La última en iniciar un litigio ha sido Moderna, que ha demandado a Pfizer y BioNTech en Estados Unidos y Alemania por infringir patentes relacionadas con la tecnología del ARN mensajero, utilizada para el desarrollo de la vacuna contra la Covid-19.

"Sobre la tecnología de ARN mensajero, cuando estaba en fase experimental, se dieron cuenta de que si se inyectaba directamente la molécula, el sistema inmunológico la reconocía como extraña y la intentaba eliminar. Moderna, que era en aquellos momentos la más adelantada, se dio cuenta de que modificando químicamente el ARN mensajero conseguían que esa molécula no fuese reconocida como extraña y llegaban a su objetivo", han explicado fuentes de la industria a este periódico.

Por su parte, BioNTech también estaba trabajando con el ARN mensajero. "Tenían varias opciones cuando irrumpió la pandemia y eligieron una plataforma, la del ARNm modificado", han continuado estas voces.

¿Por qué se inicia ahora una guerra de demandas? "No viene a cuento", han dicho las fuentes consultadas por este medio. Lo que sí tienen claro desde la industria farmacéutica es que estos movimientos degradan la imagen del sector que, además, había mejorado con todo el trabajo que se ha llevado a cabo durante la crisis sanitaria del coronavirus. "Estratégicamente no es bueno", apostillan.

¿Se veía venir?

"Siempre hay litigios por las patentes porque siempre es complicado ajustar el contenido del conocimiento con todo lo que hay detrás. Con las vacunas, ya hay varias demandas interpuestas", ha señalado a EL ESPAÑOL-Invertia Enrique Castellón, fundador y presidente de CRB y miembro de la Asociación de Economía de la Salud (AES).

¿Se veía venir esta guerra de demandas? En palabras de Castellón, "es difícil saberlo, pero lo cierto es que no sorprende tanto que haya litigios teniendo en cuenta los miles de millones que el ARNm va a suponer en muchas terapias".

También las fuentes consultadas por este periódico creen que las cuestiones financieras puedan ser una de las razones de que se hayan interpuesto diferentes demandas. Aunque, en este caso, las voces del sector farmacéutico no veían venir esta guerra de litigios por las patentes de las vacunas contra la Covid-19.

Con las demandas que están en marcha pueden pasar dos cosas. "Una es que las compañías se pongan de acuerdo y se pacten royalties. O que no se pongan de acuerdo", ha indicado Castellón.

Moderna, CureVac y Alnylam

La última de las demandas interpuestas es la de Moderna contra Pfizer y BioNTech. La compañía estadounidense cree que el antígeno de Pfizer y BioNTech infringe las patentes que Moderna presentó entre 2010 y 2016 y que cubren su tecnología de ARN mensajero.

De acuerdo con su compromiso con el acceso global equitativo, en octubre de 2020, Moderna se comprometió a no hacer cumplir sus patentes relacionadas con Covid-19 mientras continuara la pandemia.

Pero, en marzo de 2022, cuando la pandemia entró en una nueva fase y el suministro de vacunas ya no era una barrera de acceso en muchas partes del mundo, Moderna actualizó su compromiso. La compañía ahora se compromete a no hacer cumplir sus patentes para ninguna vacuna contra el coronavirus utilizada en 92 países de bajos y medianos ingresos. Pero Moderna sí esperaba que compañías como Pfizer y BioNTech respetaran sus derechos de propiedad intelectual.

También CureVac demandó a principios de julio a BioNTech en Alemania. "La cartera de propiedad intelectual de CureVac protege múltiples invenciones que se consideran esenciales en el diseño y la fabricación de la vacuna contra la Covid producida por BioNTech y su socio Pfizer", señaló la farmacéutica en un comunicado. 

[CureVac demanda a BioNTech por infracción de patente en la vacuna contra la Covid]

La compañía pide que se reconozcan y respeten los derechos de propiedad intelectual "en forma de una compensación justa para reinvertir en el avance de la tecnología de ARNm y el desarrollo de nuevos medicamentos".

Las de Moderna y CureVac han sido los litigios más recientes. Pero los cruces de demandas comenzaron a principios de año, cuando Alnylam Pharmaceuticals, una biofarmacéutica norteamericana presentó varias demandas contra Pfizer y Moderna.

Este laboratorio busca de daños y perjuicios por la infracción de patente en la fabricación y venta de sus vacunas contra la Covid-19. En concreto, Alnylam exigió una compensación por el uso de su tecnología de nanopartículas lipídicas (LNP) que transporta y administra terapias o vacunas basadas en ARN en el cuerpo