Todo indicaba que el euro terminaría alcanzado la paridad frente al dólar y así está a punto de suceder. El cambio de la divisa comunitaria ya es prácticamente uno a uno frente a la moneda estadounidense, algo que no había ocurrido desde finales de 2022.

Una hora después de la apertura de la sesión bursátil de este viernes, el euro se cambiaba a 1,009 dólares. No cotizaba a un nivel tan bajo desde noviembre de 2022. A principios de ese mes, la divisa comunitaria llegó a cambiarse a 0,992 ‘billetes verdes’.

En una jornada volátil, la divisa comunitaria ha recuperado algo del terreno perdido y al cierre de la sesión bursátil europea se intercambiaba a 1,017 dólares.

El cambio de tendencia ha tenido lugar tras la publicación del dato de paro de EEUU correspondiente al mes de junio. En el mencionado mes, la economía estadounidense creó 372.000 nuevos puestos de trabajo.

Aunque el euro se ha debilitado durante la primera parte del año, ha sido ya en julio cuando se han acelerado los acontecimientos. A principios de mes, la moneda única marcó mínimos de los últimos 20 años frente al dólar. El cambio se situó por primera vez en 20 años por debajo de los 1,03 billetes verdes.

Recesión

La pérdida de valor del euro ha continuado en las últimas sesiones, a raíz de los datos económicos que apuntan a un creciente riesgo de recesión en la eurozona en medio de tensiones energéticas provocadas por la guerra en Ucrania.

Uno de los factores que más ha pesado contra la moneda única ha sido el retraso del Banco Central Europeo (BCE) frente a otros grandes bancos centrales.

La institución que preside Christine Lagarde va retrasada respecto a la Reserva Federal de EEUU (Fed) o al Banco de Inglaterra, que han elevado sus tipos de interés en varias ocasiones para luchar contra la inflación.

Según las actas de la reunión, que fueron publicadas este jueves, el BCE acordó en su cita de política monetaria del 8 y 9 de junio anunciar una subida en julio de 25 puntos básicos de los tipos de interés.

Inflación

Sin embargo, en las discusiones previas al consenso finalmente alcanzado varios miembros se mostraron a favor de evitar un compromiso previo y dejar abierta la puerta a una subida de mayor intensidad.

En el caso de la Fed, las actas, que también se dieron a conocer el jueves, mostraron que el banco central estadounidense reafirmó su compromiso para contener la inflación y no descartó subidas de los tipos mayores que las aprobadas hasta ahora si fuera necesario.

A pesar de ello, el escenario más probable -según apuntaron las propias actas- sigue siendo que en la próxima reunión se apruebe un alza de entre 0,50 y 0,75 puntos.

La principal consecuencia de la pérdida de fortaleza del euro frente al dólar, pero también frente a otras divisas, es el encarecimiento de productos procedentes de países que no forman parte de la unión monetaria.

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Entre ellos se encuentran las materias primas. El repunte de sus precios es el epicentro de la escalada de la inflación. "Un dólar más fuerte añade una presión adicional a la inflación, ya que los países de la eurozona compran el petróleo y otras materias primas en dólares", explican los expertos de Ebury.

Como ya publicó El Español – Invertia, España tendrá que pagar 1.540 millones ‘extra’ por el crudo que consume tras la depreciación del euro.