Los ricos también lloran… por la quiebra financiera de Abengoa. El segundo mayor concurso de acreedores de la historia de España ha dejado atrapadas a cerca de 70 sicavs, las sociedades de inversión favoritas de las grandes fortunas españolas. Todas ellas se juegan a través de acciones o bonos de la sevillana un pellizco de su patrimonio.

A pesar de su muy distinto músculo financiero, la situación para las fortunas detrás de estas sicavs es muy similar a la que enfrentan los pequeños inversores afectados por Abengoa. Aunque sus tentáculos de inversión suelen llegar mucho más lejos, sus posiciones son en su mayoría igual de poco relevantes en el conjunto del capital social o la masa acreedora de la sevillana.

La principal consecuencia de esta escasa representatividad es que sus intereses quedan muy difícilmente representados a la hora de trazar la hoja de ruta para superar el proceso concursal. Una circunstancia que los inversores minoritarios agrupados en Abengoa Shares están tratando de evitar a toda costa haciendo valer su peso conjunto, que ya se eleva al 16,92% según la última actualización de posiciones remitida al supervisor cuando el concurso ya se había desatado.

Líderes en rentabilidad

Los últimos informes de cartera depositados por las sicavs en los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ya daban cuenta de esta situación cuando aún quedaban casi dos meses para que Abengoa solicitase formalmente el concurso de acreedores. Y es que a fuerza de una prórroga tras otra, la sevillana había venido alargando los límites para ejecutar su infructuoso plan de refinanciación.

Ni siquiera algunas de las sicavs más rentables del año pasado se libran de verse pilladas por el colapso de Abengoa. Estos son los casos de Modena Capital y Flocboss, que acabaron el turbulento 2020 de la pandemia como cuarta y quinta de su clase en el ranking de revalorizaciones. Respectivamente, acumularon ganancias por un 41,8% y un 32,3% para sus accionistas.

Aunque ambas cotas son más que abultadas si se comparan con ejemplos tan a mano como la caída del 15,5% acumulada por el Ibex 35 en el ejercicio, probablemente podría haber sido mayor de no haberse visto penalizadas por el hundimiento financiero de la compañía sevillana de infraestructuras e ingeniería. Un golpe que, sin duda, en carteras de inversión más modestas supondría una merma de rendimientos mucho más significativa.

En el caso de Modena Capital, sus gestores declaran posiciones en acciones clase B de la compañía, congeladas desde julio del año pasado, así como en una emisión de bonos de la filial operativa Abenewco, valorados por prudencia a cero euros. Y también operaciones a través de opciones de compra sobre acciones.

Por lo que se refiere a Flocboss, la exposición es menor. Los gestores de esta sicav presidida por el empresario catalán Josep Lecina informan únicamente de operativa a través de derivados. En concreto, se documentan 125.000 euros de valor nominal comprometidos a través de warrants sobre acciones clase B de Abengoa.

Las mismas que no hace tanto tiempo formaron parte de la cesta del Ibex 35 y después se comenzaron a negociar obligatoriamente en bloques por su bajísimo valor unitario de cotización.

“Situación dudosa”

La mayoría de estas sicavs afectadas por la situación financiera de Abengoa han clasificado sus posiciones en la compañía como “inversiones en situación dudosa” debido a la dificultad para prever qué porcentaje de la inversión podrá recuperarse una vez que la compañía salve el concurso de acreedores en el que está inmersa. Algo que aplica tanto a los bonos como a unas acciones cuyo regreso a cotización es aún imposible de vaticinar.

Este es el caso, por citar uno, de Valdecarros 2000. La sicav ya sitúa sus inversiones en acciones de clase B y warrants sobre títulos de las clases A y B de la compañía sevillana en el mismo bloque que su antigua apuesta por la desaparecida Gowex o que la que aún mantiene en la quebradiza Inkemia.

En la misma línea, el último informe semestral remitido por Inversiones Carvazal a la CNMV reconoce que “la recuperación esperada es reducida” para su posición de unos 6.000 euros en obligaciones de la compañía con vencimiento previsto para el año 2024. Un duro trago pendiente de digerir para este vehículo y otros muchos, pues estos títulos de deuda están entre los más comunes en las carteras de las casi 70 sicavs que reconocen inversiones en Abengoa.

Pendientes de EY

Los responsables de la gestión de estos vehículos fuertemente señalados por el Gobierno siguen muy atentos el devenir de un proceso que acaba de dar un paso de gigante hacia su resolución gracias a la designación de su administración concursal. Una tarea ciclópea que comporta una masa de cercana a los 6.000 millones de euros que ha sido encomendada a los profesionales de EY.

La firma británica ha sido la ganadora de un proceso competitivo al que concurrieron un total de 45 candidatos. Un considerable número que además ha supuesto récord histórico de manifestaciones de interés para el concurso de una cotizada. Así lo explicó hace unos días el presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), institución encargada de una criba que presentó al juez únicamente una terna de posibles administradores.

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