Acompaña a sus financiadas con un programa presencial “único” durante 90 días en función de la necesidad de cada compañía. First Drop ya ha conseguido alcanzar el 75% del primer cierre planteado, situado en siete millones de euros, con el objetivo total de llegar a los 25 millones, detallan desde la firma.

En la primera etapa presemilla, se invertirán hasta 200.000 euros en los proyectos seleccionados, pudiendo alcanzar, en los casos que sigan adelante, los 500.000 euros en la siguiente ronda.

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“Con nuestro vehículo, buscamos dar a nuestros inversores una rentabilidad similar a la del venture capital tradicional y demostrar que se puede ganar dinero apostando por proyectos que hacen el bien para la sociedad y el medio ambiente. Todos conocemos empresas como Tesla, Wallbox o Back Market, valoradas en más de 1.000 millones de dólares, que atacan problemas sociales o medioambientales y generan grandes beneficios para los socios”, señala Nieto. 

En este sentido, el cofundador incide en que este tipo de inversión “es algo transversal a todos los sectores. Es una nueva forma de economía y de entender cómo hacer negocios. Existen proyectos de impacto en el sector fintech, proptech, salud, insurtech, etc, y son tan rentables o más que aquellos proyectos de venture capital tradicional”, añade.

Primeros espadas del sector

First Drop VC cuenta ya con varias empresas en cartera, como Recovo -recientemente invertida por Mango, Alma Ventures, Draper B1 y Thcap- o Vegan Food Club, la principal plataforma de comida vegana y sostenible de España.

Detrás de First Drop VC se puede encontrar a primeras espadas del ecosistema, ya sea como inversores o como parte del propio equipo. Algunos de los nombres más relevantes son Josep Casas (exCEO de Naturitas), Julio Ribes (CEO de Swipcar, vendida a Cazoo por 30 millones), Juanjo Traver (director financiero de Declarando, vendida a Visma), Joan Álvarez (Hannun), Alicia Rubí (socia de Attalea Partners), Orfeo Balboa (exdirector del programa Orbita) y varios family offices.

La aparición de este fondo en un momento como el actual, y en una ciudad como Valencia, no es una coincidencia, sino un paso más en la misma dirección que los que están dando fondos como Norrsken (Estocolmo, el mayor hub de impacto de Europa) y Katapult (Oslo). El primero de ellos ha aterrizado en Barcelona recientemente. Por su parte, Katapult ha servido de inspiración, tras promover dos unicornios en tan solo siete años.