
Una pantalla muestra información bursátil tanto del Banco Sabadell como del BBVA tras abrirse la sesión en el parqué madrileño este jueves. Efe
BBVA sube un 2,4% en bolsa y Sabadell un 0,3% tras el bloqueo del Gobierno a la fusión de ambas entidades
La CNMV decidió suspender la cotización de ambas entidades de forma "quirúrgica", antes de que el Ejecutivo se pronunciara sobre la opa.
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Las cotizaciones de Sabadell y BBVA reaccionan a la decisión del Gobierno de autorizar la opa entre ambas entidades, pero con la condición de que se mantengan como bancos independientes tres años.
Al cierre de la sesión, la subida registrada por las acciones de BBVA ha sido del 2,38%. Con ella, la entidad ha alcanzado los 13,095 euros.
El avance de Sabadell ha sido más reducido, del 0,3% y hasta los 2,69 euros. En cualquier caso, la entidad se ha sobrepuesto a las caídas que ha llegado a registrar.
La vuelta a la cotización tenía lugar dos horas después de que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) decidiera suspender la cotización de Sabadell y BBVA a la espera del dictamen del Ejecutivo.
El presidente del supervisor de los mercados españoles, Carlos San Basilio, ya adelantó el lunes que la institución tomaría esta decisión si la deliberación del Consejo de Ministros se hacía pública antes de que terminara la jornada bursátil.
San Basilio también anticipó que la suspensión sería "quirúrgica", es decir, de corta duración, para dar tiempo suficiente a que el mercado conozca toda la información. Así ha sido.
Los títulos de ambas entidades se intercambian ya libremente después de que el Consejo de Ministros haya decidido autorizar la opa con la condición de que durante los tres próximos años las entidades mantengan personalidad jurídica independiente.
Asimismo, deben mantener los patrimonios separados, así como autonomía en la gestión de su actividad.
Transcurridos estos tres años, el Consejo de Ministros valorará la eficacia de la condición establecida, pudiendo ampliar su duración por un periodo adicional de otros dos años.
El Gobierno llevaba deliberando casi un mes sobre esta operación, después de que el Ministerio de Economía decidiera elevar el caso al Consejo de Ministros al percibir posibles impactos en el interés general.
El Ministerio de Economía había percibido un potencial impacto en la garantía de un adecuado mantenimiento de los objetivos de regulación sectorial, la protección de los trabajadores, la cohesión territorial, la promoción de la investigación y el desarrollo tecnológico y los objetivos de política social.
Cabe recordar que el Gobierno se ha pronunciado después de que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) aprobara la opa con condiciones y tras recibir la no oposición por parte del Banco Central Europeo (BCE).
En el momento en el que la CNMV decidió suspender ambas cotizaciones, los títulos de BBVA repuntaban un 2,85%, hasta los 13,15 euros, mientras que los de Sabadell subían un 1,49%, cotizando en 2,72 euros.
Es decir, los movimientos previos y posteriores a la suspensión -y, por tanto, tras conocerse las medidas aplicadas por el Gobierno- eran similares.
La rentabilidad que BBVA acumula en 2025 es del 38,6%. El avance de Sabadell en el mismo plazo es del 42,7%. Desde que a finales de abril de 2024 se conoció el interés del banco azul por la entidad vallesana sus capitalizaciones se han incrementado un 20,3% y un 53,8%, respectivamente.
"Gran golpe" para BBVA
Los analistas de XTB consideran que el veto de tres años a la fusión entre BBVA y Sabadell “supone un gran golpe para la entidad vasca”.
De hecho, subrayan que “era algo que no esperaba el mercado, dado que se estaba descontando un incremento de las condiciones ya impuestas por la CNMC, pero no un veto a la fusión”.
En opinión de los expertos del bróker, “retrasar la fusión de ambas compañías durante tres años disminuye la rentabilidad del proceso y, por tanto, el atractivo de la operación”. Más aún, “teniendo en cuenta que existe la posibilidad de que ese plazo se amplíe en otros dos años”.
Así, consideran que “este veto disminuye el atractivo de las compañías españolas de cara a los inversores internacionales”.
“Aunque se trata de un movimiento legal, choca directamente con el derecho de decisión de los propietarios del banco y da una mala imagen internacional”, advierten.