Lola Solana y Beatriz Pérez Solana.

Lola Solana y Beatriz Pérez Solana.

Fondos de inversión

Solana vs. Solana: cuando la aprendiz superó a la maestra en plena 'tormenta' bursátil

Lola Solana es la gestora estrella del Santander. Beatriz Pérez Solana, su hija, inicia su camino en Renta 4. Les unen los fondos de inversión y la ASG.

31 julio, 2022 02:42

María Dolores (‘Lola’) Solana vs. Beatriz Pérez Solana. Madre e hija. Presente y futuro de la gestión española de activos. Una en Santander Asset Management y la otra en Renta 4 Banco. Les unen dos cosas más allá del apellido familiar y el parentesco. Ambas gestionan fondos de bolsa y han dejado entrar a la sostenibilidad en sus vidas.

Corrían los primeros minutos del 2018, tras las tradicionales campanadas de Nochevieja, cuando la gestora del banco cántabro sorprendió a todo un país anunciando el fondo Santander Small Caps España en pleno prime time televisivo. Todo un hito para un fondo de inversión, que fue el primer anuncio de ese año.

Lola Solana ya llevaba en el grupo Santander 29 años por aquel entonces, pero fue ese instante su momento de gloria, su máxima exposición pública. Hoy suma 33 años en lo que es una de las carreras más longevas y fieles a una misma entidad. Solo probó las mieles de Barclays un año en sus inicios.

Cuando la publicidad de su madre mirando hacia las estrellas impactó a los millones de españoles que aún se reponían de las doce uvas y se abrazaban a sus familiares deseándoles un feliz año, Beatriz Pérez Solana apenas llevaba un año en esto de las finanzas.

Debutó en 2017 como analista bursátil del sell-side para Ahorro Corporación, donde permaneció hasta 2020. Tras el primer verano de la Covid, se mudó a Renta 4 con la misma función, pero hace un año le dieron la oportunidad de subir un escalón y gestionar un fondo.

No pudo resistirse. Significaba seguir los pasos de su madre. Y le encargaron cogestionar el fondo Renta 4 Megatendencias Medio Ambiente, sobre temáticas como las siguientes: transporte con bajas emisiones de carbono, economía circular, energías renovables, agricultura e industria alimentaria sostenible, gestión del agua y residuos, captación y almacenamiento de CO2...

La madre, de la vieja escuela, tardó muchos años en adoptar un enfoque completo de la sostenibilidad. Eran otros tiempos. De hecho, tuvo que esperar hasta el famoso 2018 y a que su buque insignia de pequeñas y medianas compañías españolas explotara para que le asignaran más estrategias centradas en los aspectos medioambientales, sociales y de buen gobierno corporativo.

'Sorpasso' generacional

Su hija, en cambio, ha entrado de lleno en la sostenibilidad ambiental a la primera de cambio. Las nuevas generaciones lo llevan de serie.

Este año, en un ejercicio muy dañino para los mercados financieros y la macroeconomía por la guerra rusa en Ucrania, la inflación, las subidas de tipos de los bancos centrales y la recesión, la aprendiz está superando a la maestra. Los fondos de las que ellas son responsables pierden dinero en todos los casos. Pero el de Beatriz menos, con lo cual tiene más cerca un posible rebote.

El fondo Renta 4 Megatendencias Medio Ambiente cae un 8,9%, frente a un retroceso del 10,5% en el Santander Small Caps España y del 18,7% en el caso del Santander Equality Acciones, ambos gestionados por Lola Solana. Este último invierte en compañías comprometidas con la diversidad de género.

[Santander implanta la cogestión en sus fondos de bolsa con Solana como líbera]

Precisamente un hito de género es lo que ha conseguido Lola Solana, al ser nombrada la nueva presidenta del Instituto Español de Analistas Financieros (IEAF), la primera mujer en sus casi 60 años de historia. Eso sí, a costa de diluir su presencia en los fondos de Santander AM, ya que ha dejado de gestionar algunos productos con el nuevo modelo de cogestión que ha introducido la entidad en sus fondos bursátiles. Sus nuevas responsabilidades requieren tiempo y foco.

Quizá Solana madre esté abriendo el camino a Solana hija en las instituciones financieras para dentro de unas décadas. Como dice ‘La Cruz de Madera’, la novela debut de Lola Solana en el mundo de la ficción: “Hay algo que ni la guerra ni la muerte pudieron destruir: el honor de una familia”.