Un reloj de bolsillo sobre un gráfico de cotización en el que aparecen diferentes meses del año.

Un reloj de bolsillo sobre un gráfico de cotización en el que aparecen diferentes meses del año. iStock

Mercados

La amenaza de recesión fomenta entre los inversores el famoso dicho bursátil "sell in may and go away"

Además de a una posible crisis, las bolsas tienen que hacer frente a la guerra en Ucrania, las tensiones bancarias o los recortes de la OPEP+.

1 mayo, 2023 02:34

"Sell in may and go away" es uno de los dichos más famosos de los mercados financieros. Viene a significar “vende en mayo y vete” y se basa en el peor comportamiento relativo que las bolsas registran entre mayo y octubre respecto al semestre comprendido entre noviembre y abril.

En este 2023, en el que la bolsa ha subido casi un 9%, según el índice global MSCI World -un selectivo que aglutina a más de 1.600 empresas de las 24 economías más desarrolladas del mundo- la sombra de una recesión económica da más posibilidades a que este aforismo se cumpla.

“La idea de "vender en mayo y marcharse" lleva años arraigada en el léxico de las inversiones”, subraya Greg Meier, director de economía y estrategia global de Allianz Global Investors. Se dice que empezó en el antiguo distrito financiero de Londres. Los banqueros que querían escapar del calor veraniego "vendían en mayo, se marchaban y volvían el día de St. Leger Stakes", una famosa carrera de caballos inglesa que se celebra a mediados de septiembre.

El término se acortó y se popularizó en el siglo XX, cuando los estrategas de Wall Street descubrieron un patrón histórico de rendimientos del índice S&P 500 comparativamente más altos desde noviembre hasta abril. De esta forma, un viejo aforismo inglés asociado a las vacaciones y las apuestas hípicas se convirtió en uno de los factores estacionales más conocidos del mundo financiero.

Según los datos recopilados por la gestora Welzia, desde el año 1950 hasta 2022 la rentabilidad media del S&P 500 en el semestre que va de mayo a abril ha sido del 6,77%, en comparación con el 1,56% durante el período de mayo a octubre.

En su análisis se observa que los meses con mayores subidas en el S&P500 han sido noviembre (1,7% de subida media) y abril (1,5%); sin embargo, en los meses de mayo y junio las rentabilidades medias han sido prácticamente planas.

“A esta estacionalidad ya mencionada se le une que mayo suele ser el primer mes del año en el que los fondos experimentan salidas de capital, una vez terminados todos los reajustes de los fondos de pensiones en los primeros meses del año”, añaden desde la firma.

Comportamiento histórico

Pero este patrón estacional no se limita solo al selectivo estadounidense. Según un estudio de eToro en el que los analistas de la plataforma han analizado la rentabilidad mensual de los 15 mayores índices bursátiles del mundo -desde el S&P 500 al Ibex 35 pasando por el FTSE 100 o el Dax- desde hace 50 años, la rentabilidad media mensual de noviembre a abril es del 1,2%. Ninguno de estos meses ha sido, de media, negativo.

En cambio, de mayo a octubre la rentabilidad mensual es de solo el 0,1%, con tres meses de caídas. “Esta diferencia de estacionalidad se observa en los 15 mercados, sin que en ninguno de ellos se registren mayores rendimientos durante los meses de verano”.

[Una posible crisis de crédito desbanca a la inflación como el mayor miedo de los grandes gestores de fondos]

Según explican desde la plataforma de inversión, “este resistente factor de estacionalidad” tiene tres impulsores. El primero de ellos es que a principios de cada ejercicio las compañías publican sus previsiones, “que suelen ser positivas en el primer trimestre”.

El segundo es “el reposicionamiento típico de los inversores para el año que viene en el cuarto trimestre, antes del conocido efecto enero”, otro comportamiento estacional que hace referencia a las subidas que las bolsas suelen registrar en el primer mes del año.

[La bolsa europea sube un 14% en 2023 y roza máximos precrisis financiera gracias al sector del lujo]

Por último, como factor que explica la peor evolución de la renta variable entre mayo y octubre, desde eToro señalan que “los meses de verano se ven afectados por la falta de estos factores positivos, junto con un volumen de inversión normalmente menor”.

En el caso del Ibex 35, según datos de mercado recopilados por EL ESPAÑOL-Invertia, en los últimos 30 años -entre 1992 y 2022 el último ejercicio completo- el selectivo español sube, de media, un 0,78% en enero.

Repunta ligeramente en febrero, mientras que la rentabilidad de marzo es negativa, resultado afectado por el desplome del 22,21% de marzo de 2020, momento del estallido de la pandemia de la Covid-19.

La subida media de abril es del 1,94%, mientras que el saldo de mayo es neutral. Junio es ligeramente positivo, pero julio, agosto y septiembre son negativos. Octubre es el mejor mes del índice español, al repuntar un 2,07%, para después no registrar grandes variaciones en noviembre. El índice termina el año con un avance medio del 0,39% en diciembre.

Recesión

En este 2023 la pregunta es si el rally de estos últimos meses -con esa subida del 9% del MSCI World, del 10,4% del Ibex 35 o del 9% del S&P 500, por mencionar solo algunos índices- va a continuar o si lo mejor es vender en mayo.

Desde Welzia mantienen “un posicionamiento defensivo, ya que nos encontramos en la fase final de ciclo y la posibilidad de una mayor restricción crediticia aumenta la probabilidad de que se produzca una recesión”. “La principal incertidumbre para los inversores es hasta qué punto los mercados de renta variable se verían sorprendidos por una recesión y hasta qué punto esta recesión estaría ya descontada por el mercado”, añaden.

[JPMorgan AM advierte de que el riesgo de recesión ha aumentado, aunque descarta una situación como la de 2008]

Y, aunque “esta sea más leve de lo esperado, esté acompañada de una recuperación tan fuerte del mercado”, destaca Joaquín Robles, analista de XTB. Aun así, no espera “caídas por debajo de los mínimos alcanzados durante el año pasado", por lo que confía "en que los mercados se muevan en ese rango de aquí a final de año”.

En su opinión, “el mes de mayo podría ser un buen momento para reducir exposición en renta variable, ya que nos encontramos en un momento con muchos frentes abiertos”, como la inflación todavía elevada, la guerra entre Rusia y Ucrania, las tensiones bancarias, los recortes de producción de petróleo de la OPEP y sus socios o las negociaciones por elevar el techo de deuda de Estados Unidos. Con todos estos catalizadores, lo que sí espera “es una mayor volatilidad durante los próximos meses”.