La gran mayoría de los inversores están convencidos de que el dinero impreso por parte de la Fed y resto de bancos centrales es garantía suficiente para conseguir ganar dinero sin esfuerzo alguno en los mercados de valores. 

Sin embargo, sin saberlo les convierte en cómplices de una burbuja estilo Ponzi que tarde o temprano terminará por explotar en la cara de todos.

Basta fijarse en el siguiente gráfico del S&P 500 de largo plazo para ser conscientes de la duración del actual impulso alcista que se inició en marzo de 2009. 

Gráfico del S&P 500 de largo plazo Eduardo Bolinches

Sin embargo, el exceso de confianza de los inversores a fecha de hoy solo deja una posible dirección unidireccional en los mercados de valores. Las actuaciones de inversores coordinados desde la plataforma Reddit han eliminado del panel de juego a los vendedores en corto, las acciones diezmadas por la pandemia están liderando el actual movimiento alcista y los inversores no quieren salirse del mercado porque ven que sigue subiendo tras todas y cada una de las pequeñas correcciones que sufre.

De hecho, la propia advertencia de la Fed ha pasado desapercibida cuando dijo que "El aumento de los precios de los activos en el mercado de valores y en otros lugares plantea amenazas crecientes para el sistema financiero" esta misma semana.

Cuando todo el sistema financiero colapsó en 2008, todos los inversores vieron como la Fed salió al rescate sin importar el coste de ello. Esto ha implicado rescates monetarios continuos desde entonces en un intento de mantener la ilusión de prosperidad a toda costa.

Y así es como se construye y alimenta una burbuja, que permanece imperturbable hasta que sin aviso alguno explota y trae el colapso de los activos con ella. 

Pero esto está todavía por llegar. De hecho, nadie conoce cuando llegará ese momento. Solo sabemos que la magnitud de una burbuja es directamente proporcional al número de inversores que creen en ella. Y según esta norma, esta es la burbuja más grande de la historia de la humanidad. 

La actividad de los insiders, los altos directivos de las empresas cotizadas, es frenética soltando todo el papel posible para no levantar sospechas, el nivel de salidas a bolsa en EE. UU. se ha duplicado en el año 2020 hasta las 407, pero eso no es nada con el número de SPAC que han salido a bolsa en lo que llevamos de año (333), cuando todavía queda la otra mitad del año.