Salvador Illa, ministro de Sanidad.

Salvador Illa, ministro de Sanidad.

Observatorio de la sanidad

Sanidad, el sector más presionado por el coronavirus... y el peor pagado por la Administración

La comunidades rompen el plazo máximo para los abonos a las empresas sanitarias, que sufren más del 73% de la deuda comercial autonómica. 

22 marzo, 2020 03:29

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En tiempos de coronavirus, el sector sanitario es el más presionado. Tiene que asegurar el abastecimiento de medicamentos y productos sanitarios, que en el caso de las mascarillas y de los geles desinfectantes están prácticamente agotados. Además, la sanidad privada se ha tenido que poner a las órdenes del Ministerio de Sanidad para que sus recursos también sirvan para paliar el impacto sanitario de la pandemia. 

Sin embargo, el trato financiero que reciben las empresas sanitarias (ya sea como proveedores directos de los hospitales o de los centros de salud o mediante acuerdos concertados) por parte de las Administraciones Públicas, no es precisamente amable. El sector de la sanidad es el que más retrasos sufre en los pagos de las comunidades autónomas, que son las que manejan las competencias sanitarias, y sufre un 73% de la deuda comercial de las regiones.

El plazo legal máximo de pagos que indica la legislación para las Administraciones Públicas es de 30 días. En términos generales, y según los últimos datos públicos de noviembre, estos tiempos no se respetan y las regiones pagan con un retraso de nueve días a sus proveedores; es decir, 39 días más tarde.

Este tiempo sube, y mucho, si se trata del sector sanitario y se pone en más de 46 días. Es decir, que se tarda siete días más en pagar a estas empresas que al resto de los sectores.

Cuestión de deuda

El dato de la deuda comercial es el más impactante. Si la deuda comercial total de las regiones supera los 5.090 millones de euros, la que corresponde a las empresas sanitarias es de unos 3.730 millones.

Es decir, que la deuda comercial de las autonomías con el sector sanitario supone un 73% del total. De esta manera, de cada cuatro euros de la morosidad regional, tres corresponden a empresas relacionadas con la salud.

Fondos de liquidez

Aunque la deuda sanitaria ya no llega a las cifras de 2010, lo cierto es que en los últimos tiempos se ha vuelto a cronificar. La herramienta que puso en marcha el Gobierno para abordar el pago a proveedores de las comunidades y sus problemas de liquidez, los fondos de financiación autonómica, ahora son empleados casi en su totalidad para pagar vencimientos de deuda de las regiones con el Estado.

Así lo indican los fondos que el Ministerio de Hacienda ha aprobado repartir entre las autonomías en el segundo trimestre del año. De un total de 2.365 millones, las regiones ya han decidido dedicar 2.155 millones a devolverle al Estado préstamos anteriores. Es decir, que es la pescadilla que se muerde la cola.

Perspectivas

Además, el panorama no parece halagüeño para el sector. A día de hoy, la demanda de las autonomías de prácticamente todos los productos y servicios de las empresas de salud no ha hecho sino crecer por el coronavirus, y los fondos con los que cuentan las regiones no han crecido en la misma dimensión. De hecho, casi todas las medidas han ido dirigidas a mejorar la liquidez con escasas partidas adicionales.

A esto se suma que, a día hoy, no está pactada la contraprestación que las Administraciones Públicas tendrán que abonar al sector de la sanidad privada por sus servicios en la guerra a la pandemia. Fuentes del sector aseguran que, aunque la prioridad ahora es tratar a los ciudadanos, hay inquietud por esta cuestión.

Existe preocupación en estos momentos dentro del sector privado, por ejemplo, por la situación de los hospitales en la zona del Levante o de Castilla-La Mancha. Como ocurre en todo el país, estos centros están a disposición del Gobierno, por lo que se les ha prohibido cualquier operación programada. 

El futuro de la privada

El objetivo de la medida es que estén disponibles para recibir los pacientes infectados por coronavirus que no puedan ser atendidos por la sanidad pública; sin embargo, según explican a Invertia, esa derivación asistencial no se está produciendo por razones que no terminan de entenderse. Cuando los hospitales empiezan a estar colapsados. 

Una situación que lleva a muchos hospitales, sobre todo los más pequeños, a preguntarse qué será de su futuro ya que sus ingresos se han reducido a cero, pero no pueden hacer reducciones de plantilla. "Podremos aguantar unos dos meses", explican desde el sector, ya que "los gastos y las inversiones debemos mantenerlas". ¿Después? El tiempo lo dirá. 

Es cierto que en estos momentos ni para el Ministerio ni para el sector privado es prioritaria esta cuestión, ya que ambos están centrados en combatir la pandemia. Sin embargo, una vez vencido el coronavirus, el debate sobre el Sistema Nacional de Salud (SNS) y el pago de sus recursos será inaplazable.