China y Bill Gross asustan sobre la explosión de la burbuja en los mercados de bonos este 2018

China y Bill Gross asustan sobre la explosión de la burbuja en los mercados de bonos este 2018

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China y Bill Gross asustan sobre la explosión de la burbuja en los mercados de bonos este 2018

El temor a que estalle la burbuja de la deuda se asoma en estos primeros días de 2018. Rumores sobre que China podría reducir sus compras de deuda estadounidense o las declaraciones del famoso gestor Bill Gross han encendido el fuego que prende fácil en un contexto de retirada de estímulos de los bancos centrales.

10 enero, 2018 15:56

Poco a poco suben las rentabilidades de los bonos de las grandes economías. En España hoy se ha colocado el bono a 10 años al 1,55%, mientras que el estable bund alemán marcaba un 0,48% y su homólogo estadounidense se coloca ahora en el 2,59% después de dos días de subidas. Y esta alza de las rentabilidades supone, lógicamente, la caída del precio de valor del bono y las pérdidas para los propietarios de esos títulos.

Los catalizadores de esta subida de rentabilidades en los últimos dos días han sido los rumores sobre China. Esta economía que cuenta con 3,1 billones de deuda en dólares está estudiando ¿según información no confirmada por el Gobierno chino- reducir sus compras de bonos estadounidenses. Algo que, además, encaja con las presiones comerciales que el Gobierno de Trump está haciendo sobre la economía más manufacturera del planeta.

De otro, el famoso gestor Bill Gross, ahora en Janus Capital, que ayer mandaba un tuit dando por terminado el ciclo de ganancias de la renta fija y apuntando a que el bono estadounidense puede llegar a tocar este año una rentabilidad del 3,25% frente a la actual (2,59%). Esto supone empezar a perder de verdad en el mercado de deuda y el dinero huye ante ese temor.  Eso sí, Gross se muestra optimista en el sentido de que estas pérdidas no serán muy abultadas.

Un miedo que tiene su justificación en las políticas de los grandes bancos centrales de ir reduciendo sus inversiones en deuda pública y también en bonos privados, medida con la que han conseguido impulsar la actividad de las economías. Un experimento económico cuyas consecuencias son difíciles de prever, aunque siempre han dicho, caso de Draghi, que todo se hará de forma paulatina y con la suficiente transparencia para que no se produzcan movimientos convulsos en los mercados.

Una estrategia de los bancos centrales que es poco más que un deseo. Los mercados de bonos son soberanos y cuando se tenga claro que subirán las rentabilidades y bajarán los precios, ninguno de los inversores querrá ser el último en cerrar la puerta. Ello provocaría convulsiones fuertes en los mercados de bonos de los que hoy hemos empezado a tener un primer aperitivo.