Una fábrica parada de noche.

Una fábrica parada de noche. Ant Rozetsky, Unsplash.

Mercados

Los bonos 'basura' desactivan una oleada de impagos empresariales a pesar de la creciente factura energética

La liquidez de las compañías es alta, habrá ayuda fiscal de los gobiernos y los vencimientos de deuda se han ampliado.

19 septiembre, 2022 02:03

La creciente factura energética está poniendo en tela de juicio la viabilidad de muchas empresas. Cada vez son más los expertos que alertan de futuras quiebras si la situación no se revierte. Sin embargo, el mercado de bonos ‘basura’, cuya rentabilidad suele ser un buen termómetro del contexto económico y financiero, descarta en estos momentos una oleada de impagos corporativos.

Así se desprende de un análisis realizado por George Curtis, gestor de inversiones en TwentyFour AM, del grupo Vontobel Asset Management. Son varias las cifras del mercado de renta fija corporativa que hacen presagiar un futuro a corto y medio plazo complicado, pero no tan ‘negro’ como se descontaba.

La ratio que mide el nivel de efectivo de las compañías como porcentaje de la deuda, por ejemplo, estaba en máximos históricos al final del primer trimestre, en los primeros compases de la guerra rusa en Ucrania, y sustancialmente por encima de la media a largo plazo: un 30% a cierre de marzo frente a un promedio de 19 años del 19%.

“Aunque a principios de año habríamos esperado que gran parte de esta reserva de efectivo se destinara a dividendos, recompra de acciones o fusiones y adquisiciones, ahora las compañías están utilizando acertadamente el colchón para proteger sus balances en este incierto entorno macroeconómico”, sostiene Curtis.

Gazprom confirmó hace varias semanas que el gasoducto Nord Stream 1 seguiría cerrado después de su “periodo de mantenimiento” y Rusia alegó después que las sanciones europeas hacen imposible la reparación de las turbinas dañadas. Un juego geopolítico que podría hacer que Europa se enfrente a un invierno de posible recesión e, incluso, de racionamiento de gas natural.

ArcelorMittal, primera alerta

En España ya algunas industrias electrointensivas han dado síntomas de agotamiento. Sin ir más lejos, ArcelorMittal ha anunciado un ERTE en todo el país que se alargará hasta finales de 2023. ¿Los motivos? La escalada del precio del acero, la materia prima con la que trabaja, y de la energía.

Pese a todo, “seguimos viendo que los fundamentales [de las empresas] apoyan una perspectiva de impago moderada”, al tiempo que “es poco probable que se produzca un aumento a corto plazo de la tasa de impago, sobre todo teniendo en cuenta el importante nivel de ayuda fiscal que parece que van a recibir los consumidores por parte de sus gobiernos”.

[Los mercados esperan de Liz Truss un plan energético de hasta 100.000 millones con un Banco de Inglaterra más duro]

El nuevo Reino Unido liderado por Liz Truss marcará la senda a seguir por el resto de Ejecutivos. Su paquete de medidas debería reducir las previsiones de inflación general, aumentar las perspectivas de crecimiento y rebajar las proyecciones de desempleo. El mercado da por hecho en estos últimos días que será, al menos, de entre 100.000 y 150.000 millones de libras esterlinas (de 114.000 a 171.000 millones de euros), cuando al principio se hablaba de 50.000 a 100.000 millones de libras (57.000-114.000 millones de euros).

Otro factor que llama a cierta tranquilidad es que las empresas han podido ampliar el plazo de sus vencimientos de deuda, lo que ha reducido el riesgo de refinanciación a corto plazo, ya que la mayor parte del ‘muro de vencimiento’ de los bonos de alto rendimiento (high yield, con peor calidad crediticia) se sitúa entre 2025 y 2026.

Una leve ratio de angustia

Por otro lado, mientras que el índice agregado de bonos corporativos high yield se encuentra a unos 175 puntos básicos de la media a diez años del high yield europeo, el coeficiente de dificultad (el porcentaje del índice que cotiza por encima de un diferencial de 1.000 puntos básicos) sigue siendo relativamente moderado, del 5%

Para contextualizar, esta ratio de angustia alcanzó, aproximadamente, el 30% en marzo de 2020, cuando se desató la pandemia de Covid-19 a nivel mundial. Curtis, de TwentyFour, recuerda que la conversión histórica de los bonos en dificultades que llegan a un impago ha sido generalmente de entre el 10% y el 20%.

El gestor de la filial de Vontobel aconseja a los inversores evitar los emisores de menor calificación que están más expuestos al entorno actual. Desde su punto de vista, esto supone centrarse en compañías con un fuerte poder de fijación de precios, y han reducido la exposición a los sectores intensivos en energía, como el químico y el de papel y envases, así como al comercio minorista europeo. Por tanto, volatilidad a corto plazo en sectores muy focalizados, pero los números siguen siendo verdes para el conjunto de las empresas a más largo plazo.