El presidente de EEUU ha propuesto un paquete de renovación de infraestructuras de 2,3 billones de dólares con el objetivo de sacar a la economía estadounidense de la recesión pandémica de la Covid-19. Será la mayor inversión en creación de empleo desde la II Guerra Mundial.

El denominado Plan Estadounidense de Empleo es una iniciativa que abarca un periodo de ocho años y que requerirá emplear aproximadamente el 1% del PIB estadounidense anualmente para reconstruir infraestructuras de transportes, fábricas, viviendas asequibles e investigación y desarrollo tecnológico, entre otras inversiones. Esta inversión se centrará en proyectos como energías limpias, automóviles eléctricos, acceso de banda ancha para todo el país y programas de desarrollo en el trabajo.

El compromiso para reconstruir infraestructuras existentes y construir nuevas infraestructuras no se ha hecho solo en EEUU. En Europa, el fuerte compromiso con la transición energética y la digitalización, así como el despliegue de las redes 5G están impulsando también una importante apuesta por este sector.

Una tendencia global

También en Asia, especialmente en el caso de China, su mayor país, que necesita ampliar sus redes de transporte y telecomunicaciones, para lograr una distribución y comunicación fluida en su territorio y con el resto del mundo. Además, como mayor emisor global de CO2, habrá de acometer cambios importantes para cumplir su compromiso respecto al cambio climático.

Una forma de participar en este gran proyecto que afecta, en mayor o menor medida, a todo el mundo, es a través de fondos de inversión. De entre los fondos que invierten su cartera en infraestructuras, con calificación VDOS de cinco o cuatro estrellas, el mejor comportamiento corresponde a la clase A de acumulación en euros de M&G (LUX) Global Listed Infrastructure Fund que gana un 9,1% por rentabilidad desde comienzos de año y un 22,7% en el último año, con un coste por volatilidad del 17,7%.

Se propone como objetivo proporcionar una combinación de renta y crecimiento del capital superior a la del mercado de renta variable global en cualquier periodo de cinco años, así como elevar su flujo de rentas cada año, en dólares. Para ello invierte como mínimo un 80% de la cartera en compañías de infraestructuras, sociedades de inversión y sociedades de inversión inmobiliaria de cualquier tamaño y de cualquier país, tanto desarrollado como emergente. Típicamente, el fondo tiene menos de 50 compañías en cartera.

Las compañías en que invierte abarcan los sectores de utilities (servicios públicos), energía, transporte, salud, educación, seguridad, comunicaciones y transacciones. Las consideraciones de sostenibilidad –incluyendo factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG)– están integradas en el proceso de inversión. Entre sus mayores posiciones se incluyen acciones de SDCL Energy Efficiency Income Trust (3,8%), Enel (3,5%), Coresite Realty (3,4%), Crown Castle International (3,4%) y Transcanada Corp (3,3%). Requiere una inversión mínima de 1.000 euros para su suscripción, aplicando una comisión fija del 1,75% y de depósito del 0,41%.

Energía, transporte y telecomunicaciones

Denominado en dólares, la clase B de Credit Suisse (LUX) Infrastructure Equity se revaloriza un 6,2% desde el pasado 1 de enero y un 39,4% a un año, periodo en el que registra una controlada volatilidad del 11,8%, que lo sitúa entre los mejores de su categoría, en el quintil cinco.

Toma como referencia el índice MSCI World (NR) y su objetivo es superar el rendimiento del índice invirtiendo principalmente en acciones y valores similares que participan en el sector de infraestructuras en todo el mundo. Las mayores posiciones en su cartera corresponden a acciones de Enel (4,55%), American Tower Corp (4,48%), Ferrovial (4,28%), Vinci (4,18%) y Cellnex (3,52%). Sus partícipes soportan una comisión fija del 1,92%.

Evolución comparativa de fondos de inversión en infraestructuras. VDOS

De la gestora DWS Investment, del grupo Deutsche Bank, la clase LC de DWS Invest Global Infrastructure avanza un 9,5% por rentabilidad en el año y un 12,7% a un año, con un dato de volatilidad del 16,1%. Invierte principalmente en acciones de emisores del sector de infraestructuras mundiales, incluyendo subsectores como transporte (carreteras, puertos, aeropuertos y ferrocarriles), energía (suministro, venta y producción de gas y electricidad), agua (irrigación, potabilidad del agua, aguas residuales) y telecomunicaciones (postes de radio y telefonía móvil, satélites, fibra de vidrio y cables de cobre).

Entre sus principales posiciones encontramos acciones de Crown Castle International (7,7%), Vinci (5,3%), Cheniere Energy (5,2%), National Grid (5%) y Williams Cos (4,60%). Su comisión fija es del 1,5%.

La inversión en infraestructuras tiene la ventaja de ofrecer diversificación y una fuente de rentas periódicas que puede ser muy interesante en la actual etapa de mercado en que tan escasos rendimientos pueden obtenerse a partir de activos de renta fija. Adicionalmente, al invertir en este tipo de activo se está contribuyendo a un mundo más eficiente, mejor conectado y mejor preparado para hacer frente a los retos del cambio climático.

***Paula Mercado es directora de análisis de VDOS

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