Sede de Nvidia en Israel.

Sede de Nvidia en Israel. Reuters

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Nvidia o 'invidia': la historia de una ambiciosa empresa que se fundó con 40.000 dólares y que ahora vale 4 billones

Su tamaño supera a la suma de Alphabet y Meta. Sus acciones deben subir un 24% más para alcanzar los 5 billones.

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En el corazón de Silicon Valley (California, Estados Unidos) las historias de garaje y superación abundan. Sin embargo, sólo una, la de Nvidia, cuenta cómo una empresa que se fundó con 40.000 dólares ahora vale más de 4 billones. Ha sido, además, la primera cotizada en lograr este hito.

Fundada en 1993, Nvidia ha pasado de ser una promesa en el incipiente mercado de los chips gráficos a convertirse en un gigante que lidera la revolución de la inteligencia artificial (IA).

Pero la historia de Nvidia comienza lejos de California. Se inicia en Tainan (Taiwán), donde nació su fundador y CEO, Jensen Huang, en 1963. Hijo de un químico y una maestra, su infancia estuvo marcada por la movilidad y la incertidumbre económica.

Su familia se trasladó primero a Tailandia. Pero poco después, y debido a la inestabilidad política de ese país, emigró a Estados Unidos cuando Jensen tenía apenas nueve años.

Se establecieron en Portland (Oregón). Allí, el joven Huang empezó a forjar su carácter trabajando en un restaurante Denny’s, donde lavaba platos y limpiaba mesas para ayudar a la economía familiar.

Huang se graduó en ingeniería eléctrica por la Universidad Estatal de Oregón y obtuvo un máster en Stanford, dos logros que abrieron las puertas de la industria tecnológica.

Antes de fundar Nvidia, trabajó en empresas punteras como AMD y LSI Logic, donde adquirió experiencia en el diseño de chips y microprocesadores. Fue precisamente en ese entorno donde conoció a Chris Malachowsky y Curtis Priem, sus futuros socios.

La idea de Nvidia surgió precisamente en uno de los restaurantes Denny’s. En un encuentro en uno de los locales de la cadena, Huang, Malachowsky y Priem hablaron del auge de los videojuegos y la necesidad de gráficos cada vez más potentes.

Decidieron apostar por el desarrollo de chips que potenciaran la capacidad gráfica de los ordenadores, reuniendo un capital inicial de 40.000 dólares.

La 'invidia' tecnológica

Dejaron sus intenciones claras –revolucionar la industria de chips– desde el mismo momento en el que decidieron cómo se llamaría la compañía.

El nombre de Nvidia encierra varias capas de significado. Proviene de la palabra latina invidia, que significa envidia en español, anticipándose al sentimiento que la tecnológica despierta entre sus competidores.

Por otro lado, 'NV' alude a “next vision” (la visión de lo que viene), reflejando la ambición de anticipar el futuro tecnológico. A su vez, 'VID' hace referencia a video, el núcleo inicial del negocio.

Como suele ser habitual cuando se funda una empresa, los primeros años de Nvidia no estuvieron exentos de dificultades. Tras el fracaso de su primer chip, el NV1, y la cancelación de un contrato clave con Sega, la compañía estuvo al borde de la bancarrota en 1996.

El lanzamiento del RIVA 128 en 1997 y, sobre todo, de la GeForce 256 en 1999 —la primera unidad de procesamiento gráfico (GPU) del mundo— marcaron el inicio de la escalada de Nvidia en el sector de los gráficos para videojuegos.

La llegada del nuevo milenio trajo consigo una visión aún más ambiciosa. Nvidia comenzó a apostar por los procesadores especializados y por la IA.

En 2006 lanzó la plataforma CUDA, que permitió a sus GPU abordar tareas mucho más allá de mejorar los gráficos de un videojuego.

El último hito del gigante tecnológico son los chips Blackwell, una nueva generación de GPU orientadas principalmente a la IA, la supercomputación y el procesamiento de datos en la nube.

Sus chips se han convertido en el corazón de los sistemas de inteligencia artificial más avanzados del planeta, desde los modelos de lenguaje como ChatGPT hasta los vehículos autónomos y la robótica industrial.

