De parodia a líder en rentabilidad. Este es el salto protagonizado por dogecoin en solo mes y medio. Desde que empezó el año, la criptomoneda creada como una broma sobre los efectos de la inflación en la economía se ha revalorizado un 1.100% para sorpresa de sus propios creadores gracias a las casi constantes menciones del empresario Elon Musk en este corto periodo.

Los analistas no tienen duda. Si otras monedas han subido con fuerza gracias a su creciente adopción y regulación, la norma no aplica para el dogecoin. En este caso, el verdadero combustible para su vertical despegue lo encuentran en los recurrentes mensajes del fundador de Tesla, que la semana pasada incluso afirmaba haber comprado “algunas” unidades de esta altcoin para su bebé de nueve meses.

Musk se ha convertido, por tanto, en el verdadero motor del acelerón experimentado por un dogecoin que, por naturaleza, tendría que valer menos y menos cada día que pasa. Una definición que choca con el hecho de que en mes y medio se haya apreciado en casi 12 veces frente al dólar y se haya convertido en uno de los activos más rentables de lo poco que va de este todavía muy volátil 2021.

Milésimas de dólar

A pesar de lo voluminoso del cambio en términos relativos, no hay que pensar en grandes cifras. Ni siquiera en que Musk esté engordando su fortuna a marchas forzadas con esta criptomoneda. En todo caso, esta vertical remontada da para una paga extra, pues en términos de efectivo, la subida del dogecoin en este tiempo es de solo 0,055 dólares por unidad.

El bajísimo precio al que cotiza esta criptomoneda es la que hace que cualquier impulso en un sentido o en otro se traduzca en fuertes movimientos porcentuales. Tanto que, en este corto espacio de tiempo que va desde que se estrenó 2021, se han llegado a ver subidas del 386% de un día para otro, como en la sesión del 28 de enero, y caídas del 40% solo dos días después.

Si se toma como punto de partida el precio de 0,065 dólares que marcaba en máximos intradía del lunes según la plataforma Binance, una de las más activas en esta criptomoneda, una variación de solo una milésima parte de dólar se traduciría en avances o pérdidas del 1,54% según el sentido del cambio de valoración. En las últimas 24 horas, entre máximos y mínimos intradía, su precio ha oscilado un mareante 37%.

Más allá de esta volatilidad, que en mayor o menor grado es el pan de cada día del mercado de monedas digitales, lo que el creador del dogecoin, Billy Markus, no entiende es cómo es posible que haya sido capaz de acumular tal revalorización en los últimos tiempos. Más todavía si se tiene en cuenta que, como él mismo reconoce, esta altcoin nació como “una broma tonta”.

A por el dólar

En un reciente mensaje publicado por Markus en Reddit, la plataforma social de foros que últimamente anuncia todos los temas del momento en Wall Street, lanza la siguiente reflexión: “La gente está hablando de que el dogecoin se vaya a 1 dólar, lo que haría que su ‘capitalización de mercado’ fuera más grande que la de empresas reales que brindan servicios a millones [de usuarios], como Boeing, Starbucks, American Express, IBM”.

Así hace mención a una reciente arenga movilizada desde este foro a la que también Musk parecía respaldar para luego hacer gala de su preferencia por el bitcoin. El impulso del 1.440% que necesitaría el dogecoin para alcanzar el dólar desde su actual valoración saca el lado más filosófico de Markus, especialmente por el sorpasso a grandes cotizadas que supondría. “¿Se lo merece el dogecoin? Eso no es algo que pueda comprender, y mucho menos responder”, asegura.

Recorte de un meme publicado hace unos días por Musk sobre el dogecoin.

Si bien la revalorización pendiente hasta la cota del billete verde es más que abultada, su reciente comportamiento hace que no resulte tan improbable como el propio Markus lo tenía pensado desde su creación. Y es que el objetivo de su lanzamiento era parodiar la forma en la que las divisas fiduciarias pierden poder adquisitivo por la impresión de más y más billetes.

Este tema, que ahora está de máxima actualidad por el ímpetu con el que los grandes bancos centrales han atajado la crisis del coronavirus, se hace muy evidente en el dogecoin. Y es que cada minuto se crean 10.000 nuevas.

Sin freno a la emisión

A todas luces, un volumen impensable para el resto de criptomonedas más negociadas, que en su gran mayoría cuentan con mecanismos que limitan su multiplicación. Este es el caso de los halving del bitcoin, que periódicamente reducen a la mitad el número que se entrega en cada transacción de emisión. El último tuvo lugar en plena pandemia, el pasado mayo.

Aunque Markus ha señalado que el dogecoin ha pasado de ser “una broma tonta a algo con algo de valor para la gente muy rápidamente”, lo más sorprendente es que para Musk todavía no ha dejado de ser una broma a la que recurrir “de vez en cuando”. Así lo ha asegurado en varias entrevistas en los últimos años.

Este mismo lunes aseguraba a través de Twitter que estaría dispuesto a pagar “literalmente dólares reales” a los grandes inversores de dogecoin que estuvieran dispuestos a “vaciar sus cuentas”. Un claro mensaje al hecho de que la mayoría de transacciones sobre la altcoin en realidad se cierran con tether, una criptomoneda estable con un valor invariable equivalente a un dólar.

A sabiendas de que el exceso de oferta es lo que, precisamente, hace que la criptomoneda esté abocada teóricamente a valer cada vez menos, escribía con sorna disimulada: “El único problema real en mi opinión es una concentración demasiado elevada”.

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