacéutica haya presentado los resultados correspondientes al ejercicio 2024. Un año que cerró con pérdidas de 3.561 millones de dólares (3.416 millones de euros), lo que representa una disminución del 24,4% en los 'números rojos' del año anterior.

Las ventas netas de productos en 2024 cayeron un 53%, hasta 3.100 millones de dólares (2.974 millones de euros), reflejando así la transición hacia un mercado comercial estacional para las vacunas contra la Covid-19, con volúmenes de ventas significativamente menores en Europa y otros mercados internacionales