Para quienes piensen que la economía post-Covid será un festín similar a los felices años 20, nada más lejos de la realidad. "No vamos a tener una fuerte recuperación después de 2022", vaticina Philippe Waechter, economista jefe de Ostrum Asset Management, filial de Natixis Investment Managers. Y el BCE tampoco tendrá incentivos para subir los tipos de interés oficiales, básicamente porque la lucha contra el cambio climático es un factor nuevo que nunca antes tuvo que ponerse en la balanza de ninguna recuperación.

Así lo ha hecho saber el economista en una entrevista con Invertia. Si bien la subida del PIB durante la primavera de 2021 ha mostrado la resiliencia de los países desarrollados y ha dejado constancia de lo efectivas que han sido las políticas económicas implementadas desde la primera fase de la pandemia, de los tres escenarios que se abren por delante el más optimista es el menos probable.

"El paralelismo con los años 20 es excesivo", afirma Waechter en un ejercicio de sinceridad, por lo que no se verá un gran crecimiento y empleo en un largo periodo de tiempo. "Creo que la mejor forma de pensar acerca de qué nos vendrá tras 2022 es imaginar que convergeremos con el crecimiento del PIB previo a la crisis (2019) y eso significa que Europa estará cerca del 1,5%", aunque la situación real sería incluso peor, porque "aunque crezcamos al mismo ritmo, se habrá abierto una brecha en la actividad y el empleo".

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, en una comparecencia virtual en la Eurocámara. Parlamento Europeo.

Si, como pronostica el economista jefe de Ostrum, el Viejo Continente efectivamente se ancla a este escenario, "no hay prisa para que el BCE cambie su estrategia". Es más, ahora hay que adaptarse a un "nuevo equilibrio", dado que "tenemos más limitaciones debido al hecho de que llegamos tarde a los objetivos climáticos de 2030".

Primero hay que converger hacia los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero para esta década (-55% de las emisiones de 1990 para la UE), antes de alcanzar la neutralidad de carbono para 2050.

"Me temo que tendremos tipos de interés muy bajos por mucho tiempo", cree Waechter, porque la inflación en Europa tampoco será un acicate para subirlos. "Si miras el dato de junio, de la tasa de aumento de precios del 1,9% un 1,2% proviene de la energía. No hay ninguna tensión específica dentro de la economía europea. No es un tema preocupante para el BCE y menos lo es ahora porque ha cambiado su objetivo de inflación y es más flexible".

Que la recuperación no sea tan vigorosa como se preveía tampoco será a causa del nuevo Impuesto de Sociedades del 15% que G7, OCDE y G20 han acordado para las multinacionales. "La situación ahora será más normal, ya que la situación que teníamos antes, donde las grandes compañías apenas pagaban impuestos, era anormal e injusta. Además", subraya el experto, "hay que partir de la base de que un 15% no es mucho, es menos de lo que pagan las pequeñas compañías de Europa en promedio, y menos también de lo que pagan las pequeñas empresas en los Estados Unidos".

Euro digital

Como buen conocedor del BCE y la realidad macro, el economista jefe de Ostrum también se ha mojado con las criptodivisas, dando un espaldarazo al proyecto de moneda digital europea.

El euro digital -o cualquier divisa digital de bancos centrales- compite con otras criptomonedas como Libra, desarrollada por Facebook, o bitcoin y ethereum. "El primer tipo será útil, el segundo seguirá siendo un desafío para las autoridades y el tercer tipo seguirá siendo marginal hasta que se sepa francamente para qué se utilizan colectivamente", establece Waechter.

Respecto al bitcoin, el economista cree que "será especulativo mientras su única respuesta a qué problema soluciona el bitcoin sea que el sistema monetario está arruinado", porque para el experto de Ostrum -como muchos otros- no lo está. Y esto es válido para otras criptos como el ethereum, que por ahora "solo pueden ser objetos de especulación altamente volátiles". Por tanto, "somos bastante escépticos sobre este tipo de criptomonedas, por lo que somos reacios a incluirlas en nuestros fondos de inversión".

Sin embargo, el euro digital tiene por objetivo asegurar las transacciones electrónicas, y este es "el vínculo esencial entre el blockchain financiero y la seguridad del circuito establecido".

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