El bono de fidelización del Santander cae un 10% desde máximos: ¿compensa comprar en el mercado?

El bono de fidelización del Santander cae un 10% desde máximos: ¿compensa comprar en el mercado?

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El bono de fidelización del Santander cae un 10% desde máximos: ¿compensa comprar en el mercado?

Los bonos que Banco Santander lanzó para 'compensar' a los afectados por la caída del Popular cotizan al 78% de su valor nominal, el mismo nivel en el que despidieron el día de su estreno y un 10% por debajo de los máximos alcanzados el pasado 28 de febrero.

6 junio, 2018 04:00

Casi un año después de la resolución del Popular, los afectados que aceptaron el bono de fidelización, renunciando con ello a demandar al Santander y a sus directivos, ven hoy cómo el precio del bono cotiza al 78% sobre su valor nominal (100 euros). El mismo en el que cotizaron aquel 18 de diciembre de 2017, cuando se estrenaron en el mercado de renta fija para minoristas. Es decir, por cada 100 euros, el mercado está dispuesto a pagar 78 euros.

El precio está, aun así, lejos de los mínimos del 76,15% del valor nominal marcado el 21 de diciembre de 2017. Pero mucho más lejos del 85,75% que alcanzaron de máximo en su corta `vida financiera¿ el pasado 28 de febrero de 2018.

El precio del 78% supone todavía un descuento del 22% respecto al valor nominal del papel (100 euros). Según explican los expertos de Auriga Bonos, y teniendo en cuenta que se trata de deuda perpetua y hay que considerar el cupón, los 78 euros que está dispuesto a pagar el mercado implican una rentabilidad del entorno del 4,8% (si se toma como referencia diciembre de 2024, fecha de la primera opción de compra). La cifra puede resultar atractiva para ciertos inversores que busquen mayores rendimientos en un entorno de tipos todavía en zona de mínimos. Pero, ¿merece la pena convertirse en bonista del Santander por esta vía?

Los expertos subrayan, a quien se esté planteando comprar estos bonos en el mercado, los riesgos que la propia entidad desvelaba en el folleto de emisión. Para empezar, se trata de un producto destinado a minoristas pero, a su vez, extremadamente complejo. Los expertos recuerdan que otro tipo de emisiones de deuda perpetua realizada por los bancos se destina, por lo general, a institucionales. Entre otras alertas, el propio Santander advertía además en el folleto de la posible iliquidez o de que en algún momento no existiese suficiente demanda para el normal comportamiento de estos activos.

El riesgo de un escaso volumen de negociación parece, sin embargo, haberse disipado. Según datos de Auriga Bonos, esta deuda perpetua ha negociado una media diaria de 2 millones de euros, frente al rango de entre 100.000 y 200.000 euros que suelen mover al día otras emisiones entre particulares de características similares seguidas por la firma, como es el caso de los bonos emitidos por Autopistas del Atlántico (Audasa) o de Autopista del Sur Leonesa (Aucalsa). En este sentido, los expertos recuerdan además que el hecho de que el bono de fidelización esté respaldado por la entidad presidida por Ana Botín hace que sea más atractivo para un minorista que otras emisiones `similares¿.

Aun así, para que la demanda de estos bonos funcione, tiene que haber tenedores dispuestos a vender. Haciendo un ejercicio teórico con el valor nominal del bono (100 euros), el descuento del 22% al que cotiza actualmente supone que el inversor que decida vender ahora, debería exprimir una rentabilidad extra del entorno del 5% anual para que esos 78 euros superen los 107 euros que valdrían los bonos tras los siete años establecidos para su amortización (100 euros de nominal más el 1% anual durante esos siete años).

Cabe recordar que el folleto de emisión deja claro que el Banco Santander se reserva el derecho a amortizar la emisión a su voluntad, y de forma anticipada en caso de que este papel dejase de considerarse elegible para el requisito mínimo de fondos propios y pasivos admisibles por el BCE.