Esto supone dos décimas menos que lo previsto en la última actualización del Programa de Estabilidad, donde se pronosticaba un gasto del 6,9% del PIB cada año desde 2023 hasta 2026. 

Esta cifra se aleja de la promesa del Gobierno de coalición de situar el gasto sanitario en el 7% del PIB. Si es cierto que en los años de pandemia (2020 y 2021), la inversión alcanzó e incluso superó esa cifra. En 2020 se situó en el 7,5% y en 2021 en el 7,3%, según la Estadística de Gasto Sanitario Público publicada por el Ministerio de Sanidad.

[Aragón, Extremadura y Andalucía son las CCAA que más incrementarán su gasto sanitario por persona en 2023]

Sin embargo, esto ocurrió por las necesidades que planteó la pandemia de la Covid-19 y que obligó a elevar el gasto sanitario público. Así, en 2020, España destinó 83.622 millones de euros a políticas sanitarias. En 2021 esta cifra se elevó hasta los 87.941 millones. Esto es un 11,3% y un 17,1% más, respectivamente, si lo comparamos con 2019 cuando se destinaron 75.111 millones a sanidad.

A pesar de que el Gobierno vaya a rebajar su previsión de gasto en políticas sanitarias, lo cierto es que esta es superior a la inversión que hizo España en 2019. De acuerdo con la estadística publicada por el Ministerio que dirige en funciones José Manuel Miñones, el año antes de la irrupción de la pandemia del coronavirus, el gasto público en sanidad de España era del 6% del PIB. En 2017 y 2018 esta partida se situó en el 5,8% del PIB. 

La situación de la sanidad española

Esta rebaja del gasto público se produce en un momento en el que la sanidad necesita abordar numerosos retos para los que se requiere una mayor financiación sostenida en el tiempo.

Precisamente, el IV Simposio del Observatorio de la Sanidad analizó los cambios que necesita la sanidad española. Entre ellos, mejorar el acceso de los pacientes al Sistema Nacional de Salud, los tiempos de financiación de nuevas terapias, la Atención Primaria o el déficit de profesionales. 

Sobre el acceso a la sanidad, los últimos datos publicados por el Ministerio recogen que hay casi 800.000 personas esperando a ser operadas (cifras a cierre de 2022). También el acceso a los nuevos tratamientos farmacológicos es otro de los retos que tienen que abordarse: España tarda 629 en dar financiación a un medicamento autorizado por la Agencia Europea del Medicamento (EMA).

A esto se añade una Atención Primaria saturada. Aunque ya hay planes para mejorar este nivel asistencial, lo cierto es que en 2022 se cerraron 11 centros sanitarios en España. A lo que se suma que no se cubren todas las plazas MIR ofertadas para Medicina de Familia. 

Unas plazas de formación que en los últimos años se han incrementado en todas las especialidades médicas con el objetivo de paliar el déficit de profesionales que tiene España. Una falta que será aun mayor en menos de diez años cuando se jubilen 80.000 médicos.