Por Yolanda González

Las criptocarteras son dispositivos encriptados que sirven para guardar, enviar y recibir bitcóines o cualquier otro tipo de moneda virtual. Pero poco tienen que ver con las carteras de cuero que llevamos en nuestros bolsillos, ya que las criptomonedas no se almacenan en ningún sitio concreto, sino que están registradas en cadenas de bloques de datos.

Existen dos elementos que definen a las criptocarteras. El primero es la dirección pública, que permite saber el saldo que tiene el monedero. La cadena de bloques va registrando las transacciones que se realizan y en la dirección pública queda establecida la cuantía resultante. El segundo consiste en la clave privada, necesaria para poder realizar transferencias entre dos carteras. Es un código hexadecimal -compuesto por diez dígitos y las seis primeras letras del abecedario- tan complicado como seguro.

Y es que garantizar la seguridad de las monedas digitales es el principal objetivo de estas carteras y también su diferencia. Porque al igual que no llevamos 10.000 euros en el monedero ni abrimos una cuenta de ahorro para depositar 50 euros, utilizaremos las criptocarteras más complejas y seguras para operaciones más significativas y las más accesibles para pequeñas transacciones más rutinarias.

CRIPTOCARTERAS PARA TELÉFONOS MÓVILES Y TABLETS

Son las que más se ajustan a la definición de monedero, ya que están diseñadas para pequeños pagos con moneda virtual. El más conocido es Bitcoinwallet, que está disponible en Android y ofrece bastantes opciones para simplificar el proceso de transferencias entre usuarios.

CRIPTOCARTERAS ONLINE

Son las más rápidos y accesibles, pero también las menos seguras. Los datos se almacenan en un servidor en la nube. La clave privada no está a disposición del usuario, sino que está almacenada en el servidor de la empresa que ofrece el monedero.

CRIPTOCARTERAS PARA ORDENADORES

Garantizan mayor seguridad que las anteriores ya que la clave privada de la cartera está en el ordenador del particular, por lo que el riesgo de que sea hackeada es mucho menor. Además, la clave suele estar encriptada por si, por alguna razón, la seguridad del ordenador se viese comprometida.

CRIPTOCARTERAS FÍSICAS

Existen dos tipos, los monederos hardware y los monederos dinámicos. Los primeros son dispositivos similares a los `pendrives¿ donde se almacenan los datos. La clave no está en ningún ordenador y, por lo tanto, no está conectada a la red. Además, cuenta con códigos extra para proteger los datos por si alguien roba el aparato.

En cuanto a los monederos dinámicos, funcionan con llaves privadas que dispone solo cada usuario. La principal diferencia es que, en su caso, sí que están conectados a internet, aunque el riesgo de `hackeo¿ es mínimo si se tienen en cuenta ciertas precauciones como no acceder con redes wifi libres y evitar virus.