Tras meses de negociaciones y plazos prorrogados, el proceso puesto en marcha por el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona para reindustrializar los terrenos de Nissan en la Zona Franca de Barcelona sólo ha recibido una oferta vinculante. La alianza creada entre el Hub de electromovilidad y Goodman ha sido la única agrupación en poner sobre la mesa una propuesta formal. 

Todas las apuestas daban como clara favorita a esta agrupación de compañías que ha sido la única que, desde que Nissan anunciara su intención de dejar sus instalaciones, ha presentado la candidatura más sólida. Por el camino queda un interminable reguero de rumores sobre el supuesto interés de compañías que, llegado el momento de la verdad, no se ha cristalizado.

Así las cosas, la propuesta liderada por QEV Technologies y BTech, por un lado, y Goodman, por el otro, se queda sola en una carrera cuyo desenlace debería llegar antes de final de año. Si nada se tuerce, durante las próximas semanas todo quedará atado para que, a partir de 2023, la Zona Franca de Barcelona reciba un nuevo inquilino.

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Un proyecto para el que no paran de llegar las buenas noticias durante los últimos días. La semana pasada el Ministerio de Industria anunció la resolución definitiva del PERTE del vehículo eléctrico y conectado en la que la iniciativa Hub Tech Factory se hizo con 107 millones de euros de los 877 millones otorgados. 

Un largo proceso

Después de una serie de encuentros con grandes compañías, la alianza entre QEV Technologies y BTech se destacó como la que contaba con más enteros para liderar la nueva etapa de los terrenos de la Zona Franca. Esta propuesta pretende hacerse con 400.000 metros cuadrados de las instalaciones. Con ello, la compañía pretende fabricar 100.000 vehículos al año para flotas.

La ingeniería QEV Technologies encabezaría un proyecto conformado por empresas nacionales e internacionales. El denominado como Hub de Descarbonización de Barcelona (D-HUB) contaría, además, con las compañías suecas Inzile y Volta Trucks como socios estratégicos.

Esta opción siempre ha contado con muchos apoyos en los representantes de los trabajadores. En concreto se valora que los terrenos tendrían una continuidad dentro de la industria de la movilidad. Una alternativa a Nissan a la que, a la larga, se le ve un gran potencial para conseguir que los perfiles y los salarios puedan tener una continuidad con el actual modelo.

Por su parte, la inmobiliaria Goodman fue ganando protagonismo a medida que avanzó el proceso. La australiana propuso poner sobre la mesa 550 millones de euros. Una cantidad con la que prevé generar más de 3.200 empleos directos. En este caso se valoraba el músculo financiero del proyecto y las dudas quedan del lado de cómo encajarlo con las capacidades de los trabajadores de Nissan. La suma de las dos candidaturas deja un camino despejado para dar una segunda vida a unas instalaciones industriales que tendrán un rol clave en la nueva era eléctrica de la movilidad.