La volatilidad y las nuevas formas de inversión fuerzan a las gestoras a explorar nuevas fórmulas para explotar la rentabilidad de sus carteras. Una tarea a la que GVC Gaesco quiere responder abriendo sus carteras para el préstamo de terceros. La iniciativa ya ha arrancado en Luxemburgo y sus responsables aseguran que está “superando expectativas”.

Los vaivenes de precio en los que muchos activos de inversión están sumidos suponen el mejor caldo de cultivo para las estrategias de corto plazo y perfil más especulativo, como las que se posibilitan con la recepción de valores en préstamo. A consecuencia de las buenas o malas noticias que cada día llegan en relación con las expectativas de la recuperación económica, estas fórmulas despiertan un mayor apetito inversor al contar con más posibilidades de salir ganador con su puesta en práctica.

Esta es la ventana que desde GVC Gaesco se quiere aprovechar con el objetivo de establecer “un nuevo flujo de ingresos” para los fondos de la casa y así conseguir una mayor rentabilidad para sus partícipes. En este sentido, la gestora española prestará a terceros los activos que conforman las carteras de sus vehículos de inversión con el cobro de la correspondiente comisión.

No solo acciones (pero sobre todo)

El consejero delegado y director de inversiones de GVC Gaesco Gestión, Jaume Puig, reconoce a Invertia que las acciones cotizadas son “el activo más buscado”, pero que están abiertos a ceder en préstamo “cualquier activo financiero” de los que conforman sus carteras. No lo hacen de primera mano, sino que para ello han establecido un acuerdo con la fintech Sharegain, especializada en este tipo de soluciones con las que sacar un pellizco extra de rentabilidad.

A través de esta herramienta, la firma catalana abre la cartera de sus fondos domiciliados en Luxemburgo a que otros inversores tomen parte de sus activos en préstamo. Eso sí, estableciendo el porcentaje máximo que en cada caso pueda ser prestado pero que, en la práctica, suele ser “muy inferior al máximo que se pueda fijar”, como reconoce Puig.

Sin preaviso y con derechos

Además, a diferencia de los riesgos que se podrían asumir con otras fórmulas de préstamo de activos, la gestora ha establecido junto con la fintech británica unos parámetros que permiten mantener en todo momento los derechos económicos y políticos de los valores. Esto incluye cuestiones tan relevantes como la participación en una junta de accionistas o asamblea de bonistas y el cobro de un dividendo o cupón.

Del mismo modo, para escapar de posibles cuellos de botella de liquidez o el retardo en la ejecución de determinadas órdenes, la gestora española se ha asegurado la libre disposición para la venta de todos sus activos, incluso estando prestados. En este sentido, el directivo de la firma asegura que “no es necesario ni siquiera efectuar ningún preaviso”. En ese caso, el préstamo de valores queda cancelado automáticamente.

Del mismo modo, los ‘prestamistas’ de la firma que fundó y preside Maria Àngels Vallvé i Ribera puede establecer a qué contrapartes están dispuestos a prestar y, por otra parte, conocer de antemano el precio del préstamo de valores de cada uno de los valores. Dicho de otro modo, la rentabilidad extra que conseguirían para los partícipes con la operación sin más esfuerzo que aceptar el préstamo de unos títulos que normalmente permanecen por una larga temporada en cartera debido a la visión largoplacista que suelen tener los fondos en sus apuestas.

Si bien esta es una práctica habitual entre muchos fondos internacionales, los españoles aún no pueden recurrir a esta herramienta. Esta es la razón por la que GVC Gaesco ha comenzado a hacerlo con sus vehículos de inversión domiciliados en Luxemburgo. Una circunstancia que no ha supuesto que esta haya sido una iniciativa residual, pues la firma cuenta con una amplia trayectoria en el país centroeuropeo y, por tanto, un amplio catálogo en esta jurisdicción.

A la espera en España

Un paseo por los formularios de inversión de varios de los fondos internacionales con más posiciones en las cotizadas españolas sirve para ver que no es un hecho aislado. El fondo soberano de Noruega es uno de los más activos en este tipo de estrategias que permiten sacar una rentabilidad extra a las posiciones a las que confía las pensiones públicas de sus jubilados.

Sin embargo, en España todavía no es posible porque la normativa comunitaria que permite esta práctica a las instituciones de inversión colectiva aún está pendiente de recogerse en la regulación nacional. “Desde hace muchos años”, incide Puig. Las últimas reformas impulsadas por el Gobierno en las normas que rigen el funcionamiento del mercado español aún no incluyen esta medida, que en la firma se muestran ansiosos de poder replicar desde Luxemburgo “lo antes posible”.

Los ágiles y profundos cambios a los que los mercados se han enfrentado con la inesperada llegada de la pandemia, que han sido la base de situaciones tan insólitas como los asaltos minoristas orquestados a través de Reddit en varios valores de Wall Street, han sido un revulsivo para que muchas firmas de inversión repensasen sus estrategias. El propio Puig reconoce que “siempre hemos sabido que, si queríamos aportar valor, teníamos que hacer las cosas de otra manera”.

Un cambio de guion que, en este caso, ha sido posible “sin poner en riesgo el control o la transparencia” gracias a la colaboración con la fintech nacida en Londres en 2015 y que tiene por objetivo “democratizar el mercado de 2,5 billones de dólares de préstamo de valores”. Una nueva vía de ingresos alternativa y adicional que además, según una de las firmas tradicionales pioneras también en la incursión en la industria de los roboadvisors, es “fácilmente cuantificable”.

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