Dijsselbloem, optimista con cerrar tercera revisión rescate a Grecia en 2017

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Renta fija

Otro hito de la 'Era de los Tipos Negativos': el interés del bono griego a 10 años baja del 1%

  • Casi 10 años después del primer rescate de Grecia, la rentabilidad de deuda se sitúa en mínimos históricos
  • En 2012, antes de la mayor quita de siempre, el rendimiento llegó a superar el 40%
12 febrero, 2020 16:46

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En un par de meses, los almanaques financieros recordarán el décimo aniversario del rescate que Grecia pidió en abril de 2010, con el que dio el pistoletazo de salida a una nueva etapa de la crisis desatada en 2007, esta vez para situar el epicentro de los temblores en la Eurozona. Se sucederán las referencias, los recuerdos a aquellos meses en los que Atenas pidió asistencia financiera a la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), dos jugadores a los que se sumó un tercero, el Banco Central Europeo (BCE), para convertirse en una suerte de 'santísima trinidad financiera' que, de manera coloquial, quedó bautizada como 'los hombres de negro'. Y, por supuesto, se refrescará todo lo vivido desde esos momentos, incluyendo aquel verano de 2015 en el que el país estuvo a un milímetro de salir del euro tras una maratoniana noche, muy del gusto europeo, de reuniones que finalmente evitaron el 'Grexit' con un acuerdo postrero, ya con la amanecida y con los mercados a punto de abrir con el aliento contenido. 

De todo eso, y de muchos má, de Alexis Tsipras, de Yanis Varoufakis, de las pensiones, de las promesas y las realidades, se hablará y se escribirá largo y tendido. Y, desde este miércoles, ese despliegue tendrá que dar cabida a un nuevo hito. Uno, además, insospechado. Porque este miércoles, y por primera vez en la historia, la rentabilidad de los bonos griegos a 10 años se sitúa por debajo del 1%

Sí, por debajo del 1%. En concreto, en el 0,97%. Casi 10 años después del primer rescate. Casi ocho años después de que superaran el 40% -¡sí, el 40%!- justo antes de que Grecia arrancara de sus acreedores una quita, la mayor de la historia, que conllevó pérdidas reales superiores al 70% para los bonistas y que sirvió para desatascar un segundo rescate. Casi cinco años después de que las autoridades tuvieran que instaurar un 'corralito' para frenar la fuga de capitales del país. Casi dos años después del final de los rescatesMenos de un año después de que levantara el 'corralito'. Casi después de todo eso, y ahora, en un tiempo récord, con aquellos acontecimientos aún frescos, la deuda helena se apunta semejante 'medalla'. Inaudito. 

MÉRITO GRIEGO, PERO NO SOLO...

Grecia, sin duda, muestra ahora un semblante económico bien distinto al de que aquellos años. Para bien. De regreso a la senda del crecimiento desde 2017, este año el FMI prevé que su economía se expandirá más de un 2%, el ritmo más alto desde 2007. Su desempleo, aún muy alto, superior al 17%, ha dejado atrás las tasas superiores al 27% sufridas en 2013. Y tras encadenar unos superávits públicos en 2016, 2017 y 2018, el pasado año volvió a sufrir un déficit público, pero inferior al 1%, en torno al que está previsto que se mueva el de este año, pero muy lejos de los desajustes superiores al 10% del Producto Interior Bruto (PIB), e incluso del 15%, vistos entre 2008 y 2011. 

En el contexto actual, la carrera por la rentabilidad es planetaria y lleva a los inversores a estrujar aquellos activos en los que pueden 'rascar' cualquier rendimiento adicional que llevarse a las carteras

Por todo ello, y más, Grecia tiene su parte de mérito en el descenso de la rentabilidad de su deuda. Ahora bien, hay mucho más. Porque el hito de bajar del 1% representa otro de los muchos productos de la factoría de la 'Era de los Tipos Negativos'. Con los tipos de interés en mínimos, desde una perspectiva histórica, en todo el mundo, con regiones como la Eurozona con los intereses por debajo del 0%, y con una liquidez abundante, también por las billonarias inyecciones de los bancos centrales, la carrera por la rentabilidad es planetaria y lleva a los inversores a estrujar aquellos activos en los que pueden 'rascar' cualquier rendimiento adicional que llevarse a las carteras. 

Porque, aunque la economía helena ha venido progresando adecuadamente, todavía carga con herencias del pasado. Como la de su pesada deuda pública, entre las mayores del mundo, equivalente al 180% del PIB. 

Pero esta amenazante sombra no inquieta en este mundo de tipos en mínimos, liquidez en máximos y carreras frenéticas por la rentabilidad. Este contexto ha dejado antes su huella muchos otros bonos, en otros muchos países. Ahora le toca a Grecia, con sus bonos a 10 años bajo el 1% casi 10 años después de casi todo.