El sector bancario no levanta cabeza en bolsa. Salvo contados rebotes propios de las bajas valoraciones, las grandes entidades que cotizan en el Ibex 35 han sufrido un severo castigo desde que el pasado 6 de junio el Banco Central Europeo (BCE) anunciase que, de nuevo, está dispuesto a tomar medidas para frenar la desaceleración económica. Incluida una rebaja en los tipos de interés.

Este mensaje que se vio reforzado unos días después al otro lado del Atlántico, con la decisión de la Reserva Federal (Fed) de EEUU de dejar la puerta abierta a un recorte de los tipos de interés, previsiblemente en su próxima reunión de julio. 

La perspectiva de que la esperada subida de tipos en Europa se retrasará hasta, al menos, el primer trimestre de 2020, ha penalizado a un sector que depende, y mucho, de la evolución al alza del precio del dinero para mejorar sus ratios de rentabilidad. Y la banca doméstica es la que más está acusando esta dolorosa realidad.

En concreto, Bankia está siendo uno de los valores financieros que los inversores miran más de cerca. Este martes, sus títulos han llegado a caer más de un 1%, despidiéndose a media sesión de los dos euros por acción. La entidad no había perdido ese nivel desde el pasado 24 de junio de 2016, coincidiendo con el referéndum a favor del Brexit. 

Ese día,Bankia cerró con pérdidas del 20% la sesión que, sin embargo, no significaron la pérdida de los 2 euros al cierre, aunque sí en sus mínimos intradía. Y lo mismo ha ocurrido este martes. Pese a cotizar en rojo durante toda la sesión, la entidad ha logrado cerrar la jornada con una ligera subida del 0,1% convirtiéndose, junto al Santander, en los únicos valores bancarios en positivo. Este avance ha permitido al banco mantener los 2,11 euros por acción al cierre.