El éxito tecnológico de Nvidia se refleja en sus resultados. El fabricante de chips ganó 18.775 millones de dólares en el primer trimestre de su ejercicio fiscal 2026, un 26% más.

Y ello a pesar de anotarse un cargo de 4.500 millones por el impacto de la licencia exigida por Estados Unidos para exportar a China.

En su último ejercicio fiscal completo, el de 2025, Nvidia obtuvo un beneficio neto de 72.880 millones de dólares, un 146% más. El salto en 2024 fue del 581%.

Aunque en última década, ha habido ejercicios en los que las ganancias se han reducido, la comparación no deja lugar a dudas. Nvidia ganó 631 millones de dólares en 2025. Es decir, en diez años su beneficio se ha multiplicado por más de 115 veces.

En ese 2015, las acciones de Nvidia cotizaron entre los 0,48 y los 0,85 dólares. Ahora marcan máximos históricos por encima de los 164 dólares. Por tanto, se han revalorizado, aproximadamente, un 19.194%.

Más que Alphabet y Meta juntas

El continuo rally bursátil —por poner sólo dos ejemplos recientes, se disparó un 171,2% en 2024 y un 238,9% en 2023— que vive Nvidia la ha convertido en la primera cotizada en superar los 4 billones de dólares de capitalización.

Rebasa el valor de otros gigantes tecnológicos de Wall Street como Microsoft y Apple, cuya capitalizaciones superan los 3,73 y los 3,17 billones de dólares respectivamente.

El valor de Nvidia es superior a la suma de las capitalizaciones de Alphabet y Meta. La matriz de Google cuenta con una capitalización de 2,15 billones de dólares, mientras que la de la propietaria de Instagram o Facebook es de 1,81 billones.

A su vez, la capitalización del fabricante de chips supera en casi cinco veces el valor conjunto de todo el Ibex 35, que es de unos 720.000 millones de euros, y multiplica por 25 la capitalización de Inditex, que es la cotizada española más valiosa.

Nvidia ha alcanzado una dimensión tal que su evolución impacta de lleno en Wall Street. La tecnológica fundada por Huang representa ya el 7,32% del S&P 500. Ella sola ha aportado una quinta parte de la subida anual del 7,2% que registra el indicador.

En el Nasdaq 100 —compuesto principalmente por compañías relacionadas con la tecnología— el peso de Nvidia alcanza el 9,27%, con lo que aporta una cuarta parte de rentabilidad del 9,2% que registra el selectivo tecnológico.

“Estas cifras convierten el liderazgo tecnológico en dominio narrativo y financiero. Nvidia ya no solo forma parte del mercado, sino que lo está moldeando”, subrayan los analistas de eToro.

“Nvidia ha evolucionado de ser un motor gráfico para videojuegos a la columna vertebral computacional de la inteligencia artificial global. Y mientras la IA siga siendo el paradigma rector de la asignación de capital, Nvidia seguirá siendo su principal activo”, opinan los mismos expertos.

Los 5 billones

Una vez que Nvidia —que, como otras tantas tecnológicas comenzó a cotizar en 1999, en plena burbuja de las puntocom— ha superado los 4 billones de euros, el foco se pone en los 5 billones de capitalización.

Hasta ahora, de la mano de la rentabilidad, la escala ha sido meteórica. En febrero de 2024 valía 2 billones de dólares. En junio de ese mismo año su valoración alcanzó los 3 billones.

Ha tardado algo más de un año en llegar a los 4. Para conseguir los 5 billones sus acciones deben superar los 203 dólares. Es decir, tienen que subir casi un 24% más.

Según, los datos de LSEG, cinco firmas de análisis valoran a Nvidia por encima de los 5 billones, al darle un precio objetivo superior a los mencionados 203 dólares. Los expertos más optimistas creen que el gigante tecnológico vale entre 205 y 372,9 dólares por acción.

De media, los bancos de inversión, gestoras y casas de análisis, valoran a Nvidia en 187,3 dólares, lo que implica una potencial subida en bolsa durante los próximos doce meses del 9,5%. El avance que ya registra la compañía en 2025 ronda el 22%.

Analistas y expertos recomiendan, de forma arrolladora, comprar acciones de Nvidia. De las 66 firmas que emiten opiniones sobre la compañía, 59 aconsejan adquirir sus títulos; seis, mantener, y sólo una, vender.