Greg Abel, sucesor de Warren Buffett, habla con los accionistas durante la junta anual de accionistas de Berkshire Hathaway.

Greg Abel, sucesor de Warren Buffett, habla con los accionistas durante la junta anual de accionistas de Berkshire Hathaway. Reuters

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Mantener su filosofía y gestionar un imperio de 189 empresas: los retos de Greg Abel tras el adiós de Warren Buffett

Berkshire Hathaway cuenta con casi 350.000 millones en liquidez. La compañía ganó un 64% menos en el primer trimestre del año.

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Es el fin de una era. Warren Buffett ha anunciado que dejará su puesto como director ejecutivo de Berkshire Hathaway, el imperio que él mismo creó, formado por más de 189 empresas y con un valor en el mercado de 1,1 billones de dólares. Su sustituto, Greg Abel, se enfrentará al reto de gestionar el conglomerado y mantener intacta la filosofía de uno de los inversores más grandes de la historia.

A sólo unos meses de cumplir 95 años, Warren Buffett anunció el pasado sábado que dejará su cargo cuando concluya este ejercicio. Tal y como estaba previsto, Greg Abel tomará las riendas del holding.

"Creo que ha llegado el momento en que Greg se convierta en el director ejecutivo de la compañía a fin de año", afirmó, por sorpresa, el oráculo de Omaha durante la celebración de la conferencia anual de Berkshire Hathaway. Según explicó, él todavía "estaría presente y posiblemente será útil en algunos casos", pero subrayó que la "última palabra" la tendrá Abel.

¿Quién es Greg Abel?

Fue en 2021 cuando saltó la noticia. El culpable fue Charlie Munger, mano derecha de Warren Buffett hasta su muerte en 2023. En la junta anual de Berkshire Hathaway de ese año a Munger se le escapó –o quizá lo había planeado– que "Greg mantendrá la cultura". Al día siguiente, Buffett confirmó formalmente que Greg Abel sería su sucesor como CEO de Berkshire Hathaway.

Desde entonces, Abel, de 62 años, ha sido la sombra de Buffett. Muy reservado, los inversores han tenido la oportunidad de conocerlo algo mejor en las reuniones anuales del conglomerado o en algunas entrevistas que ha dado junto al gurú de Wall Street.

Abel, nacido en Canadá, creció en un barrio obrero de Edmonton, en Alberta. Estudió contabilidad en la Universidad de Alberta y se graduó con honores en 1984. Inició su carrera profesional en PwC y poco después se trasladó a la sede que la consultora tiene en San Francisco. Desde allí dio el salto, en 1992, a CalEnergy.

En 1999, CalEnergy adquirió MidAmerican Energy y cambió su nombre por este último. Buffett vio la oportunidad y adquirió el 76% de la compañía en el año 2000. Entonces, Abel se convirtió en el CEO de la empresa, que en el 2008 terminó llamándose Berkshire Hathaway Energy. Diez años después, Abel fue nombrado vicepresidente del negocio no asegurador del holding.

Un imperio de 189 empresas

La historia de Berkshire Hathaway, o al menos la que realmente importa –es decir, a partir de que Warren Buffett hace su aparición-, comienza en 1965. Entonces, el gurú de Wall Street era accionista de la compañía, que por entonces era una empresa textil estadounidense que atravesaba importantes dificultades. Tras un conflicto con la dirección de la firma, el oráculo de Omaha decidió comprar todas las acciones que pudo.

Tomó el control de la empresa ese mismo año, poniendo así la primera piedra de su imperio. El negocio textil cerró en 1985, pero Buffett conservó el nombre de Berkshire Hathaway. En los últimos 60 años el gurú de las finanzas ha ido modelando el conglomerado.

Según los datos recogidos por Reuters, el holding está formado por 189 empresas, desde la aseguradora de automóviles Geico, a la firma de ropa interior Fruit of the Loom, pasando por la compañía ferroviaria BNSF, los helados de Dairy Queen y los caramelos See's. En total, las compañías que lo conforman dan empleo a 392.396 personas.

En la actualidad, el valor de mercado de Berkshire Hathaway es de unos 1,1 billones de dólares. Sus acciones han subido un 18% en lo que va de año, mientras que el S&P 500 ha bajado un 5%, lastrado por la política comercial del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el miedo a que la economía estadounidense entre en recesión.

No es la primera vez que Berkshire Hathaway supera al índice de referencia de Wall Street. Entre 1965 y 2024, los títulos del conglomerado han registrado una subida anual del 19,9%. El avance del S&P 500, incluidos los dividendos, ha sido del 10,4%. La revalorización de la compañía desde que Buffett tomó las riendas es del 5.502.284%.

Ahora Greg se enfrenta al reto de gestionar un gigante de tal tamaño con un historial bursátil admirable. El primer desafío será mantener la confianza del mercado sin contar con Warren Buffett. Pero no sólo eso. También tendrá que mantener la filosofía y la cultura que durante seis décadas el afamado inversor ha implantado en Berkshire Hathaway.

Filosofía de inversión

Porque el conglomerado tiene una importancia colosal en Estados Unidos, pero más allá de sus fronteras, Berkshire Hathaway es especialmente conocido por ser el brazo inversor de Warren Buffett.

Pupilo de Benjamin Graham, el oráculo de Omaha es sinónimo de value investing, filosofía que, de forma muy breve, se centra en invertir en empresas que están infravaloradas en el mercado. Con esta premisa, en pocas palabras, la filosofía de inversión de Buffett podría resumirse en invertir en empresas con modelos de negocio comprensibles y con buenos equipos directivos, cuyo precio sea inferior a su valor intrínseco y con un horizonte temporal a largo plazo.

A partir de ahora será Greg Abel, y no Warren Buffett, el encargado de que Todd Combs y Ted Weschler –los dos gestores principales de Berkshire Hathaway– mantengan ese mismo espíritu en las decisiones de inversión.

Berkshire Hathaway concentra su inversión en muy pocas empresas. Según los últimos resultados del holding, con fecha del 31 de marzo, sus cinco mayores participaciones representan el 69% del porfolio. Son: American Express, Apple, Bank of America, Coca-Cola y Chevron.

'Pólvora' por 350.000 millones

Según las mismas cuentas, el beneficio de Berkshire Hathaway cayó un 64% en el primer trimestre, hasta los 4.603 millones de dólares, debido a las variaciones del valor de su cartera. El resultado operativo se redujo un 14%, hasta los 9.641 millones de dólares, por la peor evolución de su negocio de seguros.

Pero, lo que es aún más importante: la liquidez de la compañía aumentó hasta los 347.771 millones de dólares, unos 13.600 millones más que al cierre de 2024. Decidir qué hacer con toda esa pólvora es otro de los retos a los que se enfrentará Greg Abel tras el adiós de Warren Buffett.