Imagen de un mercado de Zimbabue durante la pandemia de coronavirus.

Imagen de un mercado de Zimbabue durante la pandemia de coronavirus. Europa Press / PMA

Divisas

Las divisas de Zimbabue, Cuba o Ghana caen tanto como el bitcoin y acercan una crisis monetaria al tercer mundo

Las monedas de estos países han caído entre un 80% y un 50% de su valor desde que comenzó el ejercicio en un contexto de elevada inflación.

27 noviembre, 2022 02:30

Las criptodovisas están sufriendo fuertes desplomes en este 2022. El bitcoin o el ethereum, por ejemplo, han cedido en torno al 70% de su valor desde que comenzó el ejercicio, provocando fuertes pérdidas a muchos inversores. Pero hay monedas oficiales que registran caídas similares a las de los activos digitales -como sucede en Zimbabue, Cuba o Ghana- y acercan al tercer mundo a una crisis monetaria.

La incertidumbre geopolítica, las perspectivas de recesión global y las fuertes subidas de tipos ejecutadas por la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) han llevado a los inversores a tomar posiciones en el dólar, considerado históricamente como un valor refugio.

Su fortaleza ha provocado, por ejemplo, que el euro haya perdido la paridad por primera vez desde 2002, llegando a marcar mínimos de los últimos 20 años. En concreto, la divisa europea se ha depreciado un 8,5% frente a la moneda estadounidense desde que comenzó el ejercicio. La caída llegó a ser mucho mayor.

Emergentes

El efecto del repunte del dólar en las economías emergentes -muy dependiente del billete verde- es muy superior. Según la lista de las divisas con peor desempeño en el año elaborada por Steve Hanke, profesor de economía aplicada en la Universidad Johns Hopkins, las monedas oficiales de cuatro de estos países han perdido más de un 50% de su valor en este 2022.

La caída más abultada es la del dólar de Zimbabue, que en estos momentos alcanza el 78%. El país se enfrenta a una inflación del 268%, según la tasa interanual de octubre, mientras que, para contrarrestar la escalada de los precios, los tipos de interés oficiales están en el 200%. Son los más elevados del mundo y seguirán siéndolo en 2023, tal y como alertó hace unos días su ministro de Finanzas, Mthuli Ncube, según informó Bloomberg.

Ncube señaló que las autoridades ahora tenían que "sacrificar" el crecimiento. Y así lo reflejó esta semana el Fondo Monetario Internacional (FMI), que revisó a la baja las expectativas económicas de Zimbabue. El organismo espera que el país crezca un 3% en 2023, cinco décimas menos que en sus anteriores previsiones.

Zimbabue no es elegible para recibir ninguna nueva línea de crédito del FMI, ya que sigue cargando con una "deuda insostenible". El país debía 13.200 millones de dólares a varias instituciones financieras internacionales a finales de junio, según datos del Tesoro.

[La inflación de la cesta de la compra en Europa: en 16 países se encarece aún más que en España]

Pero esta no es la primera crisis cambiaria a la que se enfrenta el país. Durante la gran crisis financiera, el Gobierno emitió un billete de 100 billones de dólares zimbabuenses que ni siquiera alcanzaba para comprar una barra de pan, según informó la agencia Efe.

La medida tuvo un impacto limitado y Zimbabue acabó adoptando el dólar estadounidense como moneda local desde 2009 hasta 2016, cuando se reintrodujo el dólar zimbabuense.

De Cuba a Pakistán

La elevada inflación también es un problema en Cuba, Ghana o Venezuela, cuyas divisas se han depreciado entre un 59% y un 57% frente al dólar desde que comenzó el ejercicio. Criptodivisas como el DogeCoin o el litecoin caen menos en este criptoinvierno -como se conocen a los periodos de caídas- que sufren los activos digitales.

En total, las divisas de 20 países caen más de un 20% frente al dólar. En la lista también se encuentran la libra egipcia (35,7%), la grivna ucraniana (32,05%), el peso argentino (32,03%) o la lira turca (28,55%).

La situación en Turquía es paradigmática. El Banco Central de Turquía redujo este jueves los tipos de interés del 10,5% al 9%, la cifra más baja desde agosto de 2020, mientras que la inflación interanual es el 85%, máximo en 25 años.

El pasado agosto el organismo redujo los tipos del 14% al 13%, tras ocho meses de mantenerlos estables, pese al rápido aumento de la inflación, y desde entonces los ha ido reduciendo cada mes.

Esta reducción corresponde a las indicaciones del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que insiste en una política de intereses bajos para fomentar gasto, producción y empleo, en lo que muchos analistas consideran una estrategia política de cara a las elecciones generales y presidenciales de 2023.

En este contesto, los analistas de Nomura han publicado un informe especial cuya principal conclusión apunta a una crisis de tipos de cambio en los mercados emergentes.

Crisis cambiaria

El informe se fundamenta en los resultados obtenidos de 'Damocles', un indicador que analiza la situación en 32 países considerados emergentes y que en noviembre se ha situado cerca de su nivel más elevado desde 2008. Cuando mayor es la puntuación, mayor es el riesgo de que se produzca una crisis monetaria.

Según el mismo, siete países -Egipto, Rumanía, Sri Lanka, Turquía, República Checa, Pakistán y Hungría- actualmente corren el riesgo de sufrir una crisis monetaria durante los próximos 12 meses al registrar una lectura en el mencionado índice superior a los 100 puntos.

[Putin, Tebboune, Erdogan y ahora Xi: la desesperada gira de Díaz-Canel para recaudar fondos]

Aunque Egipto, Sri Lanka, Turquía y Pakistán ya la han sufrido, el índice del banco nipón indica que estos cuatro países aún no están fuera de peligro.

Los mismos expertos recuerdan algunas de las situaciones más “dramáticas” respecto a divisas emergentes, como la crisis asiática de 1997, la gran crisis financiera de 2008, el taper tantrum de 2013 -cuando los mercados reaccionaron de manera negativa a la retirada de estímulos económicos por parte de la Fed- y la Covid-19.

“La mayoría de las economías emergentes nunca se recuperaron por completo de la pandemia y ahora enfrentan una alta inflación, un espacio fiscal limitado, tasas de interés reales negativas, una balanza de pagos más débil y una menor cobertura de reservas de divisas”, subrayan.