El precio es el mismo. Los momentos no. En octubre de 2017, cuando el bitcóin superó el umbral de los 5.000 dólares, caminaba de ida. Se encontraba en una ascensión que el paso de las semanas tornaría en histórica, hasta el punto de que rozó incluso los 20.000 dólares poco antes de que finalizara 2017. Ahora, 13 meses después, vuelve a estar cerca de esa cota, la de los 5.000 dólares, pero con la diferencia de que ahora viene de vuelta.

De hecho, este lunes la ha acabado entregando. El rey de las criptodivisas, que acaba de cumplir 10 años y que la semana pasada ya se dejó un 13%, se ha despeñado este lunes un 15% y ha reculado hasta los 4.657 dólares. Tras este castigo, en lo que va de año ha perdido ya dos terceras partes de su cotización, puesto que despidió 2017 en los 14.355 dólares. Con los últimos descensos, la capitalización del bitcóin, que a finales del pasado ejercicio superó los 300.000 millones de dólares, adelgaza hasta los 80.000 millones.

La caída del bitcóin se contagia a otras criptodivisas. Ethereum y litecoin bajan un 12%, hasta los 154,8 dólares y los 37,4 dólares, respectivamente.

MENOS DE CUATRO ONZAS DE ORO

La drástica corrección del bitcóin repercute igualmente en su cuerpo a cuerpo con otros activos. Como el que mantiene contra el oro, con el que rivaliza para convertirse en la nueva referencia del universo de los activos refugio.

Hace un año, con el bitcóin por encima de los 8.000 dólares, equivalía a más de seis onzas del metal precioso. Un mes después, cuando la criptodivisa se acercó a los 20.000 dólares, su múltiplo se elevó hasta las 15,7 onzas. Ahora, la cotización del bitcóin apenas equivale a 3,8 onzas de oro al contado, puesto que la onza del metal precioso se mueve en torno a los 1.220 dólares.