El BCE lleva quejándose durante un tiempo de que Europa está saturada de bancos, lo que reduce la eficiencia del sector y afecta su rentabilidad, lo cual es un problema, ya que los prestamistas débiles no pueden transmitir por completo la política monetaria ultralaxa del organismo a la economía real.

"Creo que, ya que el crecimiento está regresando y que se ha hecho un gran esfuerzo en relación a los préstamos incobrables, vamos a ver una serie de fusiones concretándose tanto a nivel doméstico como regional", dijo Nouy, citada el lunes por el diario Público.

La funcionaria también defendió los esfuerzos del BCE por disminuir los niveles de créditos incobrables en la zona euro, pero dijo que las nuevas normativas sobre los préstamos morosos más recientes podrían ser retrasadas en algunos meses, mientras que espera la evaluación de la industria.

"Creo que este proceso de análisis podría tomar uno o dos meses", dijo Nouy. "Por lo tanto, es muy probable que la implementación sea aplazada en algunos meses", declaró.

"Sin embargo, opino que no hay mucha diferencia en que ocurra, digamos, el 1 de enero, el 1 de abril o el 1 de junio", manifestó, y añadió que no había razones para postergar la medida hasta 2019.

Fuentes cercanas a las discusiones dijeron previamente a Reuters que las nuevas normas, que entrarían en vigencia el 1 de enero, ahora podrían tener que aplazarse por varios meses o quizás hasta un año.

A pesar de la demora, Nouy dijo que otra propuesta para tratar créditos morosos recientes que suman unos 800.000 millones de euros sería implementada en el primer trimestre de 2018, tal como se anticipó, incluso aunque algunos puntos de la medida todavía no se han definido.