La decisión de Donald Trump de abandonar el acuerdo nuclear con Irán y restablecer las sanciones económicas al país asiático reabre una incertidumbre de la que la economía española no es ajena. Primero, por el impacto que pueda provocar en el precio del crudo, algo especialmente sensible para un país tan dependiente del petróleo exterior como España. Y segundo, porque Irán ha vuelto a ser uno de los principales mercados de abastecimiento para España. 

Antes de las sanciones impuestas por la comunidad internacional, y que según los datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores) redujeron a cero las importaciones de crudio iraní en 2013, 2014 y 2015, Irán representó el 14,4% de las importaciones de crudo españolas, con 7,49 millones de toneladas, que le convertían en el tercer país al que España compraba más crudo. En 2012, esta cifra menguó ya hasta el millón de toneladas, antes de quedar reducidas a la nada en los tres ejercicios siguientes.

La situación cambió con el levantamiento de las sanciones a comienzos de 2016. El mundo volvió a abrirse a Irán e Irán volvió a abrirse al mundo. Y España volvió a importar crudo iraní. En 2016, 2,5 millones de toneladas, el 3,9% del total. En 2017, la cifra creció ya hasta los 4,4 millones de toneladas, equivalentes el 6,7% de los 65,8 millones comprados al exterior. Y en los dos primeros meses de 2018 su peso ha seguido creciendo: 0,849 millones de toneladas, el 7,25% del total importado en enero y febrero. O lo que es lo mismo, una media de 0,424 millones al mes que duplica la media de 0,21 millones mensuales de 2016.

Con estos datos, y siempre según las estadísticas de Cores, Irán es el sexto país al que España compra más crudo. En 2018 están por delante Libia (1,78 millones), México (1,75 millones), Nigeria (1,45 millones), Arabia Saudí (1,05 millones) y Brasil (0,97 millones). Como entre 2013 y 2015, la nueva fase que puede abrir la decisión de la Casa Blanca obligará a España a buscar o potenciar otros mercados. "Si bien EEUU no importa petróleo iraní, el regreso de las sanciones penalizará a los países que no hayan reducido significativamente sus compras de crudo de Irán", avisan desde UBS.

MÁS ALLÁ DE LOS 77 DÓLARES

Junto a la posibilidad de que España tenga que sustituir el petróleo iraní por el de otros países, y a la espera de cómo implementará EEUU las sanciones, otro efecto de la incertidumbre generada por la decisión de Trump consiste en el impacto potencial que puede tener en el precio del crudo. Por ahora, ya ha provocado que el barril Brent, de referencia en Europa, superara este miércoles los 77 dólares por primera vez desde 2014. "Como resultado, esperamos que la decisión de Trump empuje al Brent más arriba y genere una mayor volatilidad en los próximos meses", anticipan desde UBS.

Después de que las sanciones anteriores a 2016 redujeran la producción de Irán a 2,9 millones de barriles de petróleo diarios (mb/d), actualmente el país bombea 3,9 mb/d y es el tercer mayor productor de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

De esa suma, exporta entre 2 y 2,5 millones de barriles, que es el montante que puede verse afectado por el nuevo escenario. "Para el mercado mundial de crudo, el consenso es un posible impacto en el suministro de 0,3 a 0,5 mb/d, o entre el 0,3% y el 0,5% de la oferta global", apunta Ned Salter, director de análisis de Fidelity.

La duda que surge ahora es si otro país se 'ofrecerá' para cubrir el hueco que Irán dejará de nuevo en el mercado. Y todas las quinielas apuntan a Arabia Saudí, que, según los cálculos de UBS, cuenta con un margen de bombeo de 2,2 millones de barriles al día. Sin duda, este extremo será tratado en la reunión que la OPEP celebrará el próximo 22 de junio en Viena.

Para un país tan dependiente del petróleo como es España, los impactos que estas decisiones puedan tener en la cotización del crudo serán muy sensibles. De hecho, los precios actuales ya superan con claridad los supuestos a partir de los cuales el Gobierno había realizado sus estimaciones para realizar los Presupuestos Generales del Estado como en el Programa de Estabilidad enviado a Bruselas. En su última actualización, de finales de abril, figuraba un precio medio del Brent para este año de 67,7 dólares.

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