Meloni recibió este domingo de las manos del ex primer ministro italiano Mario Draghi la simbólica campanilla, un gesto que remató la ceremonia de traspaso de poderes y terminó de ratificarla como primera ministra del país.

El nuevo Gobierno italiano, el más derechista desde la posguerra y formado gracias a los apoyos de La Liga y Forza Italia, ha contado por ahora con el apoyo de los mercados, a pesar de las alertas que saltaron tras conocerse los resultados de los comicios celebrados el pasado 25 de septiembre.

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Aunque desde entonces la evolución de los mercados ha estado marcada por otras cuestiones -especialmente por las subidas de tipos de los bancos centrales, las peores perspectivas económicas y los resultados empresariales- ninguno de los activos relacionados con Italia han sufrido la presión de los inversores.

Uno de los más señalados por el triunfo de Meloni fue el euro, después de que en el pasado la italiana mostrase una postura con tintes euroescépticos.

Para algunos analistas, los comicios contribuían un riesgo a la baja para la divisa comunitaria, que se sumaban a otros factores que ya generaban incertidumbre y nerviosismo, como la evolución de los mercados energéticos, las noticias de la guerra entre Rusia y Ucrania y las decisiones políticas del Banco Central Europeo (BCE).

Y a pesar de todo ello, el euro ha superado los niveles previos a las elecciones en Italia. Cerró la sesión del 23 de septiembre -la anterior a la celebración de los comicios- por debajo de los 0,97 dólares. Ahora se acerca los 0,99 'billetes verdes'.

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La evolución de la Bolsa italiana es mucho mejor. El FTSE MIB, el selectivo trasalpino, ha sumado casi 1.000 puntos y ahora roza los 22.000 enteros. La revalorización en el último mes ha sido del 3,35%. El índice general del parqué milanés, el FTSE Italia All-Share, ha sumado un 4,41%.

Por el contrario, el precio del bono italiano sí ha caído, haciendo que repunte su rentabilidad. Ahora ronda el 4,6%, por encima del entorno del 4,2% en el que se situaba antes de que los italianos acudieran a las urnas.

Respuesta del mercado

Sin embargo, como el movimiento ha sido generalizado, tanto en Europa como en Estados Unidos, el diferencial respecto al bono alemán -el de referencia en Europa por ser considerado el emisor más seguro- se ha mantenido estable.

Así, y aunque en la resaca electoral la prima de riesgo italiana se disparó hasta superar los 258 puntos básicos -desde los 229 de la sesión previa-, el lunes terminó el día en los 225,3 puntos básicos, según cifras de Refinitiv.

"Giorgia Meloni ha moderado con el tiempo la retórica ultraderechista y euroescéptica, sugiriendo una menor confrontación con las instituciones europeas", apuntaban los expertos de abrdn tras conocerse que sería la primera mujer en liderar Italia.

"Para los inversores, esta moderación puede ayudar a limitar el grado inicial de respuesta del mercado a los resultados de las elecciones, sobre todo teniendo en cuenta que la amplia y sostenida ventaja de las encuestas ha dado al mercado mucho tiempo para valorar el resultado de las elecciones", añadían.

Giancarlo Giorgetti

Los expertos de Scope Rating ponían también el foco en las negociaciones de la coalición y en los nombramientos ministeriales, en particular para la cartera de Economía. Un match-ball que Meloni ha salvado con el nombramiento de Giancarlo Giorgetti, quien encarna la cara más moderada y europeísta de La Liga.

Dentro del partido, Giorgetti fue uno de los principales defensores de apoyar el Gobierno de unidad nacional que, a comienzos del 2021, formó Draghi, de quien es amigo.

El Ejecutivo de Draghi acabó consumándose con el apoyo de todos los partidos, excepto de los Hermanos de Italia de Giorgia Meloni, y Giorgetti se sentó en su gabinete como ministro de Desarrollo Económico, con competencias en materia comercial e industrial.

Su primera prueba será el presupuesto fiscal, que deberá aprobarse con un apretado calendario. Será después cuando tenga lugar una de las incertidumbres que más crisparon los mercados antes de las elecciones: la posible tensión entre el Gobierno de Italia y las instituciones de la Unión Europea (UE). Un riesgo que podría poner en peligro el desembolso de los fondos europeos.